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JOSÉ I. CEJUDO
GRANADA
Miércoles, 7 de noviembre 2018, 20:31
José Antonio García, 'Joselillo', se ha convertido en el primer caso de ida y vuelta en la historia de la Fundación Contador. El ciclista de Fuente Vaqueros, de 22 años, acaba de regresar allí donde se formó como juvenil tras una gran temporada en el equipo cántabro Gomur, donde logró muchas victorias la pasada temporada. Quienes lo han seguido lo califican como uno de los ciclistas más prometedores de las categorías inferiores del ciclismo español en mucho tiempo. Agotado tras unas últimas semanas exigentes, por fin puede descansar con un gran botín bajo el brazo, el de su regreso a uno de los equipos en los que más margen de progreso podría tener. Ahora quiere demostrar de qué pasta está hecho.
La próxima temporada la correrá en el Polartec-Kometa sub-23 de la Fundación Contador en categoría continental, último escalón hacia el profesionalismo. «He tenido muchas ofertas, pero me trataron bien en la Fundación, tenía grandes amigos y conocía a los directores, así que decidí volver. Me llevé muy buenos recuerdos, en su día salí bien con todo el mundo y ellos conmigo, así que no había por qué ir a otro lado. Es el mejor lugar para ser ciclista», razona José Antonio García.
Con esta, la que ha sido su campaña de consolidación como ciclista incluso a sus propio ver, 'Joselillo' deja atrás algunos años de titubeos. Cumplía dos años en la Fundación cuando le invitaron a marcharse. «No fue mi mejor año en la categoría, no corrí mucho y mi estado de forma tampoco fue bueno, así que decidieron que no renovase», recuerda, con tranquilidad y comprensión. «Me echaron una mano buscando equipo, lo encontré y quedamos en que si la evolución iba a mejor, volvería. Y así ha sido», expone e de Fuente Vaqueros, que recaló en el Infisport.
El cambio de aires vino acompañado del infortunio. La salud empezó a jugarle malas pasadas. «Fue un año duro. Cuidé tanto la alimentación que tuve problemas de peso. Bajé muchísimo, tuve anemia. No estuve todo lo bien que quise», relata 'Joselillo'. Al final, por razones externas, el equipo dejó de competir y tuvo que buscarse un nuevo destino. La tarea se complicó más de la cuenta, hasta que en el último suspiro apareció una oportunidad de oro: el Gomur cántabro. «No encontraba equipo, y nunca pensé en ofrecerme allí porque creía que estaría muy lejos del nivel, ganaron alrededor de cuarenta carreras, son muchas», admite sonriente. Un ex compañero en la Fundación le ayudó a entrar.
Y cuando todo parecía enderezarse, cuando la suerte parecía empezar a sonreírle de nuevo, la enfermedad de nuevo. «Tuve mononucleosis, sin ser consciente. Me hice los análisis y lo vimos», cuenta José Antonio García. Ahí tocó fondo, creyó que no había vuelta atrás. «Hablé con el director y acordamos que no los iba a dejar tirados porque había firmado pero que a la temporada siguiente lo dejaba, colgaba la bici. No tenía ni forma ni motivación, todo va de la mano», reconoce.
Pero superó la mononucleosis y comenzaron a llegar las victorias. Una detrás de otra. «El motor empezó a funcionar, y decidí seguir», se sonríe. «Esta temporada la salud me ha respetado y he estado bastante bien de forma. Ha sido un año bastante regular de febrero a septiembre, más o menos en el mismo pico siempre», se felicita el ciclista de Fuente Vaqueros.
Los buenos resultados de los últimos meses le han valido el regreso a la Fundación Contador para militar en el equipo sub-23 Polartec-Kometa. «Quiero demostrar quién soy, que no fue casualidad. El año pasado pensaba que todavía no estaba preparado para la categoría profesional», refleja su cambio de actitud José Antonio García, quien preparará la Copa de España para arrancar bien la temporada y que también competirá alguna carrera de World Tour, tras su buena adaptación a la categoría continental en Francia.
Porque él ya ha dado el paso. Ha terminado de decidirse a intentarlo, se ha visto preparado por primera vez. «Como cadete se me dio bien, también como juvenil, pero son categorías en las que puedes ganar muchas carreras porque no todo el mundo entrena ni se cuida igual, mientras que en sub-23, el paso anterior al profesionalismo, todo el mundo hace distancias largas. Es donde puedes saber si vales o no», argumenta 'Joselillo', que no olvida la carrera ganada en el País Vasco el verano pasado, el día de su cumpleaños y con sus padres presentes.
Lejos, o no tanto, queda ya el chiquillo que con catorce años compaginaba el fútbol y la bicicleta en la escuela de Santa Fe. «Quiero decir que soy profesional lo más pronto posible, por mí en un par de meses pero ojalá pueda ser el año que viene. Vamos a luchar con ello, por los pies en el suelo porque es complicado, hay mucha gente detrás de ello en la categoría continental», matiza José Antonio García. «Cambiaría todas las victorias de este año por una el año que viene. Quiero ayudar a mis compañeros y rascar una victoria o un buen puesto en volatas importantes», fija.
Su fuerte es el esprint, donde afila su punta de velocidad. «Soy un sufridor hacia arriba y hacia abajo, pero me gusta correr. Tengo compañeros que me dicen que estoy loco perdido porque me gusta pegarme en el barullo, donde a otros les da miedo meterse, y darme con los codos . Te puedes caer, pero sientes la adrenalina», expresa con picardía, consciente del riesgo que asume.
Su sueño es llegar al World Tour, la siguiente etapa marcada en el calendario. «Me gustaría intentar ganar alguna etapa en el Tour de Francia o en la Vuelta, representando Fuente Vaqueros hasta el final», reivindica el granadino 'Joselillo' con entusiasmo. Y sueña.
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