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Javier navarro
Almería
Jueves, 21 de enero 2021, 22:52
Sólo han transcurrido seis días desde que terminó la cuadragésimo tercera edición del Rally Dakar, y la naturaleza ya está llamando a José Antonio Hinojo ... López, quien del 2 al 15 de enero vivió su cuarta participación en la mítica prueba.
Tras obtener la séptima posición, el piloto almeriense ha explicado gentilmente a IDEAL la experiencia junto a su copiloto Diego Ortega Gil, manifestando que «estamos contentos de poder haber terminado», reconociendo que no tanto en lo que a lo competitivo se refiere, dado que «el objetivo era estar en el podio y no ha podido ser».
Sin embargo, hay que recordar que en el 'rally de todos los rallys' toman parte «pilotos excelentes, apoyados por equipos grandes y todos quieren ganar», de modo que se queda con haberse codeado un año más con ellos, hallándose el almeriense «muy contento por estar peleando con los mejores del mundo».
Las dos primeras actuaciones, en 2011 y en 2019, se desarrollaron en Sudamérica, mientras que la del año pasado (fue quinto) y en la recién acabada han tenido lugar de forma íntegra en Arabia Saudí, describiéndolo como «un país acogedor, lleno de paisajes sobrecogedores, prácticamente todos son desiertos», especificando que «me encanta el desierto, pero en la prueba no nos da tiempo a disfrutar del paisaje».
La provincia también es una tierra que muestra panorámicas singulares, destacando Hinojo que «en Almería tenemos de todo», desde desierto hasta bosques de pinos como los de la Sierra de los Filabres que bordean su localidad, Serón. No es de extrañar que, en una comarca tan rodeada de naturaleza, con carreteras y caminos idóneos para la conducción de competición, se fascinara por el motor.
Pero al contrario de lo que se podría pensar, ha reconocido que «la afición no la empecé tan joven», llegando justo a tiempo para poder empaparse de ella, incluso traspasando fronteras, porque «cada vez que puedo bajamos a Marruecos». Pese al descubrimiento tardío, el éxito ha llamado a su puerta en varias ocasiones, proclamándose campeón de España de Todo Terreno en 2011 y subcampeón en 2018.
Sus participaciones en el Campeonato Nacional no siempre han buscado luchar por los títulos, detallando que en la mayoría de los casos «no participamos en todas las pruebas», sino «con la intención de «no competir». En cambio, en el Dakar sí que aflora más el gen ganador y tanto él como Ortega apostaron por estar entre los grandes, quienes cuentan con equipos profesionales.
A lo largo de casi dos semanas, dicho factor resulta crucial, indicando el seronense que «nuestro ritmo de carrera es equiparable al del campeón», en esta edición tratándose del chileno Francisco López Chapardo, al que conoce bien, habiendo estado en determinados momentos 'rueda a rueda' con él, compitiendo a su par y «a veces lo hemos adelantado y nos ha adelantado».
Porque José Antonio ha subrayado que «no sólo basta con correr mucho y tener un buen copiloto como es Diego», indicando que «los pilotos profesionales tienen a todo un equipo detrás de ellos», incluyendo un camión cargado de material de recambio que va unos pocos minutos por detrás, poniendo como ejemplo que él cuenta nada más que «con dos ruedas de repuesto en el coche», debiendo solucionar los problemas que se dan en medio de la etapa tanto el piloto como su copiloto. Por ello, existe «la posibilidad de quedarte en la pista», mientras que los profesionales «solamente tienen que esperar esos 15 o 20 minutos hasta que llegue el camión de apoyo».
Acerca del vehículo SSV con el que tomó la salida en el XLIII Rally Dakar, Hinojo ha descrito que con su Can-Am Maverick «teníamos un modelo de 2020, algo más lento que con el que corrimos el año pasado», si bien «nuestro coche estuvo en velocidad al nivel de los primeros», lamentando, eso sí, algunos «problemas mecánicos» que hicieron que fuera más lento y calculando que, sin ellos, «el tiempo en la clasificación general habría sido de una hora y media menos, pudiendo subir uno o dos puestos».
Habiendo disputado tres años consecutivos este evento que trasciende lo deportivo, el piloto cree complicado repetir en 2022, pues se necesita un buen respaldo de todo tipo, sobre todo «hace falta mucho dinero y tenemos que conseguir mucho apoyo económico», además de que en caso de volver «tendrá que ser con un coche nuevo, porque el trato que recibe es muy exigente, te arriesgas a tener problemas mecánicos».
Sobre la vivencia más positiva que protagonizó en esta edición de 2021, el almeriense ha asegurado que fue «haberlo completado y tener una buena clasificación» y el momento más complejo llegó «en la etapa 11, el copiloto tuvo un error, nos adelantaron, se nos averió el coche...».
Por desgracia, la tragedia ha vuelto a golpear al rally con el fallecimiento del motorista Pierre Cherpin, comentando Hinojo que «el nivel de riesgo que se corre es bastante importante», algo que para los amantes del motor «hace atractivo al Dakar, es una prueba extrema y estamos donde queremos, aunque a veces ocurren accidentes», rememorando que en 2020 fueron dos los fallecidos. Pese a todos los peligros, no cabe duda que en el mundo del motor hay 'envidia sana' de quienes pueden participar en la cita más esperada de todos los años y «a mucha gente le gustaría estar».
Transitando a lo largo de su historia por hasta cuatro continentes (África, Europa, América y Asia), el Dakar que ha palpado in situ José Antonio transcurrió en Argentina y Chile (2011), Perú (2019) y Arabia Saudí (2020 y 2021), detallando que la prueba «evoluciona», pero el espíritu de la organización «es el mismo» e igualmente ha analizado que «en Sudamérica, las dunas son gigantescas y más difíciles».
En cuanto al melillense Diego Ortega, el seronense se ha desprendido en elogios, puesto que «es una magnífica persona y como copiloto ha hecho un papel importante», mientras que los dos mecánicos que les han acompañado también «han estado a la altura», conformando los cuatro un equipo amateur aunque preparado para hacer frente a las vicisitudes del desierto.
La participación de Hibor Raid en el 'rally de todos los rallys' ha resultado más que aceptable, completándose el grupo con el lorquino Isidoro Porlán 'El Cañares' y José Pérez, igualmente de Serón, coincidiendo ambos en que fueron «días duros de trabajo, hemos disfrutado y hecho lo que nos gusta», sin importarles «estar tirados en el suelo, sin dormir...», solidarizándose «con todos los mecánicos» del Dakar.
Paradójicamente al desarrollarse en desiertos, mucho ha llovido desde que en 1978 se celebró por primera vez el Rally Dakar, entonces haciendo honor a su nombre, habiendo cambiado de escenarios y de continentes en diversas ocasiones, arrancando en París y posteriormente añadiéndose otras ciudades africanas y europeas (Granada y Barcelona entre ellas), hasta que se canceló la edición de 2008 por motivos de seguridad. Fue en 2009 cuando se produjo la mudanza a América del Sur, con Argentina como principal destino y, ya en 2019 se despidió del continente americano llevándose a cabo en Perú íntegramente, al igual que lo hizo en los dos últimos años en Asia, en Arabia Saudí.
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