La gesta del regreso a la ACB ante el Menorca cumple 20 años
Milagro histórico en el baloncesto ·
El sorprendente ascenso de un equipo, plagado de granadinos y que estuvo a punto de retirarse de la liga, está grabado en el recuerdo de los aficionados como la mayor proeza del baloncesto provincial
Víctor M. Romero
Jueves, 13 de mayo 2021, 00:56
De los tres ascensos del baloncesto granadino a la máxima categoría, el que se produjo hace hoy justo 20 años –13 de mayo de 2001– frente al Menorca es, sin duda, el más llamativo por lo sorprendente de la temporada y las vicisitudes del equipo. Por lógica, el éxito del Oximesa, toda una campanada frente al Caja de Ronda (hoy Unicaja) en el pabellón Ciudad Jardín de Málaga, provoca un recuerdo emocionado, fue el 17 de mayo de 1986, el día que se casó mi hermana Charo con Pepe. El equipo de José Antonio Murado, afincado en Albolote, logró la gesta contra pronóstico con aquel ex 'globetrotter' Larry Spicer, el primer estadounidense del mundo de la canasta que llegó a Granada. También hubo otro ascenso inolvidable, ocurrió tres años después, el 29 de mayo de 2004, de la mano de Sergio Valdeolmillos. 'Play off' a cinco duelos, emocionante y resuelto por 3-2 en el quinto partido (80-66) contra el Cai Zaragoza. Jugaron Dani Romero (11), Mcghee (8), Rueda (13), Fernández (19), Ordín (10) –cinco inicial–, Pecile (11), Mills (2), Doblas (6) y Gutiérrez. Regreso por la puerta grande. El ambiente fue el de las ocasiones especiales en Granada. Los 150 aficionados maños desplazados para ver el partido decisivo aguardaron en las terrazas cercanas al pabellón la hora de comienzo, mientras en el Palacio la afición del 'Cebé' inició los cánticos mucho antes del salto inicial. Aunque esto no fue nada comparado con el ambiente, el ruido y la presión que los diez mil espectadores –metidos con calzador en gradas supletorias en la instalación– crearon en torno a los jugadores durante el partido.
Pero la proeza conseguida frente al Menorca, histórica, sí que se hizo famosa en el baloncesto español, el triunfo del 13 de mayo de 2001, el primero que se produjo en casa, fue todavía mucho más inesperado que el del Oximesa. 'Ascenso milagro' llegaron a llamarlo los periodistas. El club estuvo a punto de desaparecer durante esa misma campaña, incluso su presidente, Carlos Marsá, al que ya ayudaba en la sombra José Julián Romero –que más tarde se haría cargo de la gestión y recuperaría la ACB un año después de bajar frente al Cai Zaragoza–, casi lo retira de la competición. En un encuentro anterior a la eliminatoria de ascenso, de la liga regular, precisamente con la visita del Menorca de Quino Salvo, horas antes pidió al entrenador Antonio Gómez Nieto, ayudado por Javi Rojas, que abandonaran, debido a lo que él consideraba nulo apoyo institucional. Sin embargo, el entrenador y los jugadores decidieron salir a la pista y seguir en la competición, por la presión municipal y su orgullo profesional. Félix Sánchez jugó ese encuentro con una camiseta muy pequeña, que apenas le tapaba el dorso, era la equipación del filial júnior... Tan insólito como hilarante.
Aquella gesta, con una plantilla plagada de jugadores granadinos, más el americano Antwon Harmon ('Antuán' le apodaron y Adnan Cansin luego debido al pasaporte comunitario obtenido, turco) –que aportó su granito de arena a pesar de estar lesionado– y Rafa Talaverón, fue de leyenda. De hecho, a Talaverón lo repescó y convenció el técnico. Se había ido, junto a los extranjeros Hood, Coll y Gordon, por impago. Una mayoría de gente de casa, desde el entrenador Antonio Gómez Nieto, su segundo Javi Rojas, el delegado Carlos Landa, el fisioterapeuta Juanjo Muñoz, el malagueño Dani Romero, Ernesto Serrano, Juan Carlos Liñán, Félix Sánchez, los todavía muy jóvenes Javier Pin, hermano del actual entrenador Pablo, Héctor Manzano, David Mesa, Miguel Benítez, Fernando García, Mendoza y Álvaro de la Higuera, con Carlos Marsá, José Julián Romero, Quique Gutiérrez, Sergio Parra, Juan Prieto...
Inimaginable
Las nueve mil personas que abarrotaron el Palacio se frotaron los ojos aquel día. Tras el inicial 2-0 de Granada se igualó la serie final en Mahón, con dos «robos» arbitrales en toda regla, para ganar 'el quinto'. En el tercer envite, Serrano dispuso de seis segundos pero tuvo que volver la cabeza y mirar hacia atrás, para ver los segundos que quedaban en el reloj del marcador, situado en una pared a su espalda. Mesa estuvo atento al rebote aunque no anotó (82-80). En el cuarto, Manzano lanzó un triple que hubiera sido crucial, a falta de tres segundos, y tampoco después David pudo forzar la prórroga: 61-59.
¿Cómo un equipo cuadrado a martillazos a mitad de campaña, sin más refuerzos que un nacional (Talaverón) que antes se había marchado, con cuatro 'titulares' que hicieron las maletas cuando vinieron mal dadas, basado en un puñado de canteranos, de los que la mitad compaginaban la LEB con la EBA y que apenas cobraban para unas cañas y un regalo a la novia, pudo subir? Milagros del deporte.
José Julián Romero estaba tan eufórico como en la feliz permanencia por una sola canasta, también 3-2, del 'gordo' John Williams sobre el Huelva. Aquella salvación se celebró como un ascenso, al igual que la del Oximesa ante el Bilbao en La Casilla (la primera vez que se remontó un 2-0), o la lograda con 'Pops' Mensha-Bonsu, contratado para el decisivo partido, ganado al Tau Vitoria (89-87), también de infarto, el 8 de mayo de 2008. Pero... como 'lo' de Menorca, nada. Ahí se rizó el rizo.
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