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Lluís Costa (i) y Pere Tomàs quieren tirar del carro de un Covirán dubitativo. Ramón L. Pérez
Un paso al frente para huir del apocamiento
Lluís Costa y Pere Tomàs

Un paso al frente para huir del apocamiento

Dos pesos pesados del vestuario rojinegro analizan las causas de un repentino bajón de juego que esperan cercenar este domingo

Jueves, 1 de febrero 2024, 00:05

El paso del tiempo en una temporada va dejando cicatrices. Físicas y emocionales, individuales y colectivas. Y una vez que acabe el presente curso, el Covirán seguro que recordará el final de enero como uno de sus momentos más bajos del curso, después de la pobre imagen ofrecida en los duelos ante Barça y Bàsquet Girona.

Casi nadie en el vestuario rojinegro es ajeno a los hechos. Dentro de un grupo comprometido con el objetivo final, duele no estar rindiendo al nivel que se sabe que se puede alcanzar. «Hemos estado mejor, la verdad», admite resignado entre bambalinas un peso pesado del equipo instantes antes de que otros dos referentes emocionales del vestuario, Lluís Costa y Pere Tomàs, se sienten con IDEAL a analizar el repentino bajonazo de un equipo súbitamente irreconocible.

«Dinámicas, supongo», justifica el base tras resoplar profundamente al escuchar eso de '¿Qué le pasa al Covirán?'. «Contra el Barça vinimos muy ilusionados, creíamos de verdad que era el día, veníamos de una buena victoria y salimos con muchas ganas… pero desde muy pronto vimos que las cosas no se daban y eso es un golpe duro. Y en Girona empezamos muy serios, no brillando pero sí bien... Arrancar 4-13 fuera de casa está muy bien. Pero luego se apagaron las luces, no estuvimos fluidos en ataque, nos costó mucho anotar. Este no es el Covirán al que estamos acostumbrados», agrega. Acto seguido, intermedia Tomàs, su 'socio', como le gusta llamarle a Costa. «Esta temporada habíamos conseguido en la mayoría de partidos, salvo Málaga y Gran Canaria, ser competitivos. Claro que hay momentos malos, pero habíamos logrado que no fueran muy largos y poder volver. Y ahora hemos estado muchos minutos en la cancha sin jugar bien, sin atacar ni defender. Y cuando haces eso, cualquiera en esta liga te pasa por encima», lamenta el alero internacional español.

El balear pone el dedo en la llaga sobre la principal anomalía presente: el Covirán no ha sido en ningún momento un gran equipo en defensa, pero siempre ha estado entre los mejores ataques de la Liga Endesa. Por eso, anotar apenas 61 puntos en las dos últimas citas –con un 21% en el triple, lejos del 36% que se promediaba previamente–, chirría sobremanera. «Quizá contra el Barça fue más entendible, porque es un equipo que cambia en todos los bloqueos y muy grande y nosotros, con Kairys y Konontsuk ya prácticamente fuera, tuvimos algún quinteto con Cheatham de '5' y Kramer de '4', realmente pequeño, lo que contra un Barça lo hace muy complicado», valora costa, que cree también que «los cambios en la plantilla a largo plazo nos ayudarán seguro, pero a corto quizá nos han mermado». El catalán admite que está «faltando frescura» en un equipo que se siente «cómodo jugando con ritmo, rápido y en transición», pero asume que «si no estamos bien en defensa esto no es posible».

Sobre ese atasco ofensivo, Tomàs da otra clave y asume responsabilidades. «Lluís –por Costa–, Kwan –Cheatham–, Felicio y Thomasson se estaban poniendo el equipo en la espalda en ataque y ahora han estado menos enchufados y los demás tampoco hemos dado un paso al frente», subraya. El de Llucmajor basa el bajón anímico en que «cuando pierdes con la sensación de no competir, la maleta te pesa el doble» pero mira la situación con perspectiva. «Si lo ves a largo plazo, dos derrotas no son una crisis ni nada por el estilo, así que hay que intentar salir de esto y competir, estar vivos y hacer lo que hemos venido haciendo todo el año», pide.

Tensión

Como corresponde a los momentos bajos de un equipo, la tensión ha aumentado recientemente en un Covirán que no se reconoció a sí mismo en Fontajau, donde incluso Kwan Cheatham fue cazado por las cámaras de Movistar visiblemente ofuscado. «Cuando eres profesional, competitivo y estás implicado, jode mucho estar en un momento así, más que por el resultado por la sensación que estábamos dando», explica Lluís Costa sobre la furibunda reacción del norteamericano, que ha obligado incluso a lavar algunos trapos sucios en el vestuario. «Estuvo mal pero le puede pasar a cualquiera y es algo que hemos hablado entre todos y que se ha quedado en Girona», zanja.

Sobre el nuevo integrante del equipo, el senegalés Malik Dime –4 rebotes y 3 tapones en Fontajau, sin anotar–, Tomàs valora que «es un tipo de 10, ha venido con ganas de ayudar y estoy seguro de que lo hará porque su manera de jugar nos viene muy bien ya que cambia tiros en defensa y en ataque es un perfil que puede jugar por encima del aro que no teníamos». Costa concuerda en que «es el tipo de jugador que faltaba y a la larga lo veremos» y reconoce que «ya se notó su presencia en Girona pese a que llevaba apenas dos entrenos».

Bien hará el africano en acelerar su integración para el domingo (18.30 horas) cuando el Baxi Manresa visite el Palacio de los Deportes. Los catalanes, aunque no suenen a 'grande', son un rodillo entre los rivales de 'su' liga, pues han ganado 10 de 11 partidos ante los equipos que llevan por debajo en la tabla. «Es un equipo que se ha ganado el respeto de no ser aquel que estaba subiendo y bajando entre LEBy ACB y ahora con Pedro Martínez todos saben perfectamente lo que tienen que hacer y juegan a lo que él quiere», avisa Pere Tomàs –que pasó tres temporadas en Manresa–. «Han demostrado con los años que con la sencillez de las cosas se puede llegar muy lejos y si no jugamos a la perfección el domingo nos van a ganar porque es un equipo de 'play off'», añade. Mientras, Costa, también con pasado en el Bages, ratifica que «es un gusto verles jugar» y valora ante todo que «juegan siempre a lo que quieren y les da igual el rival y cómo vaya el partido, si encajan un parcial de 6-0 siguen jugando con el mismo descaro y si tienen que tomar un tiro rápido lo van a hacer sin miedo».

Quizá sea precisamente eso lo que atenaza a un equipo que necesita volver a soltar amarras cuanto antes. «No hay que descubrir la pólvora, sino volver a la chispa que nos había hecho competitivos incluso cuando no ganábamos», pide el base a los suyos de cara al domingo. Más expeditivo es aún Tomàs, convencido de que la solución pasa por «cambiar las caras, disfrutar jugando e ir a muerte». Si eso sucede, asegura, «todo cambiará». Falta le hace al Covirán.

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