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Entre los alicientes que tendrá el aficionado granadino para seguir la próxima temporada en la Liga Endesa se encuentra el hecho de que tres granadinos serán protagonistas activos de la misma. Junto al regreso de Pablo Aguilar tras su periplo extranjero, dos nombres más ... obtienen premio a su trabajo de años. Curro Segura y Pablo Almazán, entrenador y capitán del Real Betis, ya lideraron la nave verdiblanca el curso pasado en una espectacular temporada en la que la LEB Oro se le quedó pequeña a los hispalenses. Ahora ambos vuelven a la máxima categoría nacional. Durante su estancia de pretemporada en Sierra Nevada, se reunieron con IDEAL para hacer balance de su, hasta ahora, exitosa etapa sevillano.
En el caso del técnico, es cierto que dirigió al CB Granada en 2011, y que luego ejerció como asistente en proyectos relevantes como Unicaja y Baskonia, pero, desde que se sentara en el banquillo del Obradoiro en la temporada 2009/10, Segura no había vuelto a dirigir ningún equipo desde el inicio de temporada. Lógicamente, el granadino se muestra «muy contento de volver a la ACB, además en San Pablo que es donde debuté con Menorca», recordando que en la competición española están «los mejores entrenadores de Europa fuera de la Euroliga». Por lo que respecta al alero, su último partido ACB data de 2012, con la elástica del CAI Zaragoza. «Se dice pronto, han sido ocho años muy diferentes todos, excepto los tres de Melilla, pero al final el trabajo tiene su recompensa y estoy muy orgulloso de dónde estoy y toca intentar mantenerme», asegura.
La competencia por llegar a la elite es voraz. «Sólo hay dieciocho equipos y un gran nivel, hacerse un hueco es difícil», recuerda Segura. «Ha habido épocas en que he pensado que era complicado, hay pocos nacionales dando el salto desde LEB sin haber ascendido con su equipo», reconoce Almazán. Claro, en tantos años hubo momentos para todo, incluso para la duda sobre si volverían a la cúspide: «nunca perdí la ilusión, pero cuando me centré en vivir el momento y dejar esa obsesión me ha ido mejor y ha llegado la recompensa», asevera el alero. «No piensas que no vas a volver nunca, yo trato de ser optimista, he entrenado en el extranjero y sido ayudante de equipos grandes y me he enriquecido», analiza el entrenador, para quien la ACB vuelve «en un momento perfecto y en el club idóneo». Al capitán verdiblanco le tocó la amargura de, tras ascender con Melilla, ver cómo el ascenso no se ratificaba en los despachos. Eran tiempos oscuros, en plena crisis económica, con una ACB casi cerrada. «Subir fue cerrar un círculo, conseguir el objetivo de varios años, por lo que no materializarlo fue duro, así que después he intentado disfrutar porque hay cosas que no están en tu mano», analiza el nazarí.
Por otro lado, el salto de categoría obliga a ajustar situaciones. «Ya en los entrenamientos contra jugadores como KC Rivers o Demetrius Conger noto que tengo menos ventaja en el poste bajo», apunta con media sonrisa Almazán.
Rol
Sobre el papel de su paisano en el equipo, Segura afirma que «será muy importante con muchos o pocos minutos». La cuestión no es baladí, pues el capitán ya fue crucial el curso pasado en el control de un vestuario con mucho nivel para la LEB, especialmente tras dos derrotas en las tres primeras jornadas. «Él sabe que tiene mucha competencia en su puesto pero que las oportunidades llegarán y él confía y por supuesto yo también en que las va a aprovechar», añade el entrenador, que ve como «un reto y un premio a su trabajo y su esfuerzo» el regreso de su pupilo a la Liga Endesa. La química es importante entre los dos, como se entiende de las palabras de Almazán cuestionado sobre si Segura le ha explicado su nueva situación: «no nos hemos sentado a hablarlo pero tampoco nos hace falta porque nos conocemos bien. Espera que lo dé todo y sabe que puede contar conmigo para eso». Lo que quiere el alero en su nueva experiencia ACB es «disfrutarla más que las anteriores. No me hace falta jugar mucho, sino dar el máximo e irme cada día a dormir con la conciencia tranquila», sentencia.
Con el partido ante el Covirán del sábado el Betis terminó su concentración en Sierra Nevada, ya en su tercera semana de pretemporada. Segura asegura que han vuelto porque «el año pasado nos fue bien para juntar al equipo y hay que mantener lo que ha ido bien», mientras se muestra «contento con los fichajes y con la sensación de que hemos acertado con las personas para formar el grupo». Almazán, con la fatiga en el rostro tras días «de mucha carga física» valora la actitud: «el equipo se ha adaptado bien y está dando la cara en los momentos de fatiga», apunta, recordando que «el año pasado ya hicimos piña y nos vino muy bien, esperemos que este año también». Si en agosto de 2020, el Betis regresa a Sierra Nevada seguramente haya dos granadinos a los que esta temporada les haya ido muy bien en su regreso, tantos años después, a la ACB.
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