Mejora insuficiente en la Supercopa del nuevo Barça de Joan Peñarroya

Pese a que su principal foco estuvo puesto el domingo en su último partido de preparación ante el La Laguna Tenerife, seguro que los ojos del Covirán estuvieron también muy pendientes de lo sucedido este fin de semana en Murcia, donde se disputó la Supercopa Endesa, primer título oficial de la temporada nacional.

Y es que en ella participó el que será el primer rival de los rojinegros en el torneo liguero, ni más ni menos que el Barça (domingo, 12:30 horas, Palau Blaugrana) en un duelo de máxima dificultad para los de Pablo Pin. Un equipo azulgrana que prolongó en Murcia su mala racha con la Supercopa, pues cumplirá una década sin levantar un trofeo que no ingresa en sus vitrinas desde 2015 tras caer, a imagen y semejanza de hace un año –también en Murcia– en la semifinal del torneo frente a un Real Madrid que acabaría cediendo en la final ante un gran Unicaja Málaga.

La buena noticia para los culés antes de recibir al Covirán fue que se mostraron más próximos a su eterno rival que el curso pasado. Las importantes bajas del Madrid –Poirier, Yabusele, Sergio Rodríguez y Rudy Fernández– y el mayor potencial físico azulgrana respecto al curso previo, merced a la llegada de jugadores como Justin Anderson o Chimezie Metu, permitió a los de Joan Peñarroya, nuevo técnico del Barça, llegar con opciones a un final en el que Facundo Campazzo ejerció, una vez más, de verdugo de los de la Ciudad Condal.

Tras una temporada en blanco, la entidad catalana sale pues de vacío del primer compromiso serio de esta campaña. Pese a todo, los de Peñarroya han recibido buenas críticas de su entorno tras la decepcionante campaña anterior. Un contexto que no es ni mucho menos el idóneo para un Covirán que buscará hacer saltar la banca pero que se encontrará con un Barça con ganas de agradar en su estreno como local. Más difícil todavía.

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