
El Covirán se lanza al mercado por el déficit físico
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El club se refuerza por fuera con Sam Griffin tras las lesiones de Bamforth, García y Ubal y, también, busca en la zona sin Wiley del todoEl Covirán no arroja la toalla a falta de once jornadas para que termine la fase regular en la ACB. Al equipo granadino se le ha puesto muy difícil la permanencia en la Liga Endesa, situado en zona de descenso y a dos victorias de los rivales directos, que son en algún caso tres al perder el 'basket average', caso del Hiopos Lleida.
La distancia no es insalvable y la situación puede cambiar si la formación de Pablo Pin es capaz de dar la sorpresa este domingo, contra el Surne Bilbao, en Miribilla.
Pero, al margen de las lamentaciones de haber perdido en el Palacio con el Hiopos Lleida y de la polémica arbitral, el Covirán se encuentra con el inconveniente de las lesiones y la marcha de jugadores, lo que hace que no tenga la plantilla cerrada de cara al último tercio de la competición.
El club nazarí sigue en fase de reconstrucción y se siente obligado, de nuevo, a buscar refuerzos en el mercado, debido a que tiene varios jugadores con molestias físicas y, parece, que los recambios realizados no son suficiente como para aguantar el tren final del campeonato.
Claro, que todo queda sujeto también al bolsillo y la disponibilidad económica, inferior a la de sus adversarios en la liga. De momento, se sumó ayer el 'combo' estadounidense Sam Griffin.
Así, el Covirán ha visto cómo se ha quedado sin tres jugadores y dos de ellos básicos en su esquema inicial de la temporada. La ausencia de Jacob Wiley, que acaba de hacer las maletas por decisión propia y en vista de que tarda en recuperarse de una fascia en el pie derecho, unido a una operación de un dedo en la mano izquierda, deja dinero para contratar a dos jugadores para los últimos meses de competición.
Su sustituto, el georgiano de pasaporte austriaco Giorgi Bezhanishvili, que debutó con una escasa presencia frente al Hiopos, está recién llegado, aunque a simple vista no se intuye que tenga la calidad y el nivel del americano de pasaporte macedonio, un Wiley que era la piedra angular en la pintura como acompañante del 'cuatro' titular Amine Noua. El 'cinco' fichado aparenta ser un jugador «para ayudar», como adelantó el propio entrenador Pablo Pin, pero no determinante en la zona nazarí.
Tampoco los postes nacionales Rubén Guerrero e Iván Aurrecoechea dan la sensación de ser garantía en el intenso tramo final. El marbellí no ha aprovechado del todo las numerosas oportunidades que se le han dado, con una irregularidad manifiesta y a pesar de que Sergio Scariolo le llamó para la última ventana FIBA de la selección.
En cuanto al madrileño, se postula como merecedor de más tiempo en pista, en función de las bajas que se producen y debido a que sí cumple con la ocasión, sacó casta y orgullo en un papel interesante ante el Lleida, dentro de su rol asignado y la exigencia lógica para un debutante en ACB. En conclusión, hay tres 'centers' pero ninguno a la altura de Jacob Wiley y eso que la posición natural del macedonio es la de 'cuatro'.
El otro cambio entre los 'ayudantes' de Noua fue el de Ousmane Ndiaye por Edgar Vicedo. Aquí quizá no afecte tanto la variación. El joven senegalés promete conforme se adapte al sistema de juego nazarí, conoce la categoría y su función es parecida a la de Edgar Vicedo, un 'cuatro' abierto que tira de triple.
Además, el madrileño procedente del Tenerife no aportó lo que se esperaba de él. Y se quedó por debajo, también justificado por una lesión arrastrada de fascitis plantar, que le llevó fuera del parqué, y a tomar la generosa decisión de acordar su salida, para aliviar así las nóminas del club granadino.
Este cambio de ficha aquí se digiere mejor. Aunque afecta que Vicedo estaba más integrado al bloque que Ndiaye. En cualquier caso, el cambio se puede asumir más que el de Bezhanishvili –por debajo en experiencia que Evaldas Kayris– respecto a Wiley.
También es incógnita el que se produjo de Omar Silverio por Gian Clavell en el perímetro. El dominicano ofreció buenas sensaciones en su estreno ante el Lleida, aunque el Surne Bilbao quizá le 'cortara' por falta de continuidad en sus números. Clavell, fuera de combate por una operación abdominal, estaba mucho más acoplado al esquema de Pin, realizó una misión clave en la subida del balón y tuvo el percance cuando más en forma y mejor respuesta daba, lo que pone difícil también a Silverio el reemplazo.
En el puesto de 'dos' se da el agravante de que a la pérdida de Clavell para toda la campaña se han agregado otras bajas en la línea de flotación exterior. Scott Bamforth sigue con serios problemas físicos. Ante el Hiopos se vio forzado prácticamente a jugar, por pura necesidad en un día muy importante, y lo hizo hasta con evidente cojera, con las molestias que sufre en la pierna, de gemelo y sóleo, por lo que no puede entrenar y está entre algodones de cara al partido del domingo en Bilbao.
Para colmo de males, Jonathan Rousselle se quedó solo al frente de la dirección en pista. A la baja de Agustín Ubal por la rodilla, que al menos no fue grave ni de ligamento pero sí de medio plazo para su regreso, se unió la del base principal Sergi García. El balear salió ante el Hiopos hasta en el cinco inicial pese a no haber podido tocar bola en toda la semana, lo que agravó sus problemas de isquiotibiales. De hecho, ni pudo participar en el segundo tiempo. De ahí el fichaje del escolta Griffin como ayuda inmediata del galo.
Y todo son pulgas para el perro flaco 'Covi'. También Pere Tomàs tuvo que retirarse y Elias Valtonen fue utilizado con la espalda mermada.
El panorama actual es que Bamforth, García, Valtonen y Tomàs están 'tocados' en lo físico, Ubal, baja un tiempo, y Clavell, total. Seis hombres frente a dos incorporaciones: Griffin y Silverio.
Pablo Pin necesita a otro jugador interior más, pero al menos resolvió la prioridad del exterior con rapidez. Entre lesiones, bajas y árbitros al Covirán le ha mirado un tuerto o una gitana le ha echado mal de ojo. Y en su particular circo le menguan los gigantes...
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