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Casi como si de un 'déjà vu' de su propia historia se tratara, el baloncesto granadino, acostumbrado a alternar la cabeza de ratón con la cola de león, sin estabilizarse en ninguno de ambos papeles, vuelve en estos días a vivir otra de esas semanas de enorme intensidad en las que el tránsito entre dos categorías está en juego. Un escenario marcado por dos partidos en apenas 48 horas (mañana a las 20:30h en Zaragoza y el domingo a las 18:30h en el Palacio ante el Gran Canaria) en los que el Covirán se juega la permanencia en la Liga Endesa.
Es razonable la incertidumbre en el ambiente, más para un club y una afición que en esta nueva era de imponente crecimiento no están habituados a mirar para abajo. Por ello, a apenas 24 horas de disputar el primero de los dos duelos decisivos para la salvación, Lluís Costa y Pere Tomàs, dos de los referentes del vestuario rojinegro, dan un paso al frente de contundente mensaje. «Creo que es muy importante que dependamos de nosotros mismos, porque llegar a este punto es complicado. Parece que es un drama que estemos así, pero esta liga es muy difícil y esto significa mucho, aunque podíamos haberlo hecho mejor», arranca el base catalán, en el epílogo de su cuarta temporada en Granada. «Me gusta que todo se resuelva rápido, pues creo que es bueno que no haya tiempo para pensar mucho, sino para entrenar, actuar y darlo todo», agrega el balear, que tiene claro que es mejor no esperar favores rivales. «Hay que ganar los dos y lo sabemos, ese es el objetivo», zanja. Cabe recordar que el Covirán se salvará si iguala o mejora los resultados del Monbus Obradoiro –que juega hoy en Palencia y el domingo en casa ante el Joventut–, al que le tiene ganado un 'basket average' que puede ser decisivo si ambos acaban igualados a victorias, tal y como marchan ahora mismo.
Así que el drama, esta vez, podría ser menos si los de Pablo Pin cumplen con su papel. En todo caso, el periplo de Tomàs y Costa en Granada ha estado cargado de tensión. «Tres años de emociones máximas», admite el primero, que valora, en todo caso, que «esto es lo bonito del deporte» y anhela que, tras tener «dos temporadas de alegría máxima», con un ascenso y una permanencia 'in extremis', pueda «haber una más ahora». Un año antes llegó a la ciudad Lluís Costa, ya protagonista de aquel 'no-ascenso' ante el Río Breogán. «También fue ajetreado…», bromea. «Alguna vez hemos comentado eso, que no hemos tenido un año tranquilo. Pero bueno, para esto jugamos y cuando sale bien, es muy bonito», agrega el base catalán, capitán general de los rojinegros cuando está sobre la pista.
48 horas
Va a ser extraño, seguro, que todo se resuelva en dos días. Intenso física y emocionalmente, y desde luego muy diferente al curso pasado, cuando el Covirán tuvo que esperar diez días desde su memorable victoria en Sevilla para cerrar el curso ante el Joventut, dada la celebración de la 'Final Four' de la Euroliga. Tomàs tiene claro que prefiere esto. «Se me hizo eterno aquello», recuerda. «A nosotros dos especialmente nos vino bien porque estábamos 'tocados' y nos pudimos recuperar», intercede Costa, «pero fue muy largo, sí», concede acto seguido, sabedor de que «al jugador lo que le gusta es jugar y no viene mal que sea rápido».
En lo que ambos coinciden es en una cosa: ninguno se cambiaba por el Monbus Obradoiro. Pese a que los gallegos hayan recortado su desventaja con los rojinegros, la sartén por el mango la sigue teniendo el Covirán, que si cumple con su cometido dejará sin apenas opciones a los gallegos. «No hay ningún tipo de debate. Ellos sí que no dependen de ellos, si nosotros ganamos ellos no se salvan, no hay color», arranca el base. «Tenemos el 'average', que es muy importante, y también en el triple empate no bajamos», añade el alero, recordando al tercer implicado en la brega, el Río Breogán. Con todo, los lucenses solo bajarán si pierden sus dos partidos –Andorra en casa y visita a Murcia– y sus dos rivales hacen pleno.
Los dos 'socios', como les gusta llamarse entre ellos, también tienen un punto de vista común en otro aspecto: preferirían que las dos jornadas, y no solo la final, tuvieran horario unificado. «Pero entiendo que está la tele…», razona el de Llucmajor, «y además, nunca sabes que es mejor. Si gana el otro tienes presión, pero si pierde, pues también un poco», suma. Más gráfico es Costa: «es como una tanda de penaltis y si es mejor tirar primero o no… aunque si yo pudiera elegir, preferiría ir antes», expone Costa. Ambos hacen referencia, claro, al hecho de que el Obradoiro juegue esta misma tarde (19 horas) en Palencia, lo que propiciará que la escuadra de Pablo Pin salte al Príncipe Felipe zaragozano conociendo el resultado de su más directo rival. Un duelo que pillará a los rojinegros en el AVE, en pleno desplazamiento a Aragón, y ante el que, ahora sí, estos dos viejos amigos, que ya compartieron equipo en Manresa años atrás, sí actuarán de forma distinta. «Si se puede ver, lo veré», inicia Tomàs, ante el desacuerdo sonriente de Costa. «Yo es que a la que va mal un partido importante, lo quito. El otro día empecé viendo el Obradoiro y… así que al final normalmente no lo veo ni siquiera si va bien para nosotros, porque no quiero cagarla si lo pongo», expresa. Por eso, tratará de aislarse en el tren. «Intentaré no mirar. Si en casa ya me supera…», bromea.
Carácter
El mensaje de Lluís Costa es contundente, y durante la charla insiste varias veces en que el Covirán es el que si cumple, se salvará. «Sabemos que si ganamos mañana, solo nos queda uno y además es en casa. No hay que ir a la heroica, como el año pasado. No descubriré la pólvora, pero lo de Zaragoza es importantísimo», subraya. No en vano, una victoria podría incluso valer la permanencia, si 24 horas antes el 'Obra' hubiera hincado el diente en Palencia. Y el Covirán en ningún caso llegará descendido al domingo. «Dependemos de nosotros y es el momento de ir a una. Ya habrá tiempo para lo que sea, pero ahora toca estar unidos, valorar lo que el club ha conseguido y no tirarlo, ir juntos hasta el final», pide Tomàs, implicado en el proyecto. «Siento que, de lo logrado, un grano de arena es mío, porque fue una apuesta personal venir aquí a subir, lo conseguimos… y quiero mantenerlo ahora», rubrica. En la misma línea cierra Costa, reivindicativo. «La derrota del 'Breo' me recuerda a la del Iraurgi hace dos años, pero acabamos subiendo. lo importante es darle la vuelta y combatir con carácter». El que estos dos tipos ya han mostrado muchas veces en Granada.
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