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Contracrónica

Oportunidad desperdiciada para el Covirán

Un Covirán desacertado deja escapar vivo del Palacio a un Baskonia timorato, sin brillo y repleto de dudas

Lunes, 16 de diciembre 2024, 07:26

Llegaba al Palacio de los Deportes el Baskonia en una situación nada halagüeña. Sin margen de error en la lucha por la Copa del Rey, decepcionando también en la Euroliga y tras perder un partido inimaginable en la competición continental, con un triple con adicional ... de Will Clyburn, alero de la Virtus de Bolonia, a apenas cuatro décimas del final. Además, con escasa química entre Pablo Laso y una de sus estrellas, Chima Moneke, que poco menos que se ofreció al mejor postor tras su reciente buen partido en Bilbao, después de las críticas al nombrarle su técnico. Con todo ello, más un Markus Howard anormalmente desacertado como volvió a mostrar en Granada (cinco puntos, 2/10 en tiros de campo), el equipo vitoriano, inalcanzable presupuestariamente para el Covirán, era un rival a la mano rojinegra.

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Sin embargo, el equipo de Pablo Pin solo pareció creerse de verdad la debilidad de los de Zurbano al inicio y el final del partido. Comenzaron el choque los de Pablo Pin con la misma velocidad y hambre que habían mostrado ante el Joventut, a rebufo de ese trío que forman Rousselle, Ubal y Wiley, que es un chute de energía instantánea. Empero, en un partido con escaso brillo por ambas partes, y mucho desacierto exterior (4/16 triples los locales, 5/25 los visitantes), la pintura acabó siendo determinante. Y ahí, pese al buen nivel de Wiley en ataque, y la solidez del impertérrito Noua, de nuevo un valor seguro para Pin, el tamaño vitoriano terminó resultando decisivo en una segunda parte en la que el rebote ofensivo alavés fue decisivo casi al mismo nivel que las siete pérdidas del Covirán en un tercer cuarto que fue, con mucho, el peor de los rojinegros (14-26).

Con Moneke despertando tras el descanso, y Clavell metiendo con sus pérdidas a los locales en un estado de nervios del que se contagió hasta el casi siempre fiable Elias Valtonen, el Baskonia abrió una brecha que nunca se cerró, lo que no estuvo lejos de ocurrir cuando a los de Laso despertaron fantasmas.

Sudó el resiliente Covirán, con Rousselle, Valtonen y Ubal creyendo en una épica que estuvo cerca de consumarse pero que dejó la sensación de que, con otra energía especialmente en el tercer cuarto, la historia del partido podría haber sido muy diferente. El Baskonia sobrevivió sin brillo en Granada.

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