Granada
Martes, 1 de octubre 2024, 00:24
No afrontaba el Covirán Granada el mejor escenario posible para la puesta de largo de un equipo prácticamente nuevo, en el que apenas Pere Tomàs se mantiene del que comenzara el curso previo. Visitar a un Barça necesitado de demostrar seguridad tras la mala pasada ... campaña y la derrota ante el Real Madrid en la Supercopa vaticinaba un inicio de máxima complejidad, como efectivamente fue para un equipo que apenas compitió en los cinco primeros minutos –con mucho demérito rival– y en un tercer cuarto en el que los de Pablo Pin sí pudieron reconocerse como el equipo que quieren ser.
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Pese a la evidente y esperada superioridad de un rival en el que nombres como Joel Parra o el gigante francés Youssoufa Fall salieron como titulares y buscaron reivindicar su puesto en el plantel culé tras quedar sin minutos frente al Real Madrid, el equipo granadino tiene mucho que mirar hacia su interior a la hora de analizar el partido celebrado en el Palau Blaugrana.
En lo numérico, hay principalmente dos datos con los que es imposible competirle a todo un Barça y muy difícil hacerlo ante cualquier rival de la máxima competición española. Y es que el Covirán, en su paso por la Ciudad Condal, firmó 21 pérdidas de balón –7 ya en un primer cuarto terrible en ese aspecto– y además, apenas fue capaz de lanzar tiros libres en el tercer cuarto. Lo hizo de forma inmaculada (8/8) y ese es un aspecto a reseñar, pero no viajar hasta la línea del 4'60 ni una sola vez en el primer, segundo y cuarto periodos es un dato que subraya algunas de las carencias de un equipo que estuvo muy lejos de ser competitivo ante el Barça. No por casualidad, cuando más lo pareció fue en el tercer parcial, en el que los de Pablo Pin firmaron un meritorio parcial de 18-26, llegando incluso a bordear la decena de puntos de desventaja tras el doloroso 43-21 con el que se marcharon al descanso.
Profundizando más en la hoja estadística del Covirán, no luce tampoco el porcentaje de acierto exterior (9/31 para un 29%) que, con todo, era aún más sangrante tras los primeros veinte minutos: 3/18, un triste 16'6%. El equipo granadino, consciente de su patente inferioridad de tamaño, planteó un partido de alto ritmo en el que abundaron las posesiones cortas, con tiros rápidos principalmente por parte de Bamforth y Clavell. Pero no resultó, con el puertorriqueño especialmente desacertado y precipitado en su retorno a la Liga Endesa. De resultas, los pocos espacios en la zona azulgrana se hicieron aún menores, dado el desatino exterior desde el perímetro. Solo, de nuevo, en el tercer periodo, el Covirán encontró el acierto –4/7 triples–, con el resultado ya señalado. Este Covirán de escaso tamaño necesita más puntería exterior y más fe de la mostrada en su debut.
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Pese a comenzar como colista la tercera experiencia en la Liga Endesa, al Covirán no le toca de momento rasgarse las vestiduras. Pero sí que tendrá que aprender de lo vivido en el Palau Blaugrana antes de recibir el domingo al que, libra por libra, puede ser el equipo del momento: el Unicaja Málaga, campeón de la Copa Intercontinental y la Supercopa Endesa, dentro de este vertiginoso inicio de calendario que le ha tocado a los rojinegros.
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