El Covirán riza el rizo en Vitoria con un equipo de 'pequeñajos'
Liga Endesa ·
Pablo Pin tan solo dispone de tres pívots y tiene que hacer malabares en las rotaciones interiores para competirLiga Endesa ·
Pablo Pin tan solo dispone de tres pívots y tiene que hacer malabares en las rotaciones interiores para competirEl Covirán estuvo a punto de caramelo durante la primera vuelta en la visita del Baskonia al Palacio de los Deportes. Cuando el vitoriano Pablo Laso tomó las riendas del banquillo del equipo de Gasteiz, los alaveses se midieron a la formación de Pablo Pin ... durante el verano sin discusión, en un amistoso en el que Marcus Howard recordó la capacidad que atesora. Empero, a la hora de la verdad, en Granada, ya en la Liga Endesa, el equipo granadino tumbó al poderoso Baskonia, de Euroliga y demás, prácticamente casi todo el partido. Momento en que aparecieron los nuevos líderes de los de Vitoria, primero Chima Moneke, para equilibrar la contienda, y después la retaíla de exteriores, con Forrest y Baldwin a la cabeza, así se llevaron la victoria por solo dos puntos, en un día de desatino en el tiro de esa ametralladora infalible llamada Howard.
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Por dos puntos perdió el Covirán. Y dolió mucho. No tanto como la derrota ante el Real Madrid, pero quizá escoció lo suyo debido a que el Baskonia ha fallado a menudo esta temporada frente a los adversarios directos del conjunto nazarí, los que luchan por la permanencia. Al Madrid le ganó el colista Leyma Coruña en su pista, pero ha habido un exceso de tropiezos de la tropa de Laso contra 'chicos', lo que les sacó de la Copa del Rey y les obliga a una intensa segunda vuelta para meterse, que sería lo lógico por plantilla, en los 'playoffs' por el título.
El Covirán se planta muy mercado en el pabellón Fernando Buesa Arena. Riza el rizo tras la lesión de Jacob Wiley, operado esta misma semana de la mano izquierda y con el pie derecho también tocado. La vuelta de Edgar Vicedo, con fascitis plantar, también se retrasa.
Así Pablo Pin está ante una situación límite. Ya de por sí cuenta con pocos efectivos de garantías para la zona, pero ahora la escasez afecta directamente, no ya al rendimiento, sino también al número de participantes y a la energía, al físico.
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Va ser muy difícil competir con solo tres pívots en la cancha alavesa. Además, Amine Noua tiene que multiplicarse. El francés está exprimido y no tendrá vacaciones porque ha vuelto a ser convocado por la selección francesa, si acaso la semana del parón de la Copa del Rey, tres o cuatro días para recuperar fuerzas. Pin se ve obligado a utilizarle como 'cinco', mientras el club por fin se lanza al mercado y bucea a fondo en busca de un 'center' que ayude, sea de tipo musculoso y rápido, que pueda correr la pista, o de otro perfil más asentado en la pintura, de poste bajo. Lo importante es que permita resolver la grave carencia interior.
El entrenador, además de asfixiar a Noua, cuenta con dos 'cincos' nacionales: Rubén Guerrero e Iván Aurrecoechea –citado por la selección española de 3x3 de nuevo–, en los que tendrá que confiar. No le queda otra. Bueno, eso y situar a los aleros Elias Valtonen y el capitán Pere Tomàs en la posición de 'cuatro', malabarismos técnicos.
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Pin está forzado a elevar el 'small ball' a la enésima potencia. Durante muchos minutos suele darle resultado esa defensa de cambios pero, en otros, los gigantes se ponen las botas cerca del aro. Donta Hall habrá visto los vídeos de Guerra, del Tenerife, o de Pustovyi, del Joventut, sin ir más lejos. Y Diop, Ndiaye o Samanic tienen también centímetros para hacer pupa en la zona. A Chima Moneke ni se le cita, crea mayor destrozo en carrera. La cuestión es que el técnico nazarí riza el rizo, con quintetos de baja estatura, pero correosos y molestos.
Pablo Pin valoró el estado de forma de sus bases Sergi García y Agustín Ubal. «Son dos jugadores totalmente diferentes. En el caso de Sergi, es un jugador más consolidado en la liga. Como todos, tiene sus picos de altos y bajos. Es normal que, cuando sales de un club, necesites tiempo para adaptarte a una nueva forma de jugar. La nuestra es muy distinta a la que tuvo en el Río Breogán, donde pasó dos campañas seguidas. Lo que está claro es que Sergi es un buen jugador, y que necesita, a veces, por su mentalidad de hacer jugar al resto y pasar el balón, empujarlo un poco a que haga tiros. Goza de ese punto que, además de ser capaz de dirigir, posee una capacidad de anotación importante, sobre todo en la penetración, porque puede ser muy agresivo. Por eso hemos tenido paciencia con él, para intentar que, aunque falle, no ir contra él, sino al contrario, ir corrigiendo las pocas cosas que le faltan, e ir pidiéndole y explicándole lo que necesitamos de él, dejárselo muy claro y que él lo tenga también claro. La relación es muy buena, es un buen tío y buen compañero. Estoy seguro de que con continuidad, sin que haya ningún contratiempo más como la lesión que tuvo, que le cortó mucho el ritmo, hará un segunda parte y final de temporada muy buena».
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Y luego se centró en Ubal. «Muchas veces pasa con jóvenes que destacan pronto en su club, en edad júnior, que, al ser el 12, 13 ó 14 de una plantilla con Laprovittola, Abrines... tienen después que demostrar su calidad en equipo y donde hay otro tipo de jugadores, presión y respeto. Aquí partía de cero, y da igual el DNI, si trabajas bien y vas a tope, entras en la rotación. Los minutos se los gana, espero que siga concentrado y a ese nivel», apostilló Pin.
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