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Capitán general del Covirán el curso pasado, Alex Renfroe se enfrenta este sábado a los granadinos, en un partido que, no esconde, quiso jugar de rojinegro.
–¡Se le ve en buena forma!
–¡Creo que estoy bien! 37 años… afortunado de seguir. Tengo buenas expectativas, mi estado de forma es bueno. A ver, tengo 37 y se nota, pero para esa edad, creo que estoy bien. Me siento bien.
–Y el equipo, como un tiro.
–Sí, es verdad que hemos empezado bastante sólidos. En defensa estamos haciendo un buen trabajo. Nos ayudamos todos, hay mucha actividad. Pero estamos aún en construcción, seguimos buscando cada día nuestro rol y qué le puede dar cada uno al equipo. Creciendo como equipo, y espero que así sea. Confío en que este 3-1 sea solo el inicio y que sigamos demostrando lo hecho hasta ahora. Que sigamos dando pasos hacia adelante cada día.
–Vienen de dominar la pintura ante UCAM. Apenas tiraron cinco triples en la primera parte. ¡De otra época!
–Lo mejor que hicimos fue defender. Fue lo que nos dio éxito en esa primera parte. Fuimos muy intensos, reboteamos bien, nos ayudamos y les pusimos las cosas muy difíciles. Ese control nos permitió imponer un gran ritmo y creo que fue la auténtica clave. Corrimos bien, hicimos daño en transición y no necesitamos usar el tiro exterior. La clave fue imponer ese ritmo.
–¿Qué tal con Melwin Pantzar, su compañero de posición? Parecen complementarios.
–La verdad es que muy bien. Yo no lo veo desde el punto de vista del veterano que mira al joven, sino que creo que es algo mutuo. Los dos sacamos cosas del otro a diario. En los entrenamientos peleamos por ganarnos un puesto, nos ponemos las cosas difíciles, tratamos de superarnos el uno al otro, pero creo que él está en camino de ser un gran jugador. Solo puedo decir grandes cosas de él. Estoy deseando saber a dónde es capaz de llegar. Creo que está en un gran sitio para un joven y que tiene una gran oportunidad. No solo para jugar, sino para aprender, para saber cómo funcionan las cosas. Es su primer año de facto en ACB y tiene una gran oportunidad. De verdad que pienso que va a ser un gran jugador, creo que es solo cuestión de tiempo y de que vaya dando los pasos correctos. Tiene un gran cuerpo para jugar el baloncesto, es muy inteligente en la cancha y todo lo que pueda aprender del entrenador, de mí, o también de nuestro entrenador asistente –Javi Salgado–, va a ser bueno para él. Creo que su límite es el cielo.
–Les toca el Covirán, que aún no ganó, con la opción de poner cuatro partidos de distancia.
–Lo más importante para nosotros ahora, como digo, es que estamos en construcción. Otra victoria sería muy importante, y desde luego la queremos para crecer en confianza y ganando, si es posible. En esta fase de la temporada, cualquier victoria es un gran objetivo y tener cuatro sería muy bueno. Pienso y creo que vamos a seguir mejorando, así que este es un partido importante para eso. También para Granada, sí, pero no más que para nosotros, que necesitamos asentar lo que hacemos. Saber que seguimos haciendo las cosas bien.
–¿Por qué el Covirán no ha ganado todavía?
–Mmm, en los partidos que he visto han ido por delante en todos y al final han perdido. Me encanta hablar de baloncesto, pero no sé si debería dar mi opinión porque no quiero ofender a nadie. Les deseo que les vaya bien y no creo que estén haciendo nada demasiado mal como para sufrir así. Para mí, es una situación diferente a cuando llegué a Granada desde Burgos. Entonces, necesitaba defenderme porque se habían dicho mentiras sobre mí y no lo iba a permitir. Ahora es muy distinto: solo siento cariño por Granada. Odio el puesto en el que están, pero creo que están jugando bien. No tienen que tirar lo hecho a la basura, han demostrado que son un buen equipo, con amenazas. Pero en la ACB, ya sabe, cualquier cosa puede pasar.
–En todo caso, llegan necesitados. En Bilbao deberán estar preparados.
–¡Ellos lo necesitan, pero nosotros también! Que nadie piense que estamos acomodados. Estamos en un buen lugar, pero necesitamos seguir. Tenemos hambre de victorias, viene un calendario complicado y tenemos que asegurarnos de mejorar para llegar bien. No estamos acomodados. Sé que ellos necesitan imperiosamente una victoria, pero creo que no más que nosotros.
–Es difícil, pero ¿un rápido resumen de su año en Granada?
–Fue un año con muchos problemas, tío. Tuvimos muy mala suerte y fue muy difícil recuperarse. Nuestro objetivo era la permanencia, y empezamos realmente bien. En algún momento de la temporada parecía un objetivo barato, pero desde luego demostramos de lo que éramos capaces. Pero llegaron las lesiones y realmente nos reventaron. Recuerdo que íbamos 5-3 y de pronto... Y lo pasamos fatal. Nos destruyeron y no pudimos recuperarnos. Echábamos de menos esas piezas, aunque dábamos la cara. Sufrimos, porque habíamos empezado bien y eso lo cambió todo. Así que llegamos al final teniendo que ganar tres partidos de cuatro… y Joe –por Thomasson– lo cambió todo. Fue un soplo de aire fresco y nos hizo distintos. Teníamos una carencia que él vino a ocupar. Realmente faltaba alguien así. Necesitábamos ganar esos tres partidos… pero necesitábamos ayuda. ¡Y lo conseguimos! El último ante el Joventut, parecía que el Betis ganaba en Madrid y que todo se iba por la borda. No sé muy bien cómo,... ¡pero nos salvamos!
–De película.
–Tal cual. Pero toda la temporada. Empezamos jugando tan bien que parecía que podíamos mirar más arriba. Aspirar a algo más. Y de pronto, ¡pum!. Se caen el '4' y el '5', ¡en una semana y para mucho tiempo! ¿Y que coño hacíamos? Fue de locos. Empezar arriba, caer al infierno y acabar hallando la luz que no parecía existir. ¡De película, totalmente!
–La última: en verano firmó pronto en Bilbao, antes que el anterior en Granada. Al Covirán le pilló algo desprevenido. ¿Le fastidió no ser el plan A?
–A ver, esto es un negocio y entiendo cómo funciona. Pero voy a ser sincero: las cosas que me han pasado en mi carrera me las suelo tomar como algo personal. Es mi forma de ser, no puedo evitarlo. Y aquello me fastidió. Quería volver a Granada, mi familia fue feliz allí. Pero ellos tomaron una decisión que pensaron buena y lo entiendo. Debo aceptarla, aunque me dolió. Al mismo tiempo, le digo: me siento afortunado, agradecido de por vida a Bilbao. Nunca había firmado tan pronto, en toda mi carrera. Me siento en deuda y quiero devolverles esa confianza. Pero ojo, estoy agradecido a Granada también. Me dieron una oportunidad cuando no era fácil. Quisieron saber la verdad sobre mí cuando había gente poniendo en duda mi reputación. Les estaré siempre agradecidos por su coraje. Por eso es un poco raro que me fastidiara lo del verano, porque el anterior me dieron una gran oportunidad. Me duele, pero siento mucho amor por Granada y solo tengo buenas palabras para ellos. Hay gente muy buena en ese club y disfruté allí. Tomaron su decisión y la acepto, aunque no me gustara. Solo espero que nos salga bien a las dos partes.
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