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La primera vez que Joe Thomasson jugó en la que hoy es su casa, el Palacio de los Deportes de Granada, fue con motivo de la Copa del Rey de 2021, en la que el entonces integrante del eléctrico Baxi Manresa de Pedro Martínez cayó a la primera de cambio ante el futuro campeón, el Barça. Pero para poder dar el gran salto de su carrera, y llegar a firmar por un equipo de la Liga Endesa, el escolta de Dayton tuvo que picar mucha piedra antes:un curso en Rumanía y tres más en Polonia –más unos meses en la NBAG League– formaban su currículo profesional cuando el Hapoel Gilboa Galil echó las redes sobre él.
Fue en Israel donde el reivindicativo exterior de Ohio se topó por primera vez con quien esta temporada será su 'partenaire' en el perímetro del Covirán:Yivtach Ziv. Era el final de aquella 2019-20 un momento complejo, volviendo a la normalidad tras la pandemia que paralizó el mundo. Canchas vacías, distancias y todo tipo de prevenciones que llevaban a recelar de cualquiera, hasta de los compañeros de equipo. «¿Pero de qué va este tío?», pensó inicialmente Thomasson sobre un Ziv con la misma hambre por ser protagonista que él, según admite hoy a IDEAL. «Nos costó un poco adaptarnos, pero una vez que encajamos… encontramos el amor entre los dos», aclara rápidamente. Tanto, que ambos renovaron por un curso más, tras la tardía llegada de Thomasson para la resolución del curso previo.
Así que nadie mejor que su antiguo compañero para presentar al base hebreo a la afición rojinegra. Thomasson le define como «uno de los jugadores más humildes, currantes y dedicados al trabajo con los que nunca he compartido equipo». Lo cierto es que aquel Hapoel Gilboa –heredero del histórico Galil Elyon– sorprendió a propios y extraños alcanzando el subcampeonato liguero en 2021, cediendo tan solo ante el todopoderoso Maccabi de Tel Aviv, obligado eso sí a llegar al tercer y definitivo partido de la final. «Nos conocimos en una situación en Israel parecida a la de Granada:en un equipo más perdedor que ganador, y además con el lío del covid, pero conseguimos llegar a la final», recuerda con cariño el de Ohio.
La química entre los dos rojinegros se hizo cada vez más intensa, alcanzando incluso el espectro familiar. «Fue una de las personas que me ayudó a organizar la fiesta en la que le pedí a mi mujer que se casara conmigo. Y cuando mi hija cumplió seis años, le trajo una tarta enorme», señala Thomasson con cariño, antes de deshacerse en elogios sobre lo que Ziv supone en la cancha. «Es una bestia», arranca. «Su jugador favorito es Russell Westbrook y. como él, es muy rápido, corre la cancha de un lado a otro sin parar, y es de los que mejora a sus compañeros», apunta.
Asistencias
De ahí que las expectativas del estadounidense sobre su excompañero sean altas. «Creo sinceramente que puede ser importante en la ACB, es un tío que puede dar 10 asistencias por partido si quiere, porque tiene capacidad para eso. Es zurdo y fuerte, y no tiene miedo», asegura.
De ese modo, es lógico entender que marcar el teléfono del escolta fue una de las primeras llamadas que realizó el base cuando supo del interés del Covirán. Y el estadounidense, siempre ambicioso, no pudo ser más rotundo en su consejo. «Me contó el interés del equipo, pero también me expuso que él quería jugar doble competición, estar en Europa. Y yo le dije, explicándole cómo va el baloncesto en España: 'escucha, ven a la ACB y metámonos en la Copa del Rey o en el 'play off', clasifiquemos a Granada para una competición europea y entonces, tendrás a cualquier equipo casi del mundo interesándose por ti. Tienes un pasaporte europeo, no ocupas plaza de extranjero, así que ven, haz tu trabajo, demuestra que puedes jugar en esta liga, la mejor competición nacional del mundo fuera de la NBA, y te garantizo que el Maccabi volverá a intentar ficharte'», recuerda.
Joe Thomasson está más que convencido de las posibilidades de Yivtach Ziv en su nueva experiencia juntos. Eso sí, sabe que su colega tiene que dar un paso al frente, pues los rigores tácticos de la Liga Endesa le van a poner a prueba seguro. «Va a ser su primera vez fuera de Israel, y por eso tendremos que ayudarle a sentirse cómodo, pero tiene que entender que debe llevar su juego a un nivel superior porque en esta liga le van a pasar cosas que no ha experimentado nunca antes», reclama.
La exitosa pareja que hizo historia en Israel junto a un ritmo frenético se reúne de nuevo en España buscando un resultado similar al de su estreno. Obviamente, en la mente no puede estar repetir presencia en la final, pero sí darle un salto de calidad a un Covirán cuyo objetivo es, cuanto menos, sufrir algo menos en la inminente campaña.
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