
El Covirán se viste de Globetrotter
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La plantilla comparte con una sonrisa el divertido partido, fotos y autógrafos con los aficionados en el Fénix Game del PalacioVíctor M. Romero
Miércoles, 15 de febrero 2023, 21:08
El Covirán aprovechó el paréntesis que crea la disputa de la Copa del Rey de la ACB para celebrar su primer Fénix Game, un evento ... curioso y simpático, que consistió en enfrentar a los jugadores de la plantilla nazarí, repartidos en dos equipos bajo las órdenes del primer entrenador Pablo Pin, auxiliado por Cristiano Felicio, y al segundo de a bordo Alberto Fernández 'Zamo', apoyado en la faceta técnica por Dejan Todorovic, que jugaron un partido diferente, al establecer normas distintas que marcaban unas cartas, en poder de los cuerpos técnicos de los dos conjuntos, que indicaron novedades en la pista a partir de cuatro tarjetas por bando, con innovaciones para el juego, de las que disponía cada banquillo y que podían utilizar en los tiempos muertos.
Así, el Covirán se vistió de Globetrotter, para compartir acciones espectaculares y divertidas para la grada, que provocaron el entusiasmo del público –millar y medio de seguidores– al Palacio de los Deportes. Además, los espectadores, y en especial los más pequeños, pudieron disfrutar del contacto, poder hacerse fotos y pedir autógrafos a sus ídolos del baloncesto granadino.
Los equipos se formaron a partir de un 'draft', en el que Pin y 'Zamo' Fernández se repartieron los jugadores como cromos, aunque con equidad y equilibrio para que las formaciones estuvieran compensadas. Así el equipo Granada negro de Pin/Felicio dispuso de Lluís Costa, Ángel Corpas, Thomas Bropleh, Mike Moore, Ricky Revelles, Youssou Ndoye, David Iriarte y Jacobo Díaz, más Fran Viñuela y Fernando Herrero como animadores al micrófono, mientras que el Granada verde, el de 'Zamo' Fernández/Todorovic, contó con Alex Renfroe, Christian Díaz, Michael Caicedo, Ricardo Martín, Pere Tomàs, Mamadou 'Petit' Niang, Ramón Vilà y Luk Maye, con José Manuel Puertas y Ainoa Morano de narradores.
Hubo momentos estelares en el novedoso encuentro, máxime cuando los técnicos utilizaron las tarjetas que cambiaron el rumbo de los acontecimientos en el parqué, con lanzamientos desde lejos, a mitad de la cancha, con valor de cinco puntos, posesiones más cortas, de 14 segundos, que el 'alley oop' valiera tres puntos, la presencia de las mascotas en la pista, que tenían que intervenir y tocar el balón para que las canastas fueran válidas, o el 'poder extraordinario' para descartar y sentar a un contrario del rival, así, se eliminaba a un adversario en racha... características peculiares, con cuatro cuartos de ocho minutos, a reloj corrido, sólo se detuvo el crono en las faltas y los tiempos muertos.
Muchas bromas y risas en una jornada festiva, que desconecta de la presión de la Liga Endesa y la competición profesional, con desenfado y camaradería, que fomenta la unión del Covirán con su afición y el espectáculo del baloncesto, un evento inédito el Fénix Game en la ACB, aunque en Murcia se celebrara en una ocasión un partido entre el primer equipo con la participación de espectadores, que ejercieron de jugadores esporádicos; los asistentes también tuvieron aquí acceso a la pista como invitados de lujo, dos niños y un adulto del público saltaron al parqué para anotar, al estilo de los modernos torneos que se desarrollan y difunden en las redes sociales, el Fénix Game pudo seguirse por el canal de youtube, al que se conectaron otros medios y webs como ideal.es.
El partido arrancó con 3/3 en triples de Petit, ¡esto lo dice todo! Resultó clave la asistencia de Pulevín a Bropleh tras una finta a la otra mascota, al ave fénix, para igualar el choque. Vilà fue el máximo anotador con 20 puntos. Del 22-22 se pasó al 38-39 y 56-54, aunque el cuadro de Pin rompió el partido cuando se jugó con dos balones (73-66 y 78-68, final).
En el descanso hubo un tres en raya entre Bropleh y Renfroe, a base de triples, y necesitó de la revisión, los dos puntos cayeron para Thomas (40-39) con polémica de chiste y no subió, en cambio, un 'triple' de cinco tantos del 'pollito' Christian. Está claro que Cristiano Felicio compró a la pareja arbitral con su permanente sonrisa.
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