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Una de las causas del último tropiezo en el Olímpic de Badalona acompaña al Covirán Granada desde su salto a Liga Endesa. El equipo rojinegro volvió a sufrir numerosas pérdidas frente al Joventut, un mal que cuesta puntos y al que no se le consigue ... encontrar solución con respecto a 2022. En parte, avivado por el estilo de juego dinámico y fugaz que impone Pablo Pin.
Concretamente, fueron 20 las posesiones perdidas durante el último duelo. Un dato que contrasta con las diez de los catalanes, la mitad. El Covirán desperdició el doble de balones que el cuadro de Dani Miret, un hecho que perjudicó la anotación rojinegra y que apenas varió en función del director de juego en pista. Según los datos individuales que proporciona la liga, todos los efectivos nazaríes alimentaron dicha estadística con la excepción de Gian Clavell –Edgar Vicedo continúa en el dique seco por lesión–.
El puertorriqueño elevó el nivel hace algunas semanas en pro de los números del grupo. Aun algo endeble en defensa, el escolta muestra más atrevimiento a la hora de penetrar y jugarse el lanzamiento dentro del perímetro, así como de asistir a sus compañeros. Dicho motivo provocó que su presencia en pista aumentara contra el Joventut dentro de un plan de juego basado en el movimiento constante y los ataques rápidos.
Un estilo sobre el que el Covirán sustenta sus fortalezas en la máxima categoría, pero también sus debilidades. El conjunto granadino acumula una media de 13,6 pérdidas por jornada, el octavo peor dato de la división. Con un total de 245 balones perdidos en 18 partidos, los rojinegros mejoran a Manresa (276), Andorra (267), Zaragoza (257), Lleida (254), Breogán (250), Coruña (249) y Girona (247). La mayoría de ellos se encuentran inmersos en la carrera por la supervivencia en Liga Endesa, pero solo el coruñés goza de una posición más baja –colista con cuatro triunfos– que la del granadino en la tabla.
Salvo Breogán y Girona, el resto no parece ver demasiado perjudicada su puntuación a costa de las pérdidas. Con 1.440 puntos en lo que va de curso, los de Pablo Pin se erigen como el tercer conjunto menos anotador. Un rol que dificulta la labor ante contrarios con una mayor facilidad para castigar el aro rival. El Covirán ya padeció este mismo problema la última temporada, con unas 14,2 posesiones perdidas por duelo –por detrás de Zaragoza y Girona–. Aún así, se mejoró el porcentaje de 2023 de 15,4, segundo peor dato tras Fuenlabrada.
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