Defensa colectiva del Covirán que evita una canasta y obliga a sacar el balón. Fermín Rodríguez
Análisis

El déficit defensivo pasa factura al Covirán

Liga Endesa ·

El equipo granadino necesita aplacar los puntos fáciles del rival por pérdidas, está a solo tres recibidos del colista

Jueves, 28 de marzo 2024, 12:57

Siempre fue el Covirán un equipo mejor en ataque que en defensa, desde que Pablo Pin está en el banquillo en competiciones inferiores como la LEB o la EBA. Le gusta correr, imprimir un ritmo vivo, ser intensos y encestar por la vía rápida, en ... pocos segundos, porque cuando las defensas contrarias se colocan, cuesta más en cinco contra cinco, también en función de los jugadores que dispone o ha incorporado el club a la plantilla, energéticos, con chispa, verticales para huir de los problemas que conlleva el posicional.

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Pero no todo es evitar el ataque estático y sumar puntos, porque cuando los encajas en demasía, eso se refleja en negativo en el marcador. Y le pasa a menudo al Covirán. La defensa sufre muchísimo. Es de los que más puntos recibe. Siempre le ocurrió.

La pasada temporada y también en la actual. Estuvo en una fase en la que se produjo cierta mejoría en pista trasera, pero en las últimas jornadas ha vuelto a las andadas. Basta con mirar los datos. El Unicaja 90 y el Baskonia 104, cuando el Bilbao hizo 79. Y con anterioridad, Tenerife 89, Murcia 91, Manresa 94 y Barça 94. Un saco de balones.

Y todo se agrava si el ataque produce solo 62 puntos, como contra Unicaja, la tercera menor anotación tras los 61 puntos de Fontajau ante Girona y los mismos con el Barça en el Palacio, además los dos encuentros consecutivos.

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Aunque arriba el Covirán marcha duodécimo de la Liga Endesa, con una media de 81,2 puntos por partido, que está bastante bien. En cambio, atrás, los granadinos son casi los peores de la competición, los penúltimos. Han encajado 2.265 puntos, solo tres menos que el Zunder Palencia.

Ese defecto le lleva a la segunda peor diferencia de puntos global, que es de menos 155, solo por delante de los castellanos. Ya hasta el Río Breogán está mejor, con menos 152. Y no digamos, Monbus Obradoiro, que posee menos 113. Esto hace que el equipo granadino haya caído en descenso en el triple empate a siete victorias con los gallegos. El 'average' general es peligroso para un final liguero con empate, lo que es muy posible. Y ello radica en haber ganado por poco margen, salvo al Palencia, mientras el Obradoiro suele perder por pocos tantos.

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Las razones

Las razones por las que el Covirán recibe un exceso de puntos de sus adversarios son varias. Figura el problema a la hora de cerrar el rebote defensivo, lo que da nuevas opciones al rival para encestar y más posesiones. También la dificultad para defender el bloqueo directo, lo que se subsanó en parte con las altas de Wiley y Valtonen. Hay jugadores con poco margen defensivo, a los que se desborda con facilidad o le cuesta el movimiento lateral y hasta llegan tarde.

En otras ocasiones, las ayudas dejan a tiradores solos que acribillan el aro. Durante las primeras jornadas del campeonato pasó factura el no sujetar bien a los denominados 'pequeños' de la ACB, por ejemplo Kullamae, del Surne Bilbao, hizo rotos espectaculares, o los exteriores del Breogán Sergi García y del Girona Quino Colom, y no digamos el 'bajito' Marcus Howard.

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Por último, está la cuestión tan evidente de que el ataque tan alegre y veloz del Covirán, esa valentía, aumenta el riesgo y produce muchas pérdidas. Los errores en la ACB de ese tipo se pagan caros. Nadie perdona regalos.

El Unicaja se aprovechó para realizar numerosos contrataques, además de que contabilizó una cifra escandalosa de encestes cómodos, en plan 'palomero', con balón largo a un jugador parado y totalmente solo cerca del aro, como Juanma López Iturriaga en sus mejores tiempos, tanto por las pérdidas como al capturar el rebote defensivo y optar los malagueños por el pase largo.

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Pablo Pin fue rotundo en ello. «Unicaja es un equipo que si tienes errores no te los va a perdonar, y en los últimos minutos del tercer cuarto tuvimos muchos errores seguidos, intentamos parar su ritmo, pero en tres minutos se vio el ejemplo de cómo ellos consiguen un parcial grande y se van, son un rodillo».

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