Un equipo a las órdenes de un capitán general francés
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El liderazo del francés guía al Covirán ante el Joventut para conseguir la cuarta victoria de la temporadaJonathan Rousselle llegó hace justo un año a Granada con un perfil bajo. «Mi primer comentario a Pablo Pin fue que no quería cambiar la dinámica que hay entre Lluís Costa y Christian Díaz», aseguró a este diario en su primera entrevista como rojinegro. Sin ... embargo, el de Seclin va camino de convertirse en uno de los jugadores más queridos que hayan pasado por los diferentes clubes de la ciudad.
Bajo esa pinta desgarbada y alejada del prototipo del base moderno, que suele ser potente, físico, normalmente de raza negra y, en muchas ocasiones, hasta guapo, en el galo se esconde un potencial atlético mucho mayor del que uno imagina al verlo. Y un maestro de los tiempos que suceden durante un partido, por mor de una personalidad descomunal que suele emerger en situaciones de tensión.
Ya lo ha demostrado en el Covirán, como en aquella primera gran actuación en 'La Fonteta' o, sobre todo, en su descollante exhibición de coraje en el último partido del curso pasado ante el Gran Canaria, cuando le cambió la cara a un equipo que se acercaba a toda velocidad hacia un descenso casi cantado.
Ante el Joventut, Rousselle añadió otra muesca a su revolver. Dicen que sabe más el diablo por viejo que por diablo, y el francés tenía claro que la forma de hacer difícil un partido al Joventut, equipo cargado de años y centímetros, es hacerle sudar desde el mismo salto inicial. «Frente al Covirán la clave será igualar su energía», admitía el base verdinegro Guillem Vives en la previa de IDEAL, sabedor de la situación. Pero el astuto Rousselle no lo permitió, prendiendo la mecha del partido desde el mismo arranque, con ocho puntos rapidísimos para poner patas arriba el Palacio, de forma que la 'Penya' supiera que iba a tener que correr mucho para ganar en el Zaidín –nunca lo hizo ante este Covirán, en las tres últimos cursos–.
El primer objetivo se había cumplido, logrando que el Joventut fuera casi siempre a remolque, tanto en el marcador como en sensaciones. Tras ello, el capitán general francés emergió como líder rojinegro casi siempre que correspondía. Y volvió a demostrar ser el más listo con una falta con 79-73 'regalada' a Ante Tomic, convencido de que el croata fallaría los dos tiros libres, como así ocurrió. Rousselle lleva otro partido en su cabeza, lo controla como nadie y sabe cuándo acelerar y en qué momento frenar. Y así, Granada cada día le va queriendo más.
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