España se gusta en Los Cármenes

Se presentaba una velada plácida para España, de reiteración en busca de la goleada ante la débil Chipre. Solo fue cuestión de tiempo porque el dominio resultó abrumador. Fue una noche solo de fútbol, de fiesta en la grada, algo que se agradece tras tantos acontecimientos desagradables desde la celebración del gran éxito que supuso el Mundial del combinado femenino, con un motrileño, Luis Rubiales, como protagonista de un bochorno planetario.

De la Fuente afiló sus costados con Yamal y Nico Williams y los dejó volar. Para asegurar, todo, piernas fuertes detrás, con un centro del campo muy físico, agigantados Rodri y Merino, menudo pero impetuoso Gavi, con el gorro de rugby calado para proteger su maltrecha oreja. Tenía malos recuerdos de este estadio el sevillano porque en la última visita del Barça, en la anterior etapa del Granada, fue expulsado. Se desquitó abriendo la lata con un gol astuto, llegando a la carrera para remachar un centro de Nico Williams, apurando la línea de fondo tras un envío musical de Gayá desde el fondo.

Con la ventaja, todo fue coser y cantar para España, con la grada disfrutona al son de Manolo el del bombo. Yamal, con maneras del mejor Neymar, pero en zurdo, flotaba por el ataque e intentaba lo enrevesado, artístico, taurino. Chipre seguía sin inquietar y la Roja asaeteaba con centros y pases interiores. Mall sacó una mano excelente en una contra de Nico, tras una filtración plástica de Yamal, y al final la segunda diana llegó por pura insistencia. Centró Nico, del Athletic, y cabeceó Merino, de la Real, alianza vasca sobre el tapete.

Los olés surgían naturales a cada quiebro de Yamal, atrevido como en el patio del colegio. Perseguía la proeza desde cualquier posición. Estrelló un tiro en el poste que embocó Morata, pero una vez más el del Atlético estaba en fuera de juego. Se ofuscó y De la Fuente lo sacrificó al descanso. También a Nico, pero por lesión.

En la segunda mitad, salieron Yeremy Pino y Joselu, relevos naturales, para calcar la fórmula. Yamal seguía con su punto de desinhibición, pero la energía se le fue consumiendo y el seleccionador le sacó del ruedo en busca de una ovación que quedó algo solapada por estar muy cerca del banquillo, pero que Los Cármenes aun así le brindó y él agradeció.

Otro nervio de La Masia, Balde, puso su motor a disposición por la izquierda, con su compañero Ferran Torres más adelantado por la diestra. Un potencial ofensivo extra, aunque el tercer gol lo cocinaron dos madridistas y a la vez cuñados. Carvajal mandó la pelota al área con vehemencia y Joselu cabeceó implacable.

Las goteras en Chipre ya eran recalos que enmohecían su defensa, aunque Tzionis casi marca ante Unai Simón, al que le resultó sencillo parar su tiro al centro pese a estar muy próximo. Nada perturbaba a los españoles y hasta Ferran Torres celebró una consecución. Los Cármenes ya era un balneario que empapaba de gloria. Álex Baena salió a participar y, sin comerlo ni beberlo, colocó el quinto para éxtasis colectivo.

Todo salió a pedir de boca y solo la lesión de Nico dejó algún poso negativo. El marcador alcanzó cotas tenísticas con el 'set' firmado por Ferran Torres. Chipre se desmoronaba y España no quería aflojar, envuelta en su halo de superioridad, queriendo dar espectáculo al respetable. Los asistentes se lo pasaron de cine, con olas que iban y venían, muchos cánticos y sobre todo diversión. Falta hacía que las polémicas quedaran al margen y volviera el deporte al primer término.

No llegó un séptimo porque Chipre sacó fuerzas de flaqueza para acorazarse y porque España ya quiso rizar el rizo. Fue una exhibición de poderío para que la Selección se acerque a Escocia en el grupo de clasificación y para que se confirme que el aire de Granada es grato para la Roja.

Yamal no olvidará una cita que le colocó en el escaparate. Tampoco Baena, con su primer tanto como internacional absoluto. Merino, Joselu, Ferran... Solo Morata se quedó sin saborear el caramelo. Los demás, como Raphael, disfrutaron de una 'gran noche', la canción con la que el estadio despidió a sus internacionales.