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Malos tiempos para la lírica es el título de una canción compuesta por Teo Cardalda hace 20 años cuando formaba parte del grupo Golpes Bajos. Su afortunado y expresivo título ha sido utilizado en más de una ocasión, hasta convertirse en una expresión coloquial que sirve para describir momentos poco propicios como los que parece atravesar el equipo más laureado del voleibol español, un Unicaja Costa de Almería que no termina de cuajar por su rendimiento, so pena de que 'aclare' hacia dónde va el 'proyecto' que este año le sitúa como séptimo clasificado, después de seis partidos con alguna luz y bastantes más sombras.
Lo del sábado en Los Pajaritos es un golpe seco. Es como aquello de que al deseo los frenos le sientan fatal porque, después de ganar en el Moisés Ruiz en el partido más brillante de este inicio de temporada –superó por 3-0 al Grupo Rafael Afonso San Roque–, al equipo le faltó alma en tierras castellano-leonesas, escenificando el alza experimentada por el equipo de Alberto Toribio y la 'patata caliente' que se le ha puesto en las manos a Pablo Ruiz con un equipo que, salvo cambio drástico, ofrece un rendimiento irregular en cada partido, capaz de lo mejor y de desenchufarse por cualquier circunstancia.
Ricos nuevos
El caso es que se ve que hay 'ricos nuevos' en el 'edificio' de la Superliga Masculina, mientras la 'casa' blanquiverde tiene demasiadas cosas que reparar si quiere 'vender' y encontrar un ático en mejores condiciones. El dinero juega en contra. Han aparecido 'capitales' dispuestos a apostar por los equipos de su ciudad como Léleman Conqueridor, que tiene el respaldo añadido a su esponsor, de la Universidad Politécnica de Valencia, que facilita las instalaciones necesarias para el desarrollo de la competición y los entrenamientos, a lo que se añade una aportación económica de entre el 15% y el 20% del presupuesto de la temporada del equipo. Guaguas y Melilla están por encima también.
Y el equipo blanquiverde afronta el campeonato con siete jugadores y puede que diamantes en bruto como Jaime Motos o Aleix Tarrazo, desprovistos de experiencia –eso sí– y el crecimiento mejora jugando con el viento a favor en este tipo de apuestas. Es más fácil jugar cuando se gana que cuando los resultados se ponen feos y aparece la presión para quienes no han tenido esa experiencia. Pablo Ruiz cuenta con un colocador experto, clave por su rendimiento en los éxitos de Guaguas Las Palmas; un líbero que defiende a un gran nivel, como Paquillo Fernández; expertos receptores como Juanmi González o Charly Jiménez, y que no se diga de los centrales, jugadores que cualquier equipo quisiera tener en su disciplina, pero es tal el salto de calidad existente entre éstos y los que deberían entrar desde el banco cuando las cosas se ponen feas que es difícil pedirles que resuelvan lo que, por las cosas del destino, no pueden cambiar los que están en pista. Además, Alaka'i Todd no ha dado su mejor versión. Sólo en los partidos en casa se le vio poderoso, pero el aprendizaje de los rivales –sucedió con Matt Neaves el curso pasado– ha tardado poco tiempo en producirse.
Es cuestión de posicionarse y encender la luz para ver las cosas. El equipo blanquiverde está en inferioridad, por plantilla, a muchos de los rivales de la competición, con un equipo inicial 'cogido con pinzas' que el año pasado vivió el ejemplo de quedarse en semifinales de la Superliga Masculina por el 'fondo de armario', ese mal endémico al que se agarran muchos para justificar lo que son, sin lugar a dudas, errores en la composición de la plantilla o en los 'tiempos pretéritos'. La lesión de Paulo Renan Bertassoni en la ida de las semifinales la pagó caro el equipo blanquiverde que perdió a las primeras de cambio en Almería ante un equipo al que, en condiciones normales, le había ganado sólo siete días antes en una cancha que parecía inexpugnable.
Y al fondo la Copa
Y con esta situación al fondo, la Copa está a pocos partidos vista. El equipo almeriense es séptimo, con un partido menos, que se juega mañana en Tarragona ante un rival que ya ha probado el triunfo, consecuencia de que sus jugadores nuevos empiezan a aportar, lo que somete al equipo blanquiverde a una presión con muchas cosas en contra porque lo mismo se ve obligado a ganar más de mitad de los partidos que quedan en la primera vuelta para coger billete para dicha competición, salvo que acuda a la misma como organizador.
En ese sentido, al equipo blanquiverde le quedan cinco duelos que empiezan mañana en Tarragona, si gana no habrá que mirar a Teruel, que juega frente a Palma para ponerse 'de acuerdo' con la Liga. Para los blanquiverdes, con posterioridad, queda recibir a un Conectabalear que es el líder de la competición y que superó a Guaguas con un contudente 3-0 el pasado sábado; Cisneros, en el Pabellón tinerfeño; vuelta a casa para jugar ante un rival que ahora mismo es de la Liga de Unicaja, como Arenal Emevé, para cerrar la primera vuelta en la cancha de Guaguas que, pese a haber perdido dos partidos seguidos, tiene plantilla para demostrar que está a 'años luz' del cuadro almeriense.
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