Sin relajación para el Madrid pese a la carga física tras la doble semana europea

Pese a lo abultado del resultado, el Covirán puede sentirse satisfecho por haber forzado al Real Madrid a tomarse realmente en serio el partido. El mismo Chus Mateo, técnico blanco, destacó que la diferencia final no hizo justicia a lo «parejo» que fue el partido, hecho claro con el reparto de minutos en los blancos.

Porque cabría pensar que el vigente campeón liguero, tras sus dos victorias en la Euroliga –el martes en Belgrado y el jueves en Berlín, situándose líder en solitario de la competición continental–, se tomaría su regreso al Palacio de los Deportes, once años después si no contamos la Copa del Rey, como una balsa de aceite. Pero no fue así.

Sergio Llull, Dzanan Musa, Guerschon Yabusele o Edy Tavares, el jugador más dominante del Viejo Continente, tuvieron que estar todos más de 22 minutos sobre el parqué, como prueba del mérito de un Covirán capaz de alargar el partido hasta bien avanzado el tercer cuarto. De hecho, los rojinegros firmaron un parcial de 11-2 tras el paso por vestuarios que incluso les situó por delante en el marcador.

Fue además el regreso a la actividad de Rudy Fernández, baja en los últimos partidos por un golpe en su maltrecha muñeca. La presencia del balear, ovacionado a su entrada en pista, fue otra muestra más del respeto blanco a un Covirán que sigue creciendo durante esta moratoria moral que le han concedido las lesiones. Eso sí, el siguiente, ante Girona, será otra historia.

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