Covirán Granada - Unicaja Málaga

La Semana Santa deja al Palacio sin pasión

El prepartido comenzó muy pronto en el Zaidín. El mercadillo de la barriada se entremezcló con la llegada de aficionados visitantes, aproximadamente un millar, que fueron goteando entre autobuses y coches particulares durante la hora de la comida y un poco después. «Hará muy buen tiempo, pero no hay nada más satisfactorio en un fin de semana que ver ganar al Unicaja», comentó a IDEAL Carlos, uno de los seguidores visitantes mientras terminaba de degustar un postre en una de las terrazas de la avenida del Emperador Carlos V. La entrada a la cancha también fue temprana por parte de los malagueños, en una tarde con una presencia policial mayor en el Palacio de los Deportes a pesar de que el ambiente era plácido y familiar.

Los granadinos llegaron con el tiempo justo. El encuentro comenzó con media entrada en el Palacio de los Deportes, mientras Pablo Pin se desesperaba en los primeros minutos del partido, de claro dominio local. Reconectó con el encuentro el equipo, pero no así la afición, más pendiente de cumplir expediente y salir. El Covirán se acercó en el marcador, pero la grana apenas se activó y en el momento que llegaron de nuevo las dudas el equipo se vino abajo. Antes del descanso ya estaba el envite entregado por los rojinegros, sin que a nadie le incomodara esa situación. Incluso la charanga 'La Pepa' afrontaba la tarde con cierto desánimo, solo alentó al Palacio durante el descanso y la mejor química la encontró con el sector de la peñas malagueñas, que estaban disfrutando con el juego de su equipo, que ganó en Granada con más autoridad de la mostrada en el Martín Carpena.

El arranque del tercer cuarto fue la constatación de la muerte del Covirán Granada en el partido. Hasta el Señor en las manos de Santa María de la Alhambra tenía mejor cara que el equipo de Pablo Pin en la segunda parte del derbi contra el Unicaja. El rival malagueño se fue hasta los treinta puntos de ventaja e incluso sonaron los primeros pitos de la temporada en la cancha del Zaidín. De hecho, la afición malagueña ni celebraba las canastas de su equipo en el segundo tiempo para no hacer sangre ante los amigos de Granada, que le dieron una cálida bienvenida y un fabuloso cierre. El Unicaja dobló al Covirán en la clausura del tercer cuarto, en el que la diferencia superó unos escandalosos cuarenta puntos sin que ni siquiera los granadinos hicieran por remediarlo y con la grada ya desfilando hacia el exterior del Palacio.

En el Martín Carpena quedó demostrado que las aficiones de Granada y Málaga quieren lo mejor para los dos equipos, inmersos actualmente en objetivos diferentes, y lo demostraron con un intercambio de cariños poco antes del final del partido. La afición malagueña gritó 'Granada, Granada', el millar de seguidores rivales le devolvió el cariño mostrado en la ida con un 'Málaga, Málaga', y lo que quedaba del Palacio de los Deportes devolvió el gesto con agrado al unísono en una tarde en la que dos aficiones esperaban celebrar una fiesta, pero una de ellas se quedó en el sepulcro.