
Enorme decepción en el ciclo catalán
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Los granadinos mejoran ante el Manresa pero acumulan tres derrotas seguidas tras Girona y BarçaEl Covirán saldó una fase de la Liga Endesa en la que se enfrentó a los rivales catalanes de la categoría con una enorme decepción. ... El equipo que lidera Pablo Pin desde el banquillo mejoró bastante frente al Baxi Manresa, en relación con las dos anteriores confrontaciones con representantes de Cataluña, las que cedió con holgura, frente al Barcelona por 33 puntos de diferencia y contra el Girona en Fontajau por 19.
No obstante, al cuadro nazarí se le escapó el triunfo que tanto acarició en la visita del Baxi Manresa de Pedro Martínez, lo tuvo al alcance a falta de cinco segundos, pero cuando sólo quedaron dos Martins Steinbergs coló un triple del que todavía se está pellizcando, contra tablero y después de que la pelota rodara por el parqué en una presumible pérdida.
La mala suerte acompañó al Covirán en un encuentro dominado a partir del segundo cuarto, tras frenar la poderosa salida y de acierto en el tiro exterior de los del Bages (hasta ocho triples), y tomar ventajas que no superaron, en ningún caso, los ocho puntos. La iniciativa fue granadina durante el mayor tiempo y Pedro Martínez admitió, en su resumen, que el Covirán mereció ganar, que jugó muy bien y que no podía exteriorizar alegría por vencer así, con fortuna y por un punto, cuando la formación de Pablo Pin tenía la séptima victoria en el bolsillo.
Un éxito que hubiera sido clave para alcanzar al Morabanc Andorra y aproximarse al Surne Bilbao en la clasificación, además de alejarse de los gallegos del Monbus Obradoiro y Río Breogán y del último clasificado Zunder Palencia, dado que todos los conjuntos de la zona baja perdieron, incluido el Girona. Una gran oportunidad la que le birlaron al Covirán y, además, de la forma más cruel que existe en el baloncesto.
En descargo del equipo rojinegro, que vistió de verde de esperanza en el día mundial contra el cáncer, hubo muchas notas positivas. El Covirán jugó más en equipo, con mejor circulación de balón y numerosos pases buscó situaciones de tiro más cómodas, mejoró el lanzamiento exterior con Kwan Cheatham a su nivel habitual, inspirado, por lo que se empleó con energía e intensidad en defensa, también con ritmo en los bases Costa y Rousselle, con buena aportación de los hombres de banquillo como Christian Díaz, con Kramer de titular agresivo y energético, vital para un rebote que también obtuvo más progresos aunque tuviera algunas lagunas a la hora de cerrar el defensivo, con Cristiano Felicio entonado y la aportación física, de siete rebotes y defensa, de Malik Dime, en el estreno casero del 'center' senegalés, que llegó como refresco del internacional brasileño por Evaldas Kairys... un partido en el que la anotación voló a los 93 puntos, superando la media de 81 en la liga y muy superior a los 61 sumados ante Barça y Girona.
Las únicas pegas radicaron en el flojo encuentro de Joe Thomasson, que lleva perdido ya tres, condicionado por las faltas, muchas discutidas, que bota y bota sin saber qué hacer con el balón y agota la posesión en la mayoría de los casos, para acabar con pases o tiros forzados. Esta vez apenas lanzó a canasta. El escolta de Dayton está en un preocupante bache desde que brillara con luz propia en la última victoria, lograda ante el Monbus Obradoiro en el Palacio de los Deportes.
Otra cuestión decisiva fue el desacierto en los llamados 'tiros esclavos', que condenaron al Covirán a la derrota, sin aprovechar los adicionales en Pere Tomàs o Rousselle o con el último errado por el 'pollito' Díaz que, por lo menos, habría asegurado la prórroga.
Pablo Pin se refirió a las señales positivas, al rendimiento del equipo y su progresión en actitud hacia un juego colectivo y de sacrificio individual, apartando los egos como él pedía, por lo que sus palabras fueron de bálsamo para los jugadores, que merecieron, a su parecer, el premio del triunfo. «La puesta en escena no estuvo mal y en el primer tiempo intentamos contener el fuerte ritmo de Manresa, por lo que conseguimos bastante bien resistir a su empuje, de hecho superamos con entereza nuestro mal momento, cuando ellos encestaron cinco de cinco en triples, hubo aguante». El técnico nazarí destacó la gran aportación del banquillo tras realizar las rotaciones. Y alabó que se sacó adelante «lo importante», que fue controlar el rebote y ser sólidos e intensos en defensa. Del segundo tiempo del partido con los manresanos, matizó que «en el inicio les dejamos anotar algunas canastas sencillas, aunque tampoco jugamos una mala segunda parte».
Eso sí, Pin lamentó que «al decidirse el partido en un cara o cruz, que salió a favor de ellos, con la sensación de que pudo ganar cualquiera de los dos, nos tomamos algunos lujos que en esta liga un rival como el Manresa no perdona y los castiga». Ahí sí criticó el querer gustarse. «Me tiro un triple sin venir a cuento, intento meterme entre dos rivales en lugar de pasar el balón y me hacen una canasta, ese tipo de detalles son decisivos porque provocan que el contrario se meta en el partido», comentó, al tiempo que valoró el «gran esfuerzo realizado», para no tener que motivar a sus jugadores en concentración, dijo, y poder centrarse más en cuestiones técnicas y tácticas puras de baloncesto.
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