Las manos que dibujan la cara más simpática del Covirán

Los aficionados más fieles al Covirán a buen seguro conocerán la iniciativa 'Nazarí Toons', una nueva línea de merchandising y cartelería lanzada esta temporada por la entidad rojinegra, y detrás de la que está el caricaturista malagueño Jesús Roldán, alias 'Roldanus'. A través de sus dibujos, se busca una divertida versión de todos los miembros de la plantilla granadina, aunque curiosamente, la relación comenzó con un retrato de Pablo Pin. Concretamente, en aquel inolvidable duelo ante el Joventut, en la última jornada de la temporada 2022-23, que acabó con la salvación rojinegra. «Le hice una caricatura con el lema 'Con Pablo Pin hasta el fin' y me la traje al Palacio», recuerda el artista, nacido en Antequera, criado en Mollina y afincado en la capital costasoleña desde los 13 años.

Tras la siguiente agónica permanencia del Covirán, 'Roldanus' decidió ofrecer su trabajo al club. «Empecé a dibujar a Rousselle, luego a Wiley y Bamforth, y como vi que me iban saliendo, le presenté el proyecto a Óscar Fernández», rememora el dibujante, cuyo encuentro con el presidente rojinegro se produjo en el amistoso que el Covirán disputó con el Baskonia en Málaga, el 4 de septiembre. Tan bien recibió el directivo la iniciativa, que los 'Nazarí Toons' ya aparecen anunciando los partidos del equipo en la Liga Endesa, y los aficionados pueden adquirir camisetas o tazas con los mismos entre los productos oficiales del club.

El creador –cuyo trabajo puede conocerse en su cuenta de Instagram, @roldanjus–, tiene claro cuál fue el principal reto para él del plantel rojinegro. «Con diferencia Pere Tomàs, porque no tiene rasgos muy identificativos y me costó mucho cogerlo», admite. En el lado opuesto, asegura que Elias Valtonen «fue el más fácil y salió rápido», así como que al caribeño Gian Clavell «le tenía muchas ganas, porque es un regalo para un caricaturista, con una boca en la que siempre se ven los dientes, los ojos muy juntos, la coleta…», desgrana.

Trayectoria

Pese a que ahora trabaje para el club de la provincia vecina, Roldán no esconde que el equipo de sus amores es el Unicaja, para el que hizo un trabajo similar durante años. «Lo primero fue el cartel de 'All-Star minibasket', que llevo haciéndolo 17 años, pero lo que más ilusión me hizo fue que, durante dos temporadas, diseñé las camisetas del primer equipo. Cuando me lo ofrecieron me harté de llorar, era el sueño de mi vida», valora. El cambio de proveedor de ropa de los cajistas acabó, eso sí, con aquella ilusionante colaboración y que, en cierto modo, también empezó por iniciativa del dibujante, con otro puertorriqueño de por medio. «Cuando estaba Daniel Santiago, supe que tenía que pintarlo. Con las gafas, la cinta, la codera… Así que lo hice en una lona de dos metros y me la llevé a un partido en 2010. Él la vio, luego me invitó a comer y ahora somos amigos. Más tarde hice lo mismo con Cabezas y a partir de ahí, fue cuando el Unicaja mostró interés en mi trabajo», rememora.

Estilo

El antequerano, Auxiliar de Delineación y con formación en diseño gráfico, lamenta «no haber hecho Bellas Artes, para dominar otras técnicas», pero tiene un estilo propio que define como «humorístico, pero muy respetuoso». Con él, busca «captar al personaje», reseñando que «si no conozco a la persona me cuesta, porque no conozco sus gestos y necesito referencias». Además, incide en que le resulta «más difícil» hacer el cuerpo que la cara. «Si tardo ocho horas de media en una caricatura, la mitad se las lleva el cuerpo; las manos son muy difíciles», apunta.

Árbitro durante casi dos décadas, Roldán recuerda con cariño su primer dibujo, aún sin formación. Fue una caricatura del histórico colegiado ACB, Antonio Gallo, «y también diseños alternativos del escudo del Caja de Ronda», que guarda a buen recaudo. Para él es clave lo que llama 'la prueba del vestido de novia': «hasta que no tengo un buen boceto, no empiezo a fondo con el diseño final», desvela.

Pese a atreverse con casi todo –llegó a diseñar un tatuaje sobre Juan Carlos Navarro–, 'Roldanus' nunca ha pintado a sus dos ídolos: Pau Gasol y Dominique Wilkins. «Me da miedo no clavarlos», sonríe. Ahora quiere crecer. «Me encantaría trabajar con un equipo de Euroliga», no esconde. Por ahora, el Covirán ya tiene su sello.

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