Al Covirán le toca su 'más difícil todavía'

Sin embargo, y aunque falten diez jornadas para que concluya la temporada regular en la Liga Endesa, no es aventurado decir que el panorama actual del Covirán pasa por ser el más crítico que ha vivido el club desde que llegó al escalafón superior del baloncesto patrio.

En primer lugar, la situación clasificatoria es muy peliaguda, con apenas seis triunfos, dos menos que los tres rivales que preceden en la clasificación a los de Pablo Pin: Morabanc Andorra, Hiopos Lleida y Bàsquet Girona. De ellos, además, el 'basket average' solo es favorable con los gerundenses, mientras que los granadinos lo pierden con los ilerdenses y lo tienen pendiente con el cuadro pirenaico que, eso sí, venció por 17 puntos a los rojinegros en el Principado, a expensas de que los de Joan Plaza lleguen a Granada en la última jornada.

Mientras, el calendario tampoco parece ayudar a ser especialmente optimista con las opciones del cuadro rojinegro: Valencia Basket y Barça, en el Palacio, y La Laguna Tenerife, entre medias a domicilio, suponen los tres siguientes compromisos para los de Pin. Todos de máxima dificultad, sin duda, y con la casi certeza de que, de no ganar alguno, el descenso estará a la vuelta de la esquina tras ese durísimo ciclo de duelos después del que apenas quedarán siete para el cierre.

Con todo, quizá el factor que más esté pesando para la pesadumbre que rodea al Covirán es el delicadísimo estado físico de su plantilla. Gian Clavell y Agustín Ubal prolongaron en Bilbao su ausencia una jornada más. A ellos se unió durante la semana Scott Bamforth, lesionado tras su enorme esfuerzo ante el Hiopos Lleida, así como Pere Tomàs, sobre el que el club anunció una lesión en el pie que le tendrá de baja un tiempo del que, por ahora, no informó el comunicado. Mientras, Edgar Vicedo y Jacob Wiley ya han abandonado el club tras sufrir sendas lesiones también en el pie, aunque en el caso del norteamericano fue el propio jugador el que pidió ser liberado y marcharse a su país para tratar de recuperar la forma física y mental que perdió en sus últimas semanas en Granada, según asegura el club.

Al menos, la buena noticia en la visita a Miribilla llegó con la participación de Sergi García, que no pudo acabar el encuentro ante el Hiopos Lleida por problemas en la musculatura isquiotibial, zona que le trae por la calle de la amargura esta temporada. Eso sí, Pablo Pin reconoció tras el encuentro que el balear acabó el partido «bastante cargado» muscularmente, por lo que seguirá entre algodones algunos días más, al igual que el finés Elias Valtonen o el galo Amine Noua, este sobreutilizado de minutos en las últimas semanas, dados los problemas en la rotación interior del Covirán. Una enfermería repleta que lleva al límite de exigencia en las últimas semanas a los fisioterapeutas Alberto Cuello y Manu Muñoz, así como al preparador físico, Sergio Sánchez, 'Pinzas'.

Para los optimistas, la buena nueva en Miribilla fue el estreno de Sam Griffin, destacado con 22 puntos y grandes porcentajes pese a jugar con solo una sesión de entrenamiento previa. Bezhanishvili y Ndiaye mejoraron, mientras Silverio generó juego pero no acertó en el tiro. Brotes verdes, pero el Covirán se queda sin tiempo. Mientras, Riccardo Visconti ha sido la última pieza añadida a la rotación, con el anhelo de que el zurdo italiano, precedido por su buena muñeca en el tiro de tres, sea capaz de demostrar en Granada lo que no ha hecho durante esta temporada en la Virtus de Bolonia, con la que apenas tuvo participación ni en la Euroliga ni en la Lega.

Si nada se tuerce, Visconti, natural de Torino, hará su debut oficial con la camiseta del Covirán Granada el próximo domingo en la visita del Valencia Basket al Palacio de los Deportes. Por lo pronto, ya ha supuesto un refuerzo para unos entrenamientos muy tocados en las últimas semanas.

«Llevamos dos meses entrenando con apenas ocho jugadores», lamentó Pablo Pin tras el último partido en Bilbao. Desde luego, a los rojinegros no les ha mirado un tuerto justo en el momento clave del curso, lo que hace que ahora tengan una misión muy difícil por delante.