El Covirán demuestra estar preparado para la gran cita madrileña del domingo

A los equipos de un nivel parecido no suele resultarles cómodo encontrarse dos veces en tan poco espacio de tiempo –escenario que normalmente solo se produce en situaciones de 'play off'– ya que es difícil cambiar muchas cosas entre uno y otro duelo. En este caso además, todo el mundo tenía claro que la cita realmente relevante era la segunda de ellas. Ganar un título es muy bonito pero, en román paladino, el encuentro capital es el que se jugará el próximo domingo (12.30 horas, Wizink Center), pues el vencedor del mismo podría dar un salto gigante hacia el que no deja de ser el gran objetivo del curso, el ascenso directo a la Liga Endesa.

Cambio de cara

A nadie le gusta dejarse un título por el camino, pero ante el gran duelo en la capital de España el Covirán dejó claro que está preparado para competirle a un histórico de la dimensión del Movistar Estudiantes y en un recinto colosal como el Wizink Center. Seguramente el factor escénico pesó de inicio, como reconocía en conversación privada algún jugador rojinegro minutos después de la derrota, pero ese es un hecho que ya debe estar superado especialmente con lo sucedido en la segunda parte.

Ciertamente los visitantes entraron muy mal al partido. La defensa de cambios local cortocircuitó su ataque y eso afectó al habitualmente sólido nivel defensivo de los de Pin, desbordados de inicio y con el 'Estu' masacrando a placer desde el perímetro (18-3 en siete minutos). Fue el ingreso en cancha de jugadores menos talentosos pero más sacrificados, como Edu Gatell, Germán Martínez o Ramón Vilà lo que empezó a hacer girar el viendo, pero el arreón estudiantil antes del descanso, incluyendo un doloroso triple de Beirán desde su propia cancha, rubricó un escenario complejísimo (44-26).

Todo cambió en el intermedio, cuando Pin pidió a los suyos «que fueran ellos, que se divirtieran», según desveló en la rueda de prensa posterior. El Covirán dibujó un tercer cuarto descollante (9-26) y se metió de lleno en el partido. 'Petit' Niang comenzó a complicarle seriamente la vida a Kevin Larsen y el descaro de Christian Díaz despertó también a tiempo a un Lluís Costa que había empezado aletargado, de modo que los visitantes pusieron en entredicho lo que parecía una plácida victoria local. «Me han demostrado que si jugamos a nuestro nivel somos capaces de todo», valoró Pin, satisfecho y «orgulloso» de la entrega de los suyos pese al subcampeonato final.

Distintas ópticas

Ahora llega la hora de la verdad. Un triunfo del Covirán el domingo le dispararía hacia la ACB, al poner una victoria de por medio más el 'basket average' con el Estudiantes. En caso de victoria madrileña, los granadinos buscarán defender dicho 'average' (69-58 en la ida), pues así tendrían a tiro a los colegiales ante cualquier tropiezo. Por el contrario, el triunfo madrileño por más de once dejaría un escenario complicado para el ascenso directo granadino, mas no imposible pues quedarán siete jornadas y el 'Estu' tendrá que visitar canchas complicadas como Coruña o Girona.

El Covirán probó que puede mirarle a la cara a su legendario rival, si bien desde la óptica madrileña la Copa también ayuda. «Sabiendo que ganamos, prefiero así que haberlo hecho más fácil», apuntó su entrenador, 'Jota' Cuspinera. Deberán salir con las orejas tiesas porque «la semana que viene volvemos a por todo», zanjó Pin. Y, ya se sabe, quien avisa no es traidor.