Germán Martínez trata de anotar ante Oliver Arteaga. santiago briansó
Oviedo - Covirán Granada

La decisiva irrupción del temido Harald Frey tumbó al Covirán en el fortín de Pumarín

LeB ORo ·

El noruego, bien defendido, estuvo muy desacertado la mayor parte del duelo, pero acabó desatado para voltear el marcador

Domingo, 14 de noviembre 2021, 16:55

Uno de los retos principales que siempre se plantea Pablo Pin cuando el rival de turno incluye en su filas a un gran anotador es, no tanto reducir sus puntos al final del encuentro sino conseguir alejarle de sus mejores porcentajes en el tiro. Ese ... fue, a buen seguro, uno de los retos que planteó ayer a los suyos antes de comenzar un partido en el que el noruego Harald Frey –quinto máximo encestador de la LEB Oro con casi 17 puntos por encuentro– se presentaba como una de las grandes amenazas del Unicaja Oviedo.

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Y ciertamente, si se hace un análisis de lo sucedido durante los 38 primeros minutos del encuentro, Pin debería estar más que satisfecho. La defensa rojinegra, principalmente merced al trabajo de Germán Martínez y Lluís Costa pero también al sistema de ayudas planteado, había logrado dejar al nórdico muy lejos de sus registros habituales. Frey tuvo un partido muy desacertado en el tiro, y ello hasta le afectó desde la línea de tiros libres. Con 70-72, el base falló dos lanzamientos en un momento francamente inoportuno para los suyos. No eran los primeros, pues ya se había dejado anteriormente otros dos por el camino. Ante la recta final del duelo, su moral parecía tocada y necesitada de un revulsivo.

Sin embargo, acto seguido se produjo una de esas jugadas que cambian el devenir de los acontecimientos. Una buena acción defensiva de Frey sobre Germán Martínez acabó con el referente del Unicaja robándole el balón al canterano rojinegro, que terminaría cometiendo falta sobre el noruego. Apenas unos segundos después de los dos tiros libres que habían contribuido a aumentar su ansiedad, Frey volvía al lugar de los hechos. Eso sí, tras una de sus acciones más positivas del partido. Y a fe que se notó.

En esa visita a la línea, el máximo anotador astur no perdonó la ocasión de igualar el marcador, encontrando así el necesario camino hacia la confianza. En el siguiente ataque local, tras un palmeo de Gatell, el base rubio colocó a los de Lezkano por delante con un triple providencial (75-74). Instantes después, tras un triple fallado por Bropleh, asistía de forma forzada a Mathieu Kamba para que otro lanzamiento perimetral del canadiense dejara el triunfo en la mano de los locales a medio minuto del bocinazo final. Frey todavía sería protagonista una vez más, con un último viaje al tiro libre en el que, de nuevo, tuvo la certidumbre que le había fallado la mayor parte del encuentro y anotó los dos para cerrar la victoria ovetense.

Así pues, la comparación entre los 38 primeros minutos de Frey y los dos últimos es realmente odiosa. Pese a acabar con 14 puntos, cerca de su promedio, sus porcentajes fueron malos –1/4 de dos, 2/8 de tres, 6/10 desde el libre–. En ese sentido, el Covirán cumplió con creces con su objetivo. Sin embargo, su irrupción final fue determinante para que la victoria no cogiera camino hacia Granada. No se escondió pese a su desacierto y, a raíz de la jugada del robo a Germán Martínez, su cara cambió radicalmente. Se convirtió en decisivo para tumbar a un Covirán, que, en el fondo, debe estar satisfecho de cómo le defendió. Paradójico.

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