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Lluís Costa (i) y Christian Díaz, baluarte del Covirán Pepe Marín
Los guardianes rojinegros del Palacio
Lluís Costa y Christian Díaz

Los guardianes rojinegros del Palacio

La pareja de bases del Covirán en las últimas cuatro temporadas resultó clave el domingo para que el equipo lograse al fin el segundo triunfo del curso

Jueves, 23 de noviembre 2023, 00:16

El partido del pasado domingo ante el Morabanc Andorra fue quizá la obra cumbre de la pareja que, desde hace cuatro temporadas, Lluís Costa y Christian Díaz forman en el perímetro del Covirán Granada. La sociedad, que tuvo una primera experiencia en el Peñas Huesca de LEB Oro en el curso 2015-16, acumuló 43 puntos, 10 asistencias y 7 rebotes para ser trascendental en el necesario segundo triunfo de los rojinegros en una campaña que amenazaba con complicarse en exceso en caso de derrota ante los del Principado. Una actuación descollante en la que primero fue el catalán el que, junto a Kwan Cheatham, prendió la mecha del fulgurante inicio local, pero que luego situó al canario, desatado y letal en los momentos cumbres del duelo, en el centro de todos los focos. Tanto, como para convertirse en el MVP de la décima fecha de la Liga Endesa. 17 puntos y 9 asistencias firmó el primero, por 24 tantos (con un inmaculado 5 de 5 desde el triple) y 3 pases de canasta del 'pollito'.

IDEAL reúne a estas dos piezas claves del pasado, presente y futuro, al menos inmediato, del Covirán a las puertas de un Palacio de los Deportes en el que ambos han alcanzado algunos de los picos de su carrera. Seguro en lo colectivo, sintiéndose importantes y consolidados en una Liga Endesa que siempre pareció mirarles con desconfianza hasta su llegada a ella en Granada. Pero también en lo individual, pues el grancanario no niega que la del domingo pudo ser la mejor actuación de carrera, mientras existe cierto quórum en que a Costa lo único que le ha apartado de debutar con la selección española este noviembre es que, precisamente esta temporada, no exista una 'Ventana FIBA' en el undécimo mes del año, un hecho que le reta a prolongar su alto nivel al menos hasta febrero, cuando sí se abrirá esa opción tras la disputa de la Copa del Rey.

Evolución

«Llevamos muchos años juntos... casi la mitad de la carrera, así que me alegró mucho ver lo que hizo el domingo porque más que un compañero ya es un amigo», remarca Costa sobre compañero de posición. El catalán valora del canario que «es muy difícil lo que ha hecho de estar preparado tras pasarlo mal en el inicio de la temporada», y es que el 'pollito' pasó hasta tres partidos sin jugar en este curso hasta que, frente al Real Madrid, adelantó a Yiftach Ziv en la rotación de bases.

Mientras, a Díaz el nivel de Costa –12'7 puntos y 5'4 asistencias de promedio– le resulta «increíble». «Hace poco leí que tenía los mejores números de un base español en la ACB en todo el siglo XXI», agrega asombrado, consciente del «enorme paso adelante que ha dado en su carrera y que demuestra día a día». Con todo, el grancanario, once meses mayor que su partenaire, subraya de este que «lo mejor es que sigue siendo la misma persona graciosa y trabajadora, que no se le ha subido nada a la cabeza».

Madurez

«¡Cuéntale la del coche!», exhorta Costa a Díaz al recordar alguna anécdota de su primera experiencia allá por tierras oscenses. Al canario le tocó enseñar a conducir a su compañero de piso, Khris Davis, acostumbrado a los vehículos automáticos. Y claro, «lo caló treinta veces en diez minutos», desvela sonriente el reciente MVPde la ACB, al que su socio ya en cinco temporadas observa «más maduro» que en aquel primer año en el que «se dejaba llevar más por las emociones cuando jugaba bien y mal». Por su parte, para Díaz la gran evolución del de Sant Just Desvern ha llegado en «el tiro, pues entonces era más director y penetrador, pero la confianza que tiene ahora es una pasada», valora.

Lluís Costa (d) y Christian Díaz en 2020, al inicio de su primer curso en Granada. Ramón L. Pérez

A la hora de analizarse mutuamente, ambos coinciden en que las prestaciones del 'Pollito' en defensa son mejores. «A mí además es que me gusta coger a los buenos, y creo que es lo que me dio minutos el año pasado: matarme a defender», explica el protagonista. Mientras, sobre la mayor virtud de Costa, él mismo entiende ser «más base puro», mientras Díaz no duda en señalar «la confianza» como la clave. «Es que ahora mismo... la mete con la izquierda, con la derecha, tira, asiste... es mucho más completo de lo que era en Huesca», aprecia.

El 'feeling' entre ambos también da para no pocas bromas matinales en los viajes. «Pere –Tomàs– y él son como un matrimonio: comparten habitación y cuando los veo en el ascensor, Lluís va con su cara de 'empanado' protestando porque Pere no le deja dormir... y Pere, que ya es padre y lleva dos horas despierto, pues es otro rollo, claro», cuenta Díaz sonriente.

Y es que, en esto del deporte, una victoria lo vira casi todo. «Es curioso cómo puede cambiar el ambiente en tres días, porque además perdieron los de 'nuestra liga'», admite Costa, mientras Díaz, con la confianza a rebosar, bromea con que «ya no hay que fichar a un base». Los guardianes del Palacio quieren proteger la ACB que tanto les ha costado.

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