Exhibición de Rousselle en las fauces de su antiguo mentor

Y aunque diga el refranero eso de que «de bien nacidos es ser agradecidos», el base de 33 años nacido en Seclin firmó ayer un partido descomunal en La Fonteta que precisamente hizo a su antiguo entrenador, hoy inquilino del banquillo del Valencia Basket, torcer el gesto y, probablemente, tener problemas para conciliar el sueño. Fue precisamente en las fauces de Álex Mumbrú –y de forma muy oportuna, ante la ausencia de Lluís Costa por problemas en la cadera–, cuando 'Jo' Rousselle, que venía ya dejando buenas sensaciones en los duelos ante Zunder Palencia y Unicaja, firmó una actuación estelar en tierras levantinas para rubricar la quinta victoria de la temporada.

Fueron 12 puntos, 7 asistencias y la friolera de 5 recuperaciones las que firmó Rousselle para catapultar al Covirán. Derrochó físico e ideas claras ante un rival fatigado –cuarto partido en seis días, con las bajas de Harper, Claver y Ojeleye acortando la rotación– y colapsado mentalmente. Solo 24 horas después de la marcha de Yiftach Ziv de Granada, la comparación entre ambos empieza a ser muy odiosa.

Y es que la exhibición del base francés se prolongó incluso más allá del bocinazo final. Con los rojinegros –de blanco en La Fonteta– celebrando la victoria en el clásico corrillo, las cámaras de Movistar captaron su último acto de servicio. El último en llegar a la plantilla mandó callar a todos y espetó un rotundo:«We can beat everybody!» («podemos ganar a cualquiera»). Liderazgo llaman a eso. El galo ha entendido perfectamente en solo unas semanas el principal anhelo del club de cara a esta campaña: competir todos los partidos, lo que era una quimera hace un año. En Valencia hubo una prueba más, y con premio de los gordos. En ese sentido, tras 15 jornadas ya, Málaga ha sido la excepción que confirma la regla. Y esa es una gran noticia sobre el paso adelante del Covirán en la Liga Endesa.