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Tadas Sedekerski lanza a canasta ante Taylor, del Unicaja. Efe
El dilema de Pablo Laso en el puesto de alero
Baskonia, rival del Covirán

El dilema de Pablo Laso en el puesto de alero

Liga Endesa ·

La vuelta de Sedekerskis plantea el 'problema' de armonizar el valor seguro del lituano con la mejoría de Rogkavopoulos

Carlos Pérez de Arrilucea

Jueves, 6 de febrero 2025, 19:19

El Baskonia puede presentar dudas en algunas posiciones claves como la de base o pívot, pero tiene las espaldas bien cubiertas, al menos en número de jugadores, en el puesto de alero, el flanco más robusto de la plantilla que maneja Pablo Laso. La demarcación se cubre con Tadas Sedekerskis, Nikos Rogkavopoulos y un Timothè Luwawu-Cabarrot que puede ejercer de 'dos'. En el inicio de temporada, la jerarquía parecía clara, con el capitán como principal dueño del puesto y el francés como segunda opción y el griego con escaso espacio para asentarse.

El transcurrir de la temporada y las lesiones han variado el escenario. Dos contratiempos musculares han dejado al lituano fuera de juego durante diecisiete partidos desde el inicio de curso. Los cuidados médicos también han sido necesarios para el galo, que ha causado baja en diez encuentros.

Son percances que han permitido a Rogkavopoulos abrirse paso en la rotación en un proceso arduo. Porque había mucho por pulir en materia de orden en el juego en un jugador de naturaleza volcánica y porque Laso ha terminado por interiorizar la necesidad de contar con un jugador joven que, tras una primera temporada pasada de aclimatación, estaba designado por la entidad azulgrana como un valor que debía progresar al alza.

Al final, las prioridades estratégicas del Baskonia con el exterior griego, que termina contrato en junio de 2026, han ido de la mano con las urgencias inmediatas del técnico que ocupa el banquillo alavés. Todo ha sido más fácil para Laso en un arranque de 2025 en el que Sedekerskis se ha visto obligado a guardar descanso durante cerca de un mes. Sin embargo, el jugador lituano ya ha vuelto. Estuvo disponible en los dos choques de la semana pasada. No jugó ante el Barcelona, pero se fue hasta los 29 minutos de juego, justo en el día en el que un proceso vírico dejó a Rogkavopoulos postrado en la cama del hotel.

En el Martín Carpena no se produjo la cohabitación esperada de los dos aleros 'altos', pero caerá por su propio peso cuando la salud impere. Será el momento en el que Pablo Laso deberá desanudar ese tipo de dilemas que todo entrenador desea afrontar: dos jugadores para un mismo puesto con características diferentes y experiencia dispar, pero con potencial para sumar. Y como comodín 'híbrido', la disponibilidad de Luwawu-Cabarrot, un jugador que explota más el bote y su capacidad penetradora.

Además, el peso de la capitanía cuenta, sobre todo en una temporada en la que dentro del vestuario toca unir fuerzas y hacer converger los intereses colectivos ante los resultados adversos. Sobre la cancha, su perfil de gladiador es de sobra conocido, pero no es menos cierto que las lesiones han frenado uno de sus grandes objetivos individuales: ser un jugador de mayor peso en los esquemas ofensivos baskonistas. Se trata de una meta personal del canterano azulgrana de 27 años, pero también está implícita en la 'letra pequeña' del contrato de renovación hasta 2029 que firmó la pasada campaña.

La mejora en el tiro triple centra una parte importante del propósito de mejora de Sedekerskis, justo la virtud que Nikos Rogkavopoulos trae de serie. Pero al griego le quedan todavía lecciones que aprender que ya domina el lituano. Sobre todo en comprensión de juego y en saber administrar sus impulsos en cada situación de partido. Nada que no se pueda moldear en un jugador de 23 años.

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