El nuevo reto de Belén Arrojo en la recién comenzada LF Endesa

Después de mucho tiempo lejos de casa, Arrojo no oculta que acercarse a Granada también tuvo peso en la decisión. «Al fin y al cabo es un proyecto cerca de mi casa», admite. Por ello, era obligado cuestionarle qué habría pasado en caso de un eventual ascenso del Raca. «Claro que vi la fase de ascenso, además jugando mi hermana Laura cómo no», razona. Sin embargo, dice que no se «planteaba mucho más allá, porque no sé qué hubiera pasado, pero sí que te pasa por la cabeza porque además la gente me lo preguntaba. Me hubiese hecho mucha ilusión, pero también me alegré por el ascenso del Jairis porque tenía buenas amigas en el equipo», puntualiza.

Finalmente, la internacional absoluta firmó en tierras murcianas. El Jairis estrenó la liga ganando al Cadí La Seu (51-64) –«fue una gran ilusión», señala Arrojo– pero este miércoles perdió en la cancha del Spar Gran Canaria (64-56). «Sabíamos que iba a ser difícil, ellas han cambiado mucho su equipo, son todas muy polivalentes y juegan con mucha fe», expuso en charla con IDEAL aún desde el aeropuerto insular. Ahora, dice, toca «aprender de los errores y de la gestión de determinados momentos del partido» para lograr un objetivo claro. «Somos realistas y lo primero es salvarnos porque les ha costado mucho llegar a la LF», aclara, exponiendo que «el entrenador nos transmite mirar solo al siguiente partido e ir poco a poco, aunque como jugadora siempre aspiras a un poco más». En todo caso, confía en las suyas y asegura que, «si hacemos lo que nos toca, el objetivo se cumplirá solo».

En Murcia se ha reencontrado con la histórica Erika de Souza, quien «mantiene la misma pasión y ganas, algo que creo que no va a cambiar nunca», así como con una de las perlas del baloncesto nacional, Claudia Contell. «Transmite ilusión y hablamos mucho, es una chica estupenda y con ganas de aprender de la que todo el mundo sabe de su calidad», subraya.

En sus primeros días en Murcia, Arrojo acudió el domingo al partido del Covirán ante el UCAM. «Me gustó mucho el equipo», asegura. Y disfrutó especialmente «con la afición, que no paró un segundo de animar».