El Covirán necesita más aportación

Al Covirán no le queda más remedio que pasar página sobre su actuación en el Palau Blaugranada. El equipo granadino respondió durante apenas los cinco primeros minutos de juego frente al poderoso Barcelona, pero se diluyó como un azucarillo en el café al poco rato. Las 21 pérdidas de balón le hicieron mucho daño, pero también la facilidad en la pintura, donde apenas hubo resistencia. A ello hay que añadir el pésimo porcentaje en los lanzamientos exteriores.

De lo positivo se sacó en claro la reacción del tercer cuarto, que maquilló el marcador de forma provisional porque, a la larga y tras el último episodio, en el que los nazaríes parecieron guardar fuerzas, la derrota fue abultada y sonrojante.

En ese tercer parcial brilló con luz propia el base Sergi García, el mejor de la formación de Pin. También se salvaron de la quema el francés Amine Noua, aunque estuvo intermitente y apareció a ráfagas, y el estadounidense Scott Bamforth, con la connotación de que el escolta del Alburquerque sumó puntos en los minutos de la basura, en los del último cuarto, con el partido roto totalmente y en plena relajación azulgrana.

La cuestión es que Pablo Pin aboga por un grupo que sea competitivo. Puede perder ante los grandes de la Liga Endesa, pero es importante la forma en la que lo haga. Ante la visita del Unicaja, a los rojinegros no le queda más remedio que incorporar jugadores a las estadísticas, que no sean tan negativas y que aporten. Tres hombres acertados de doce es un porcentaje bajísimo y que imposibilita al Covirán.

Entre ellos no estuvo Elias Valtonen por lesión, al que reservó el entrenador, por lo que serían tres de once, ocho fuera de combate y algunos de ellos negados hasta límites insospechados, como el puertorriqueño Gian Clavell, que es difícil que esté más desafortunado, con 1/7 en triples y cinco pérdidas. También Rubén Guerrero terminó con unos números, no tremendos, sino ausentes. Jugó 21 minutos, siete menos que el boricua, pero acabó con cero en todo y solo un tiro de dos fallado, algo inédito en tanto tiempo en pista por haber pasado desapercibido.

El Covirán echó en falta la aportación del grupo y Pin se mostró incrédulo ante el bajo rendimiento, también, de los jugadores que salieron desde el banquillo. Si algo destacó durante la pretemporada en los granadinos fue que todos los jugadores sumaban al equipo, bien fuese en el plano defensivo o en el ofensivo. Sin embargo, ante el Barcelona, muchos se quedaron sin agregar nada al colectivo, ni puntos ni rebotes.

Jacob Wiley, por ejemplo, aunque contabilizó cuatro puntos y tres rebotes, no cuajó un buen encuentro. Incluso el papel de Jonathan Rousselle, que había acostumbrado a una ágil dirección en pista, con excelentes pases y asistencias, estuvo flojo, además de que sus lejanos tiros al estilo 'mandarina' no gozaron de puntería esta vez.

A ese nivel será imposible que el Covirán gane, ni que pueda realizar un buen papel y dar una positiva imagen frente al Unicaja, en lo que será el reencuentro con la afición en el Palacio Municipal de los Deportes, tras las obras de mejora realizadas en la instalación del barrio del Zaidín, que abre sus puertas cuatro meses después. La valoración de la plantilla fue negativa en el Palau, salvo Sergi García, con 28, y los aceptables 14 y 13 de Bamforth y Noua. Muy poco.

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