Domingo, 25 de junio 2023, 23:52
Aunque pueda resultar extraño, hubo una época en la que quizá el centro neurálgico del baloncesto granadino se ubicó muy cerca de donde hoy se alza el Palacio de los Deportes pese a que, en aquel momento, aquello no era más que campo, que diría ... un castizo. Se invita al lector a viajar mentalmente hasta finales de la década de los ochenta, cuando ni la actual sede del Covirán existía ni tampoco, por supuesto, el Nuevo Los Cármenes. La extensión zaidinera de Granada casi acababa pasada la plaza Fontiveros, en la famosa Hípica cuyo único recuerdo en 2023 es la parada del metropolitano que lleva ese nombre. A partir de ahí, pasado el Instituto Progreso, en los terrenos que ahora ocupan la sede del Partido Popular y el Colegio Oficial de Médicos, se entraba en una zona prácticamente agreste que desembocaba en una antigua vaquería y en el colegio público Sierra Nevada, casi el único vestigio de la época que aún sigue en pie.
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Sin embargo, el tiempo no ha hecho justicia a la relación del centro escolar y el baloncesto. Apenas dos canchas de minibasket hay en pie, en las que solo una de las cuatro canastas conserva el aro. Es difícil que a los más veteranos del lugar no se les coja un pellizco en el estómago cuando recuerdan lo que un día supuso el lugar para el baloncesto en la ciudad. De hecho, y aunque afirmar esto pueda resultar chocante, allí se forjó un equipo histórico para Granada. Lo logrado no fue un ascenso o una permanencia sobre la bocina, sino algo que, basándose en el devenir de los tiempos, puede resultar hasta más meritorio: en 1991, el equipo júnior del Sierra Nevada logró ser el único cuadro local en proclamarse campeón andaluz masculino de dicha categoría. Nunca antes había pasado y nunca después se logró emular, pues la tiranía de Unicaja, sobre todo, y Baloncesto Sevilla, en sus distintas nomenclaturas, ha dejado siempre a los representantes granadinos lejos de igualar lo que sigue siendo un hito.
En pleno 'boom'
La actividad baloncestística en el colegio Sierra Nevada arrancó en 1984, poco después de que el melillense Eugenio Hidalgo comenzara allí su actividad como profesor. Por aquel entonces, jugar bajo techo era un auténtico lujo, y el 'boom' por la canasta ligado al éxito de España en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y, desde luego, al primer ascenso del Oximesa a la ACB, no tardó en llegar. Así que durante una docena de años —el añorado club cesó en su actividad en 1996— las pistas exteriores del 'Sierra', como todo el mundo conocía popularmente al colegio y al equipo, se convirtieron en una referencia indiscutible. De allí salieron varios futuros profesionales granadinos, como los hermanos Mesa, Javi y David, o Isaac López, todos con notabilísimas carreras en la LEB y algunas experiencias en ACB. Por allí pasaron Nacho y Javi Pin, hermanos del hoy laureado entrenador, así como David Urbano, fisioterapeuta del Barça y la selección, o Nico Megías, hasta la pasada temporada miembro del cuerpo técnico del Covirán. Una auténtica cuna de talentos desde un club de colegio en el que, por ubicación y prestigio —competir con el Oximesa, primero, y el CB Granada, después, lógicamente era llevar las de perder— tocaba ser especialmente creativo. «Porque además la federación, con la excepción de Fernando Pin, tampoco nos ayudaba mucho, por decirlo suavemente…», subraya el citado Eugenio Hidalgo, director deportivo del club en aquella década prodigiosa.
