Falta control y puntería en los lanzamientos

El Covirán incurre en errores del pasado aunque se trata de un grupo totalmente nuevo para la Liga Endesa. Las pérdidas de balón pasaron factura a los granadinos en la última salida a la pista del Principado, donde regaló 19 posesiones al Morabanc Andorra. Dicen los entrenadores que más de diez veces ceder el balón contrario ya es pecado y, si contabilizas casi el doble, significa dar muchas facilidades al enemigo.

De esas pérdidas de balón, las que más duelen son las que propician cómodas contras y encestes plácidos para el rival, puntos que suman y hacen mucho daño. Este mal no es solo del Covirán. En el partido entre el Río Breogán y el Hiopos Lleida ambos equipos sumaron 15 en el primer cuarto, con siete y ocho, un desastre.

Esos dos equipos tampoco estuvieron finos en los lanzamientos, como el cuadro nazarí en el Principado. El Covirán está entre los peores en este apartado estadístico, por tener una media superior a las 15 pérdidas por encuentro, cuando a partir de diez irrita a los técnicos.

Todo ello está relacionado con el sistema de juego que practica la formación rojinegra. Siempre fue adicta a la velocidad y las características de sus jugadores le invitaron a correr. Esta temporada, con la práctica del 'small ball' y disponer de un solo 'grande' en la pista y cuatro 'pequeños' durante muchos minutos, la necesidad de poner un alto ritmo se hace aun mayor. De ahí que haya mucho riesgo y cobre especial importancia el óptimo manejo del balón y el control de las posesiones, que en ocasiones se hacen largas y quizá no sea lo más conveniente. Y por dos motivos, la ausencia de una referencia clara en la zona, que pueda recibir y resolver en el poste bajo tras bloqueo y continuación, así como los malos porcentajes en los lanzamientos para los ataques en estático, aunque el tiro es cuestión de rachas incluso en el mismo partido y, en Girona, acabó perfecto tras un pésimo inicio, por lo que la ofensiva en posicional deberá encontrar frente al Surne los lanzamientos adecuados.

Los datos no favorecen al Covirán al tratarse del penúltimo de la Liga Endesa en anotación, con 72,2 puntos por choque, lo que también le sitúa en esa misma plaza global en valoración, con 70. Gran parte de culpa tiene la escasa puntería que desprende en la mayoría de las cinco jornadas disputadas, en especial en la última de Andorra, con un paupérrimo 22% de acierto en triples, cuando el Morabanc tampoco estuvo fino y no aprovechó la circunstancia. El Covirán es el 14ª con 30,6% de acierto global, solo peor Girona y Manresa. Casi todos los jugadores fallan en exceso los triples y solo Elias Valtonen (18º con 66,7%) está a un nivel alto en este sentido.

No todo es negativo en las estadísticas del Covirán, porque la formación que dirige Pablo Pin mantiene un listón alto en el rebote, que ganó al Morabanc Andorra, y en especial en el ofensivo, con once capturas por duelo, aunque no le va tan favorable en el defensivo, donde los adversarios sacan rédito.

La mejor virtud del conjunto nazarí está, sin duda, en la defensa y debe rayar a una gran altura los 40 minutos para competir y tener opciones de triunfo. De ahí que marche en el tercer puesto, compartido con Unicaja, de la competición en recuperaciones, con 9,2 por partido, una cifra elevada y que habla muy bien de jugadores habilidosos para robar la bola, con el base Sergi García a la cabeza. Líder de la ACB con 2,2 junto a Dylan Ennis (UCAM Murcia).

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