Wiley cierra el aro granadino ante el Leyma Coruña. José Miguel Baldomero
Análisis

Las virtudes defensivas sacan al Covirán del apuro

Liga Endesa ·

El equipo granadino abandona el descenso gracias a su ardor atrás y pese a las bajas de Sergi García y Pere Tomàs por lesión

Miércoles, 20 de noviembre 2024, 21:01

El Covirán Granada realizó un ejercicio espléndido de sacrificio en la última jornada. Su garra y esmero defensivo se convirtió en el principal aval de la nueva plantilla de Pablo Pin, para ganarse así un voto de confianza por parte de la afición. La formación nazarí abandonó el último lugar de la Liga Endesa, eliminó la etiqueta tan dañina de colista, para superar al Leyma Coruña, obtener el segundo triunfo y la primera victoria en el Palacio de los Deportes de la temporada, y sobrepasar en la clasificación tanto a los herculinos como al Breogán y Girona.

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La paliza que endosó precisamente al conjunto que preside Marc Gasol, con 30 puntos de diferencia, le permite dejar por detrás a esos tres adversarios directos en la lucha por la permanencia, un 'average' que tanto general como particular suele ser decisivo cuando la igualdad es extrema, como puede ser en la competición española, donde el Monbus Obradoiro perdió la categoría por una simple canasta en la campaña anterior.

El secreto de que el Covirán haya podido reaccionar pese a las limitaciones técnicas y el amplio margen de mejora que posee está en su implicación. El esfuerzo y la garra son las principales armas del nuevo grupo que moldea Pablo Pin, donde jugadores veteranos como Jonathan Rousselle, Jacob Wiley o Scott Bamforth, dieron un gran paso adelante en el último compromiso, el más importante hasta la fecha, ante el Leyma Coruña.

Y es que el Covirán no ha fallado en los duelos con valor doble, como Básquet Girona y Coruña, mientras que se le achaca su mal partido frente al Surne Bilbao en casa, donde pudo jugar mejor y tener opciones de sumar en su casillero.

Taylor, frenado

El progreso y salto al frente contra la también experta plantilla –pese a ser novata en la máxima categoría– de Diego Epifanio se produjo en la pista trasera.

El Covirán supo sujetar a los mejores hombres del rival gallego. Así, Brandon Taylor, su principal generador, apenas se comportó en sus números habituales, aportó dirección y asistencias a sus compañeros pero acabó muy por debajo de lo normal en anotación, con fallos en los tiros provocados por la pegajosa presencia de los nazaríes, donde Elias Valtonen fue clave para aprovechar su mayor estatura en los últimos minutos y frenarle de cara al aro.

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También Philip Scrubb pasó prácticamente desapercibido por la gran labor de contención del Covirán, con cambios defensivos y ajustes en diversas fases del encuentro. Scrubb contabilizó 24 puntos en la victoria del Leyma Coruña sobre el cuadro de Pin durante el amistoso del verano, cuando se midieron con motivo de la primera edición del Trofeo Diputación, disputado en el pabellón de la Ciudad Deportiva de la institución provincial que dispone en Armilla.

Esta vez Scrubb se quedó casi en blanco (2 puntos) y, además, ni tocó el aro con su lanzamiento de triple del último segundo, que de haber tenido éxito, hubiera significado la prórroga, con 80-77 en el marcador.

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Posesión definitiva

La última acción defensiva del Covirán explica la implicación de todo el grupo local para atar al contrario. Restaron once segundos y Taylor subió la bola como era la costumbre. Pin colocó a Valtonen sobre el base americano para impedir su lanzamiento y el finés lo evitó, por lo que el americano penetró por la zona en busca del aro.

En los otros emparejamientos, Bamforth se situó con Scrubb, Clavell tapó a Barrueta mientras que los pívots Noua y Wiley se hicieron cargo de Thompkins y Lima. Todos evitaron que les llegara el balón al perímetro tras cerrar la línea de pase. La primera idea es que el bloqueo de Tompkins haga llegar el balón a Barrueta, pero Clavell y Noua lo evitan y cambian su marca. Cuando Taylor alcanzó el poste bajo se topó con Wiley, que salió a la ayuda de Valtonen. Entonces al estadounidense no le quedó más remedio que enviar el balón a la esquina a Scrubb. Por fortuna, no pudo ver a Thompkins, que se quedó solo, porque Clavell se acercó al centro, en el momento que Scott Bamforth cubrió a la perfección a Scrubb, con los brazos en alto y sin hacerle falta, para dificultar un lanzamiento que ni tocó el aro.

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Muy bien tanto Valtonen, que ya puso con anterioridad un gran tapón a Barrueta, una auténtica pesadilla con seis triples y cuatro de ellos de cinco intentos en la primera parte (6/9 final), como Bamforth, que ejecutó la defensa de forma ideal y el mismo había pedido, sin falta, a sus compañeros en el tiempo muerto agotado por Pablo Pin, justo antes de la última posesión del Leyma.

Una defensa sobresaliente y que no fue de matrícula de honor por el despiste de Clavell, que dejó solo a Thompkins. El entrenador del Covirán prescindió de Jonathan Rousselle, quizá pensando en su cansancio, aunque el francés recuperó un balón clave en los últimos instantes, y de Agustín Ubal, por preferir la mayor intensidad y experiencia del boricua Gian Clavell.

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La cuestión es que hasta Diego Epifanio reconoció que el Covirán sacó de sus casillas a sus jugadores con esa defensa tan agresiva, y eso que la formación granadina no pudo disponer del mejor recuperador de balones de la Liga Endesa como es el base Sergi García, ni del capitán Pere Tomàs, ambos con molestias físicas, cuando se trata de otro virtuoso a la hora de minimizar la creatividad del contrario.

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