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Jóvenes entusiastas de la Selección Española, en el acceso a su hotel de concentración en Monachil. Alfredo Aguilar
Entusiasmo juvenil por 'la Roja': «Nos gustan todos»
La Selección, en Granada

Entusiasmo juvenil por 'la Roja': «Nos gustan todos»

Una decena de adolescentes espera al combinado nacional absoluto en su hotel, y ni que pasase de largo hacia el interior les defrauda: «Fue chulo ver el autobús al menos»

Lunes, 11 de septiembre 2023, 16:49

Una decena de adolescentes esperaron a la Selección Española a las puertas de su hotel de concentración, el Granada Palace de Monachil, donde descansará para el partido contra Chipre de este martes en Los Cármenes (20.45 horas). Aunque la expectación generada por la dimisión de Rubiales hizo que se apelotonasen más periodistas incluso, las primeras en llegar al punto de guardia fueron Paula y Laura, admiradoras de Morata y Gavi, respectivamente. No las defraudó ni el hecho de que el combinado nacional pasase de largo hacia el interior del complejo, al contrario que en el aeropuerto, donde los futbolistas sí se pararon para fotografiarse y firmar autógrafos: «Fue chulo ver el autobús al menos».

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Hasta su llegada, pasadas las dos de la tarde, los más inquietos bromeaban con otros vehículos de línea e incluso tractores. «No creo que venga en el 181 Pedro Rocha», comentó un profesional de los medios de comunicación por el presidente en funciones, que a diferencia del viaje a Georgia días atrás no integró la expedición en esta ocasión. «Ahí viene Mbappé…», soltó un chiquillo en otra ocasión. Paula y Laura, cada vez más nerviosas, preparaban sus pancartas. «Morata tiene una forma de jugar muy especial, que ilusiona a la gente», sostuvo Paula. «A mí me gustan todos, porque cada uno tiene sus cosas, pero Gavi me gusta muchísimo», aportó Laura, procedente de Córdoba para pasar unos días en casa de su amiga pese a que este lunes debía comenzar su etapa universitaria. «Conseguimos entradas para el partido y tenemos muchas ganas de que llegue ya», se congratularon, culés ambas.

También derrochaban entusiasmo Ariadna, Martina y María del Rosario, menores de edad las tres, cuyas madres tuvieron que pisarle a fondo a sus coches para subir hasta Monachil tras haberse ido a primera hora al hotel Abades Nevada Palace del Zaidín. «Creíamos que se quedarían ahí, como la última vez», rieron. Ariadna esperaba a Gavi; Martina, a Balde; y María del Rosario, a todos o a cualquiera, según se mirase. «Morata, Gavi, Nico Williams…», enumeró. «Con quien sea nos conformamos, porque todas apoyamos a la Selección y con hacernos una foto con alguno… tan contentas», señalaron.

Llegada del autobús de la Selección a su hotel. Alfredo Aguilar

«Fue una pena que no parasen, porque teníamos muchas ganas, pero lo seguiremos intentando también mañana», avisó Martina, de Santa Fe, aún «temblando» de la emoción tras no haber podido dormir la noche anterior. Sí quedaron algo más decepcionadas sus madres, aunque Toñi mantenía el ánimo: «Deberían haberse parado aunque fuese un poquito, pero bueno, qué le vamos a hacer… los futbolistas son así de importantes». Solo María del Rosario irá al partido, «en primera fila», mientras que a Ariadna y Martina se les hizo tarde y tendrán que conformarse con ir a la 'fan zone' instalada en el Paseo del Salón y participar en los sorteos, en los que aún se rifan algunas entradas e incluso una oportunidad para conocer a los futbolistas.

Aún permanecieron un buen rato más en un acceso trasero al hotel, al que dan las ventanas de las habitaciones, cantando para llamar la atención de los jugadores. «¡Bajad a saludar aunque sea!», rogaban, animándose incluso a cantar el himno oficial 'La Roja baila' que en 2016 unió a Sergio Ramos y Niña Pastori antes de la Eurocopa de Francia. «Lo hemos cantado entero y ni aun así...», lamentaban, mientras veían desfilar a algunos de sus ídolos por los pasillos del edificio. «¡Luis, diles que salgan!», pidió alguna al seleccionador nacional, De la Fuente, con la familiaridad de quien le habla a su vecino.

Tanto Ariadna, Martina y María del Rosario como Álvaro y Juanfran, dos vecinos de Monachil que bajaron hasta el hotel andando desde sus casas, nacieron en torno al año 2010 en el que España conquistó su primer Mundial de fútbol. «Trajimos una libreta, pero al final para nada. No podremos ir al partido, pero lo veremos por la tele igual», se resignaron, hinchas del Real Madrid que querían conocer a Joselu y a Unai Simón. Peor se lo tomaron José y Francisco, dos trabajadores de una compañía de ferralla que se acercaron a curiosear «de paso». «Y al final, pa' qué… para irritarte encima de todo. Es una desilusión. Encima de que no valen…», se quejaban antes de marcharse a comer para retomar la faena luego. Preguntados por Rubiales, tampoco quisieron mojarse demasiado: «Es mejor dejarlo ahí… hay una liada… pero que hay cosas más importantes, y otros no dimiten».

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