Edgar Vicedo · Ala/pívot del Covirán
Liga Endesa ·
El jugador madrileño valora que «todos aportemos en cualquier faceta» y el «no depender de alguien en concreto»Edgar Vicedo · Ala/pívot del Covirán
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El jugador madrileño valora que «todos aportemos en cualquier faceta» y el «no depender de alguien en concreto»Edgar Vicedo entiende que el secreto de que el Covirán haya respondido ante rivales directos radica en «el esfuerzo global del grupo», en ser «imprevisibles en ataque, al no depender de nadie en concreto y que todos los jugadores aporten en distintas facetas».
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–¿Mucho más tranquilo ya con las últimas dos victorias?
–Sí, bueno, al ganar ahora estamos más tranquilos, por supuesto, pero no relajados, porque hay que seguir con el trabajo duro, esto no ha acabado, queda muchísimo por delante. Es obvio que la nueva situación nos ayuda, anima y motiva para continuar a esmerarnos, y mantenernos en la línea que llevamos, aunque, como dice, hemos logrado dos triunfos seguidos que a la larga pueden resultar muy beneficiosos.
–¿Dónde cree que ha podido estar la clave de estos partidos que han sumado?
–Pienso que en el trabajo que realizamos durante toda la semana, en los entrenamientos, porque fueron bastante completos. Soy de los que opina que el sacrificio al final se refleja en los resultados y es lo que ha ocurrido. Tuvimos dos semanas en las que nos preparamos a fondo.
–El éxito está en la defensa, pero también hubo una progresión en ataque, ¿no?, con 92 puntos en Lugo, llegan anotaciones también más altas.
–Sí, entiendo que eso se produce porque estamos también compartiendo mucho más la pelota, esto ayuda bastante, porque nos hace ser menos previsibles a la hora de atacar. Por eso creo que son las dos partes importantes. Pienso que atrás hay que estar siempre a tope, mientras que en ataque habrá días que se metan más puntos y otros menos, dependerá del acierto concreto de esa jornada, pero en pista trasera es fundamental cumplir en todos los encuentros.
–¿Notaron cierta impaciencia por parte de la afición, algo de nervios en la grada, porque las victorias tardaron en llegar?
–No, para nada, no la hemos sentido, ni presión siquiera. Mi opinión es que era demasiado pronto para sentir inquietud. En la plantilla tenemos muchas caras nuevas, yo incluido, y al final esto conlleva tiempo, margen de compenetración y adaptación. Es necesario el tiempo para encajar todas las piezas y que funcionen los engranajes y que la maquinaria responda. Por ello, al ser un proceso paulatino, poco a poco vamos viendo los resultados.
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–¿La estabilidad que se está encontrando las últimas semanas en el juego todavía tiene mucho margen de mejora?
–Sí, por supuesto, indudablemente. Solo estamos en el primer tercio de la temporada. Es obvio que seguimos y seguiremos en fase de construcción y que el equipo crecerá mucho más.
–El calendario al principio fue más complejo y luego se suavizó, ¿sacaron provecho a citas con rivales más parecidos al Covirán y de potencial similar?
–Está claro que nosotros intentamos ganar a todos, aunque como bien dice lo hicimos sobre adversarios que pueden ser de nuestra liga o más asequibles. Al final hay que jugar contra todos. El calendario inicial fue duro, pero también podríamos haber rascado algún partido contra otros más fuertes. Nunca hay que marcar los partidos con una cruz, al menos esa es mi opinión, sino ir cada fin de semana a jugar al límite, a competir y ganar con independencia de a quien te enfrentes. Si sale bien, estupendo, y si no, pues a por el siguiente. El rival me da igual, porque lo importante es que tenemos que seguir trabajando, que seamos nosotros mismos, construir nuestro baloncesto y seguir así, fieles a la seña de identidad propia.
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–Pero hay partidos de doble valor... ¿resultará decisivo el haber superado a adversarios directos y por una amplia diferencia de puntos?
–Lleva razón, a la larga eso es bastante importante, pero hay que sumar muchas más victorias, si ellos empiezan a ganar, no sirve de nada lo hecho.
–La respuesta como bloque, con muchas rotaciones, siendo secundario el lucimiento personal, ¿es el secreto para ir por el buen camino?
–Sí, es evidente, esto nos hace menos previsibles. Cuando echas todo el foco o el mayor foco en un jugador o dos jugadores concretos, ello te convierte en un equipo más previsible, más fácil también de defenderlo. Esa idea nos encaja bien, porque cualquier día uno puede aportar más, destacamos de forma diferente, otro día le toca a otro, entonces, esto desconcierta y despista bastante al contrario.
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–Por fortuna las lesiones respetan al grupo, pero sin Sergi García ganaron dos partidos consecutivos, ¿esto demuestra la no dependencia de la que habla?
–Pero somos doce jugadores, la lesión de Sergi fue un palo porque queremos sumar y estar siempre todos, el premio llega tras el trabajo desde agosto, parece que ya le queda poco para volver y le esperamos con muchas ganas.
–¿El 'small ball' da o quita en qué porcentaje?
–Cada partido tiene su guión propio, también cada equipo su estilo. Tanto los jugadores como el cuerpo técnico tenemos que adaptarnos a lo que sucede durante el encuentro, aspectos que van funcionando, habrá el día que saldrá mejor, y otro peor, pero hay que seguir creyendo en lo que estamos haciendo y ya está.
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–¿Se siente satisfecho con el papel de 3&D (triple y defensa) y relevar a Noua?
–Sí, sí, bueno, al final yo tengo muy claro cuál es mi misión en la pista, en qué radica el rol asignado y sé lo que Pablo (Pin) espera de mí. En este tema que plantea, por ejemplo, en cuanto al acierto de los tiros, estoy tranquilo, porque sé que un día va a llegar una racha destacada, y que daré alegrías aquí a los aficionados más tarde o más temprano, confío en que sea ya el domingo contra el Joventut. Me había encontrado mucho mejor en los lanzamientos tras el parón, que fue positivo para obtener confianza en ello y probarme.
–¿Se ve menos el rebote y la defensa?, Bamforth, Noua o Wiley destacaron ante el Breogán, pero... ¿los intangibles y la labor oscura se valora en su justa medida?
–En realidad es un poco todo lo que influye en el rendimiento, tanto individual como del equipo. Con el tiro yo no estoy satisfecho del todo, pero sé que puede cambiar como apunta, que va por rachas. Lo importante es que somos imprevisibles y que cualquiera puede anotar, que no seamos o sean los mismos nos viene de maravilla, que se repartan los puntos o las funciones, porque también los intangibles los aportamos de forma diferente; el que distintas funciones pueda desempeñarlas cualquiera, sea la que sea, entiendo que beneficia al equipo, por lo que una plantilla en la que todo el mundo puede hacer de todo, y sumar en todas las facetas, creo que es muy ventajoso e interesante. Veo como una cosa bastante buena ese sistema, así que debemos insistir y seguir con la misma filosofía.
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