Del quirófano en Barcelona a la Copa del Rey en Granada por pasión azulgrana

Isaac comprendió en una milésima de segundo que su vida daba un vuelco de 180 grados. Un crujido en la rodilla izquierda mientras practicaba deporte lo iba a postrar en una silla de ruedas hasta, como mínimo, el próximo mes de abril. La fractura en la cabeza de su tibia dolía como hierro incandescente, pero no por la lesión en sí, que también, sino porque su viaje a la Copa del Rey quedaba en el aire.

«Tenía comprado el abono, reservado el hotel... Todo preparado para venir a Granada desde hace tiempo, pero la lesión era muy grave», explica él mismo a IDEAL. Una vez operado a finales del pasado mes de enero por el equipo médico del Doctor Ramón Cugat en Barcelona, su lugar de residencia, el plan de recuperación era sencillo a la par que desesperante: guardar el máximo reposo posible durante más de dos meses. Acudir al torneo copero en Granada quedaba descartado, pero no para Isaac.

«Pensé mucho en cancelar el viaje. Mi familia me recomendó permanecer en Barcelona por mi bien, pero me pregunté si de verdad quería quedarme llorando en casa. Evidentemente, me negué y tiré para adelante. Una Copa del Rey lo vale», ríe junto a su pandilla de amigos 'culers' desde un bar del Zaidín. Con una placa de hasta seis clavos sosteniendo su hueso dañado y aplicándose infiltraciones para soportar el dolor, Isaac voló hasta Málaga y, de ahí, fue en autobús hasta Granada, donde lleva ya cuatro días. «Ni se me ocurrió contarle mis planes al médico... Me habría dicho de todo», añade. Además de no perderse ningún encuentro del Barça, tampoco desaprovecha el tiempo.

A bordo de su silla de ruedas, ya ha visitado la Alhambra tan solo 22 días después de ser intervenido. Eso sí, la subida hasta la Sabika se produjo en taxi. «Así es como nos estamos moviendo principalmente por la ciudad. Mis amigos me ayudan con la silla y más o menos hacemos vida normal». Tanto es así que también hay espacio para salidas nocturnas y algún que otro accidente. Bajo el chaparrón que cayó en Granada tras las semifinales, Isaac y su gente se dirigían al Centro para celebrar el triunfo blaugrana. Entre los charcos y un bache endiablado en la acera, el joven salió disparado de la silla.

«Me caí sobre la pierna mala, encima. Al principio noté mucho dolor, pero finalmente las pastillas surtieron efecto. Eso sí, se acabó la fiesta para mí esa noche. Me quedé en el hotel mientras estos de ahí se iban de discoteca», relata Isaac señalando al resto de la mesa, sus compañeros y algunas jugadoras del Basket Draft Gramenet. Isaac actúa como primer entrenador de este club de la iudad Condal. «Bueno, ahora casi que paso a ser segundo», bromea haciendo referencia a su pierna completamente estirada.

El amor al Barça le viene de familia. «Mis bisabuelos, mis abuelos, mis padres... Toda la familia somos socios del Barça e intentamos apoyarlo siempre que se puede», cuenta Isaac. De hecho, «esta no es mi primera Copa del Rey. He estado en otras ediciones, en 'Finals Four'... El Barça lo es todo». Así, Granada ha sido el siguiente destino en ser sellado en su pasaporte 'culer'. «La gente ha sido muy acogedora con todos nosotros estos días. Granada cuenta con muchos puntos adaptados para personas en silla de ruedas, lo que me ha venido de maravilla para disfrutar al máximo estos días».

El éxtasis llega cuando suena la bocina y los jugadores blaugranas celebran el título en el parqué granadino. Isaac quiere saltar, pero no puede. David y Marc lo cogen como pueden y se funden en un emotivo abrazo. La noche será larga si no hay un nuevo traspiés, pero la ilusión del joven pasa ahora por su recuperación total. «Me pondré en forma otra vez y me gustaría viajar por el mundo, algo que no he podido hacer por el coronavirus», concluye. Para entonces, Isaac podría volver a ponerse la zamarra blaugrana en otra gran cita de su Barça y volver a disfrutar. Esta vez sin la ayuda de nadie, sino por su propio pie.

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