El batacazo del Estudiantes ante el Palencia ya deja el ascenso a solo una victoria del Covirán

Ayer le tocó pinchar en hueso a los colegiales, que sufrieron su segunda derrota (71-73) como locales en toda la temporada –hasta ahora solo el Covirán les había derrotado en Madrid– a manos de un Palencia que dominó prácticamente desde el salto inicial y que, pese a la mejoría colegial en el tercer cuarto, que llevó a los de la capital a entrar en el último en ventaja, fue capaz de sacar partido de los nervios locales para voltear el marcador y sumar un triunfo que permite a los palentinos seguir aspirando a la tercera posición. El 'Estu', que había ganado sus tres primeros partidos con Diego Epifanio en su banquillo, dilapidó así gran parte de sus opciones de ascenso directo a la ACB.

En clave granadina, la consecuencia de este resultado es inmediata y enorme. El Covirán vuelve a recuperar el liderato en solitario de la segunda categoría nacional a solo dos jornadas para que acabe el curso regular. Ello significa, toda vez que los rojinegros tienen el 'basket average' ganado al Estudiantes, que el equipo que dirige Pablo Pin tiene ya muy cerca el ascenso directo, honor reservado al primer clasificado. Tanto es así que, en las dos jornadas que restan, al Covirán le vale un triunfo o incluso, si perdiera sus dos partidos, una derrota estudiantil en los dos compromisos que tienen por delante los de Epifanio.

En casa

Sin embargo, no hay duda de que los rojinegros van a intentar poner toda la carne en el asador para certificar el ascenso a la primera. El próximo viernes, a las 21 horas –en horario unificado para toda la Liga–, el Almansa con Afanion rendirá visita al Palacio de los Deportes. Y ahí, una victoria local supondría el retorno de Granada a la ACBmás de una década después.

Los de Pin –con la duda de Pere Tomàs, que hoy conocerá el estado de su lesión en el abductor– deberán intentar hurgar en la herida de un equipo en mala racha que ha sumado cuatro derrotas consecutivas y que también tendrá cosas en juego, toda vez que los almanseños no han certificado la permanencia matemática.

En todo caso, el Covirán se ha ganado el derecho a tener cierto margen de error. Si no fuera capaz de imponerse al Almansa, aún le valdría un triunfo en la última jornada en Cáceres, o bien que el Estudiantes perdiera el viernes en la cancha del Bàsquet Girona o en el epílogo de la temporada regular en su propio feudo, ante el Unicaja Oviedo.

En definitiva, y aunque el Covirán parece tener el ascenso muy cerca, le falta dar la estocada definitiva a su brillante temporada. Cabe recordar, eso sí, que no solo Almansa necesita un triunfo para certificar la permanencia en la LEBOro, sino que es muy probable que el Cáceres –ya clasificado matemáticamente para el 'play off'– también tenga cosas en juego en la última jornada, tratando de escalar alguna posición que le permita tener un cruce algo mejor. Por su parte, respecto a los rivales de Estudiantes, la situación de Oviedo es similar a la de Cáceres, toda vez que ambos empatan en la clasificación con 18 victorias y 14 derrotas. Por su parte, Girona, tras caer ayer en Melilla (92-68), cedió la cuarta plaza ante Palencia y ahora necesita volver a ganar para evitar que Coruña y los citados Cáceres u Oviedo le descabalguen en la tabla. La mala noticia para los catalanes es el estado físico de Marc Gasol, ausente ayer en Melilla por una lesión en el gemelo de la pierna derecha y cuya participación puede ser determinante para que el Estudiantes pudiera perder en tierras gerundenses.

Al tajo

El Covirán vuelve hoy al trabajo tras dos días de descanso posteriores al último triunfo en la cancha del TAUCastellón (69-73). El reto para Pablo Pin será, una vez más, mantener a los suyos aislados del ruido externo, con la euforia prácticamente desatada en la ciudad ante la evidencia de que el viernes podría ser la traca final. El Covirán lo tiene casi en la mano, pero falta el último zarpazo. El más difícil mentalmente.