Lo cierto es que el 'Sierra' se convirtió en potencia provincial y habitual en los torneos autonómicos e incluso en algún intersector, el paso previo al Campeonato de España, cuando la dificultad de alcanzar el mismo —lo jugaban solo ocho equipos, a diferencia de los 32 de hoy— era elevadísima. Así, en la temporada 1990/91 el club colegial se convirtió en filial del CAB Loja, otro añorado proyecto pilotado por Antonio Gómez Nieto. Y aquel equipo júnior, que ya como cadete había avisado de su potencial, logró lo improbable entonces, y seguramente lo imposible hoy. A las órdenes de Juan Conejo y Paco Romero, entre los nombres de aquella plantilla uno destaca especialmente en la memoria del aficionado: Juan Carlos Liñán, férreo defensor con 66 partidos ACB entre 2001 y 2003 con la camiseta del desaparecido 'Cebé'. «Iba a entrenar desde Atarfe, y tenía que coger dos autobuses, uno hasta Fuentenueva y otro hasta el Zaidín, y desde allí andar un buen tramo. Por la noche, un compañero me llevaba en moto hasta Fuentenueva para coger el último bus. No sé muy bien cómo mis padres me dejaron…», rememora sobre sus esfuerzos para ir a entrenar al colegio. Jorge Carvajal, Félix Chica, Ramón Pérez, Alberto Ballesta, Pablo Moratalla, Emilio Ramos, Joaquín Orellana, Alfredo Martínez y Enrique Ruiz eran el resto de una plantilla, añada de 1973, a la que mal haría en olvidar el baloncesto local, y a la que IDEAL reúne más de tres décadas después de una hazaña sin parangón. Solo dos —Chica y Orellana— cursaron estudios en el Sierra Nevada.
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Puerto Real
Tras imponerse, a doble partido, en la final granadina al Puleva, el 'Sierra' se plantó en el torneo autonómico, con sede en Puerto Real, dispuesto a dar la cara pero consciente de la dificultad del envite. «Los veías a ellos y casi te topabas con jugadores ACB, y nosotros, en nuestro microbús de 15 plazas, parecía que íbamos a cruzar el Estrecho…» bromea Juan Conejo en alusión a un Caja de Ronda malagueño en el que la gran estrella era el base Ernesto Serrano, de gratísimo paso posterior por el CB Granada. Pero a la hora de la verdad, la cancha dictó sentencia y los granadinos ganaron hasta en dos ocasiones a los costasoleños (82-80 en la fase de grupos y 71-61 en la final) y en otra (101-81) a un Caja San Fernando donde militaba como base Rafa Monclova, hasta hace poco entrenador del Lucentum Alicante. Lograron así una proeza nunca repetida. Palabras muy mayores.
Pocos días después de alzar el título autonómico, el Sierra Nevada disputó en Mazarrón (Murcia) el intersector. Lo hizo con alguna baja, por mor de la cercanía de Selectividad y las restricciones familiares. «Nos empeñamos en que nos llevara el mismo chófer que a Puerto Real, pues le habíamos cogido muchísimo cariño, y de hecho luego nos ayudó a hacer alguna escapada a la playa de Mazarrón…», relata sonriente Marco García —delegado junto a Isaac Moreno—, que recuerda cómo el conductor «acabó llorando cuando ganamos al Caja San Fernando en Puerto Real». En tierras murcianas, los colegiales vencieron al Hípica de Melilla, perdieron con el CB Badajoz y se impusieron claramente al filial del Juver Murcia un día en el que el reputado Moncho Monsalve, presente en la grada, quedó prendado del juego de Jorge Carvajal. De hecho, cuando luego fichó por el Baloncesto Granada, una de sus primeras medidas fue llamar al joven talento para que entrenara con el equipo. Finalmente, el sueño del Campeonato de España lo cercenó, ante un 'Sierra' fundido físicamente, el Pamesa Valencia. Con los futuros ACB Víctor Luengo y Juanjo Llamas, los levantinos no dieron opción.
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En 2023, una sala del CEIP Sierra Nevada guarda un viejo trofeo de cerámica con forma de canasta que para muchos será poco más que de una reliquia buscada por Indiana Jones. Qué pena que esas paredes no hablen. Cuánto baloncesto contarían.
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