El parón le viene de perlas al Covirán

De ese modo, el equipo rojinegro tiene un mayor margen para tomar decisiones sobre su equipo que si la temporada siguiera a velocidad de crucero. De un lado, serán dos semanas importantes para la recuperación de Edgar Vicedo y Jacob Wiley. En ese sentido, la esperanza en el club es la de que el madrileño esté totalmente recuperado de su fascitis plantar para medirse al UCAM Murcia el primer día de marzo. Sin embargo, hay más dudas con el norteamericano, recientemente intervenido de una antigua lesión en el dedo anular de su mano izquierda –la cirugía llevaba semanas programada en esa fecha precisamente para aprovechar el parón, por lo que la ausencia de Wiley en Vitoria no fue inesperada–. El pívot sufrió también una lesión en la fascia plantar del pie en el encuentro ante el Bàsquet Girona que complica su situación y hace que, si bien su presencia frente al UCAMno está descartada, sí que se asuma como complicada en las oficinas de la avenida Salvador Allende.

Menos presión

Dentro de los problemas que acarrea una lesión, se puede decir que ha tenido suerte el Covirán con el momento en el que ha caído Wiley, que no hubiera jugado en ningún caso en Vitoria y que gana dos semanas de margen sin competición para recuperarse. De ese modo, la urgencia para su vuelta a las canchas llegará, pero de momento se vislumbra con cierta calma su recuperación.

Y algo parecido sucede con la intención del club de incorporar a un interior. Óscar Fernández-Arenas y Pablo Pin han mantenido la calma en este aspecto este curso, desoyendo las voces que, desde un amplio sector de su afición, pedían refuerzos en la pintura. Ahora, ante las bajas de Wiley y Vicedo, el técnico sí admitió el viernes que están en el mercado. La necesidad la puso negro sobre blanco el partido en Vitoria. Obviamente el objetivo rojinegro es que su nueva pieza esté, y con algo de rodaje, ante el UCAM, pero para ello también las prisas son menores gracias a un parón providencial para el Covirán Granada.