Agustín Ubal gana enteros en la rotación del Covirán Granada como director de juego

De hecho, al montevideano le costó convencerse de sus posibilidades también en la ciudad de la Alhambra. En las primeras jornadas, especialmente en ataque, era un jugador timorato, que renunciaba incluso a tiros liberados de eso que, en una competición como la Liga Endesa, hay que tomar sí o sí. Sin embargo, y ante todo merced a su buen hacer defensivo –su tamaño le permite ser una gran baza para Pablo Pin ante las estrellas exteriores rivales–, el charrúa va progresivamente ganando peso en la rotación granadina, y cada vez muestra más determinación también en la cancha delantera.

En Murcia volvió a salir como titular, rol al que se va acostumbrando en las últimas jornadas para ejercer de especialista defensivo, pero su gran paso adelante llegó en el último cuarto, cuando Pablo Pin le concedió incluso la responsabilidad de actuar como base y el Covirán firmó minutos de gran calidad, remontando un partido que parecía prácticamente perdido. El irregular partido de Jonathan Rousselle, que encestó tiros de mucho mérito pero no estuvo bien a la hora de controlar el partido –hasta cuatro pérdidas de balón acumuló el galo, alguna de ellas muy evitable– y el malísimo momento de forma por el que pasa un Sergi García que sigue sin recuperar el tono tras la lesión muscular que le apartó del equipo hace unas semanas, convencieron al técnico de situar a Ubal como director de juego, y lo cierto es que la apuesta no pudo salir mejor. El uruguayo actuó con presteza en ataque –sus 6 puntos llegaron en esos minutos– y aportó buen nivel en defensa, con una recuperación, y rebote, haciéndose con tres capturas en el periodo definitivo del duelo.

Pese a la derrota en Murcia, en un partido que bien pudo caer del lado granadino, la consolidación de Ubal sigue siendo una buena noticia para Pablo Pin, al que el sudamericano dejó claro que, además de como 'stopper' en el puesto de '2', puede recurrir como base si el partido le lleva a ello. Seguramente, fue un aviso también a navegantes, sobre todo para Sergi García.