Scott Bamforth reflexiona mientras agarra un balón de la Liga Endesa. Jose Manuel Puertas
Scott Bamforth

Un viaje por la mentalidad de un tirador

El veterano escolta de Albuquerque reflexiona sobre su momento y encaje en un Covirán a las puertas de un tramo importante de la temporada

Miércoles, 1 de enero 2025, 19:10

«Creo que no me había pasado nunca en mi carrera, al menos no lo recuerdo», asegura Scott Bamforth (Albuquerque, Nuevo México, Estados Unidos, 12 de agosto de 1989 ) sobre el hecho de no disputar ni un solo segundo en el primer cuarto del último ... partido del Covirán, visitando al UCAMMurcia, y en el que el estadounidense acabó siendo el mejor rojinegro –18 puntos en apenas 20 minutos, con alta efectividad–, pero también, paradójicamente, fallando el tiro que hubiera llevado el partido a la prórroga. Una mezcla de circunstancias que dan para una introspección que Bamforth acepta hacer para IDEAL. «No puedo controlar cuándo me van a poner en la cancha ni cuando me van a quitar. Lo que puedo controlar es hacer mi trabajo lo mejor posible cuando salgo», sostiene el escolta de 35 años, que acepta lo mejor que puede su rol en un Covirán donde ya jugó cinco partidos el pasado curso.

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Algo más de 21 minutos es el tiempo que, de media, pasa en la cancha el norteamericano, acostumbrado a papeles superiores en su periplo granadino. Es su séptima campaña ACB, y solo cuando jugó en Murcia tuvo un registro parecido, superando por poco los 22, mientras que en Sevilla, Lugo y Bilbao nunca estuvo por debajo de los 26. «Durante toda mi carrera he tenido un rol parecido, en todos mis equipos, pero este año es un poco diferente y me toca adaptarme. A veces es un poco incómodo estar muchos minutos seguidos en el banquillo, pero cuando pasa, te toca encontrar tu sitio, estar tranquilo y ser tú mismo, metas o falles, juegues más o menos», razona, iniciando una apertura de su psique sin apenas tapujos.

No suele ser sencillo para alguien no acostumbrado a ello gestionar un inicio de partido con un cuarto en blanco. Pero Bamforth supo esperar su momento en Murcia. «Estaba tranquilo. Creo que cualquiera puede ver que, cuando todo va muy bien, no me vengo muy arriba… pero cuando las cosas son difíciles tampoco me hundo. Trato de ser el mismo en ambas circunstancias. Y así se lo transmito a mis hijos, que cuando llegué a casa me preguntaron que por qué no había jugado hasta el segundo cuarto», reflexiona sobre un carácter poco alterable que, defiende, le permitió salir al partido sin ansiedad. «No estaba nervioso, aunque obviamente no es lo ideal», dice. Y aprovecha para deshacerse en elogios hacia la capacidad del capitán rojinegro, Pere Tomàs. «Admiro cuando sale tres o cinco minutos y es capaz de aportar, porque eso es realmente difícil, mucho más que jugar 30. Cuando juegas más tienes ritmo, sensaciones y la confianza de que, aunque falles, seguirás. Si juegas menos es más difícil, y yo estoy ajustándome a eso», argumenta.

Bamforth continúa con este particular 'psicoanálisis' abordando uno de los tópicos más habituales cuando se hace referencia a los tiradores, ese que dice 'si mete el primero, cuidado'. El de Albuquerque admite que existe en el gremio, pero trata de huir de él. «Sí que hay jugadores que piensan así, que si meten el primero creen que jugarán bien. Pero a mí no me pasa eso, ni si lo meto ni si lo fallo. Recuerdo partidos en los que fallé los cuatro primeros triples, por ejemplo en Bilbao, y luego metí cuatro seguidos. Por eso digo que hay que ser consistente, ser tú mismo, vayan las cosas bien o mal, metas o falles. No me gusta ser ese tipo de jugador, mi vida no puede depender de si meto o fallo mis primeros tiros en un entrenamiento o en un partido», puntualiza. Sí que acepta, de nuevo, la dificultad «cuando tienes minutos limitados, de tener la sensación de que o metes ese tiro o te irás al banquillo... Eso es muy jodido y este año sí puede que sienta un poco más que, si no meto uno o dos de los primeros, quizá no tenga muchos más tiros, pero trato de que eso no bloquee mi mente y seguir concentrado», continúa.

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Último tiro

El jugador formado en la Universidad de Weber State también radiografía las caras del duelo ante UCAM, con buena imagen rojinegra en general, pero detalles dolorosos que dejaron escapar el triunfo, y una gran actuación personal a la que le faltó el broche de un último tiro que rozó la prórroga. «Es jodido, porque queríamos ganar y ahora llevamos tres derrotas seguidas. Pero es que esta liga es así de puñetera. Puedes ganar tres seguidos, como hicimos, y luego perder tres. Estamos trabajando en conseguir volver a ganar partidos. Y a nivel personal, claro que quería meter el último tiro, pero esto es el baloncesto. He metido muchos de esos. Dylan Ennis lo metió y otras veces lo ha fallado. Así son las cosas y, cuando eso pasa, lo que hay que hacer es trabajar fuerte el siguiente día para intentar ganar el próximo partido», verbaliza.

Como curiosidad, Bamforth ha firmado sus tres mejores partidos del curso ante los tres exequipos con los que se medirá, ya que antes encestó 17 al Surne Bilbao y 24 al Río Breogán. Un hecho que, para él, no pasa de anecdótico. «¡Ni lo sabía!», asegura, «Por mi forma de ser, trato de olvidar el partido que ya he jugado y centrarme en lo siguiente, en el próximo entrenamiento. Mi mente mira hacia adelante, no pienso en si he jugado bien o mal contra este o aquel equipo, sino en el próximo día. Eso me ayuda a ser consistente. No es más que una coincidencia… espero hacer un buen partido contra el Gran Canaria, ¡Aunque no haya jugado allí!», anhela.

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Volver a ganar

La Liga Endesa avanza hacia el final de la primera vuelta con el Covirán fuera del descenso merced a su fortaleza ante rivales directos. «En esta Liga te despistas un poco y empiezas a perder y se complica, por eso es importante que hayamos ganado a los de abajo, pero el foco no puede estar sólo ahí; tenemos que sacar partidos en casa contra equipos de la zona media y alta, como con el Joventut. Espero que, contra el Gran Canaria, seamos capaces», pide.

El de los claretianos será el primero de una racha de citas de exigencia –luego llegarán Real Madrid, Valencia Basket y Casademont Zaragoza– de las que, eso sí, tres serán en el Palacio, lo que Bamforth califica como «una oportunidad». «Son rivales top, pero vienen a Granada y nuestra meta tiene que ser ganar a esos equipos, no solo a los de abajo», insiste, convencido. Para ello, será fundamental que los de Pin eviten los colapsos que les llevaron a hipotecar, en el segundo cuarto, las salidas a Lleida –parcial de 25 a 1– y Murcia –21 a 2–. «No creo que haya una explicación, estamos preparados para evitar que nos pase eso, y aún así, hemos sido capaces de volver a ambos partidos tras esos parciales», matiza Bamforth, que reitera un discurso habitual en el vestuario rojinegro en las últimas semanas. «Cuando eso nos pase, tenemos que tomar mejores decisiones y tratar de pararlo. Pero, de nuevo, eso son los altibajos del baloncesto», recuerda, con una palabra de nuevo grabada en su mente: consistencia.

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