La telaraña del Lenovo Tenerife da un golpe de realidad al Covirán Granada

Pero lo cierto es que el equipo de Txus Vidorreta, con un excepcional rendimiento defensivo y un magistral Marcelinho Huertas en la dirección –20 puntos y 8 asistencias firmó el paulista, que en mayo cumplirá 41 años– puso negro sobre blanco las diferencias que aún hoy siguen existiendo entre los aurinegros y un Covirán que en ningún momento supo hincarle el diente a la maraña defensiva planteada por el técnico vasco en lo que para los insulares era una 'final' por entrar en el torneo copero.

Quizá solo en el primer cuarto el equipo local encontró ciertos momentos del ritmo y la frescura ofensiva que le han venido caracterizando casi desde que empezó el curso y que había perfeccionado recientemente. Y es que la puesta en escena de los canarios, que llegaban a Granada repletos de dudas tras sus últimas derrotas como locales ante Monbus Obradoiro y Casademont Zaragoza, fue la propia para un equipo grande en un partido de crucial importancia. Tanto como para que hubiera que rendirse a la evidencia de que los de San Cristóbal de La Laguna ganaron en Granada cómo y cuándo quisieron.

Incómodo

La estrategia defensiva tinerfeña tuvo muy claro desde el salto inicial que debía anular a los dos principales focos anotadores del Covirán: Joe Thomasson y Kwan Cheatham. Y lo cierto es que los visitantes lo lograron. El escolta de Dayton estuvo incomodísimo casi toda la noche, con una lapa defensiva –principalmente el finlandés Sasu Salin, pero pasaron más por ese rol– y ayudas larguísimas de los pívots aurinegros que le obligaban, casi cada vez que recibía, a recular hasta el centro del campo para poder iniciar el ataque rojinegro, lo que llevaba a consumir muchísimos segundos de la posesión sin haber desajustado apenas la defensa canaria. Mientras, Cheatham –aquejado de molestias en una rodilla– apenas tuvo opciones de tiro claras, y de hecho estuvo a punto de irse sin anotar ni un triple por primera vez en la temporada. Su único acierto desde más allá del 6'75 fue en el último minuto, con todo ya resuelto. Además, tampoco fue el mejor día de Cristiano Felicio, al que se vio incapaz de hacer daño en el poste bajo ante el georgiano Gio Shermadini y que sufrió también en defensa ante la movilidad y buena mano exterior del serbio Dusan Ristic, clave en la escapada del Lenovo Tenerife justo antes del descanso.

De resultas, el Covirán firmó su peor anotación de la temporada (68 puntos), inferior a los 70 que encestó en Málaga hace dos jornadas y a los 76 que le había endosado al Real Madrid en su, hasta la fecha, más pobre guarismo ofensivo del curso como local. Una muestra más de lo incómodos que estuvieron los rojinegros durante casi los cuarenta minutos, pues solo los buenos minutos de Jonathan Rousselle a la vuelta del descanso permitieron al Covirán subir algo las revoluciones del duelo y pensar de verdad en poder meterle el miedo en el cuerpo a un rival que, esta vez, sí supo solventar sus dudas en la fase crucial, merced a la descollante actuación del brasileño Marcelinho Huertas.

El Covirán tenía el jueves la opción de meter una presión máxima al Breogán antes de visitarle en Lugo el 7 de enero. Sin embargo, había un rival de enjundia y necesitado enfrente que planteó un partido perfecto. Y tocó cruz.