![Fútbol | La primera frustración de la Selección en Granada](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202103/25/media/cortadas/futbol-seleccion-morata-pepemarin-k0vD-U130949303893iMG-1248x770@Ideal.jpg)
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Todo fue descafeinado en el partido de la selección española en Granada. Lo que en condiciones normales hubiese sido una fiesta del fútbol, un acontecimiento, terminó con un partido plomizo en Los Cármenes sin algarabía alguna y que terminó en tablas con un limitadísimo ... combinado griego. El equipo nacional lo había ganado todo en sus siete visitas anteriores, frente a Macedonia, República Checa, Bulgaria, Chipre en dos ocasiones y México –primer precedente en 1978–, siempre al calor de su público granadino. Los Cármenes no fue lo mismo en soledad y perdió su estela, roto el idilio con un encuentro pírrico.
Nada habría sido igual de no haber una pandemia, y de hecho, si no fuese por esta razón la Selección nunca habría jugado en Los Cármenes, ya que sus partidos exigen de un tiempo a esta parte una capacidad mínima para 50.000 espectadores en los estadios. El ambiente enrarecido por la situación sanitaria se unió de alguna forma con el desencanto que la Selección viene aquejando desde hace años, sin terminar de encontrar la fórmula que traduzca el indiscutible talento individual de sus futbolistas en un equipo de garantías. Apenas unos niños se acercaron al recibimiento en el estadio del Zaidín vestidos con su camiseta. El resto, sobre todo en su aterrizaje en la ciudad el miércoles, lucieron las indumentarias de otros conjuntos, de los grandes al Betis y el propio Granada, que al fin arraiga en su tierra.
Los Cármenes lució tuneado para la ocasión, con estampado federativo en sus gradas y hasta en los vestuarios, pero gélido. El equipo de Luis Enrique salió a calentar bajo el 'Bienvenidos' de Miguel Ríos que espolea a los de Diego Martínez, pero ni por esas. El motrileño Luis Rubiales no se lo quiso perder. El presidente de la Federación ocupó un lugar de honor en el palco de autoridades yfue agasajado por el Granada, obsequiado con una camiseta oficial del equipo en la Europa League con su nombre y el dorsal '17' que lució como futbolista y con un balón conmemorativo que el club ofrece a sus rivales a modo de réplica de aquel que se usaba en los años 30.
Ejerció de embajadora rojiblanca la consejera Patricia Rodríguez, aunque también estuvieron en el palco el director general Antonio Fernández Monterrubio y Pepe Macanás, junto a otros miembros del cuerpo técnico del primer equipo como el 'Pescao' Fernández, preparador de porteros, o Paco Morales, delegado del filial. En el ámbito de la política no faltó el alcalde Luis Salvador, que llevó personalmente las negociaciones para la celebración del partido, acompañado por distintos representantes de la Junta de Andalucía aunque no por Javier Imbroda, consejero de Deporte.
La Selección inició con un tropiezo su camino hacia Catar, donde se celebrará el próximo Mundial en invierno de 2022 todavía no se sabe ni cómo ni por qué. Lo que pareció que sería un paseo militar para los de Luis Enrique terminó chafado. No hubo Toma de Granada el 2 de enero y tampoco el 25 de marzo con la visita de la Selección. Por momentos pareció un entrenamiento en espacio reducido en el que 'la Roja', que vistió de blanco para estrenar su nueva segunda equipación, se empecinaba en mantener la posesión de balón sin hallar una sola fisura en su rival, cargado de disciplina como si lo liderase el príncipe Héctor de Troya, herederos de los campeones de Europa en 2004. Impenetrables todo el partido, un solo envío de Koke les sorprendió para el gol de Morata.
Pareció que la segunda parte sería coser y cantar y de hecho Luis Enrique sentó al descanso a Sergio Ramos, que sigue coleccionando internacionalidades aunque sea con minutitos y ya suma 179, a cinco del récord del egipcio Ahmed Hassan. Sin embargo, un imprudente despeje de Iñigo Martínez concedió una oportunidad para las tablas a una Grecia que ni con el resultado en contra pensó en estirarse, parapetada tras dos líneas de cinco durante el monólogo español.
No le salió nada a Ferran Torres y Luis Enrique entregó su suerte al descaro de dos debutantes, Pedri y Bryan. La Selección hizo todo lo que la teoría dicta para resolver un partido tan cerrado, abrir el campo, pero no encontró nada en el área. El portero Vlachodimos apenas se ensució los guantes. Un síntoma de su falta de recursos fue que su ultimísimo plan para el partido fue 'balones a Bryan', que arrancaba la moto y embestía como si siguiese en Segunda B, frenado en ocasiones casi que por pudor de tanto intentarlo. Tampoco bastó.
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