CÉSAR GUISADO
Miércoles, 9 de enero 2019, 00:16
Javi tiene 28 años, es de Huétor Tájar y, como muchos chicos de su edad, está buscando trabajo. De informático. Es deportista y su gran pasión se desarrolla con 32 trebejos sobre un tablero de casillas blancas y negras. Es un tipo inquieto y aunque ... pueda sorprender, tremendamente comunicativo. Y cabe subrayar esta capacidad en una persona, en un deportista, sordo ciego. Es un habitual de los grandes campeonatos de España de ajedrez y ya piensa en cómo participar en el próximo Open de Benidorm. Sus vitrinas acumulan más de una veintena de trofeos que, como bien dice, «no son fáciles de conseguir».
Publicidad
Se preocupa por su entorno, que explica que «ha sufrido mucho», dejando entrever su gran corazón para con quienes lo quieren. Y se preocupa tanto por los que tiene cerca como por quienes sabe pueden ayudarle a seguir conquistando metas. «Veo que la Ley de la Dependencia necesita una reforma para respetar los derechos de nuestra discapacidad», asevera, descubriéndose como un luchador incansable.
Javi Gámiz, granadino, informático, deportista y sordo ciego, tiene un mensaje importante que lanzar: sin empatía, sin ayuda, el mundo deja de girar para personas con su misma discapacidad. «Quienes están alrededor de mí han sufrido mucho. Siempre se preocupan por mi situación, porque saben que necesito un tipo específico de asistente para poder acudir a un evento deportivo y quienes organizan estas competiciones, no reconocen esta necesidad de las personas sordo ciegas», explica. El día de Javi, suele comenzar con una visita al gimnasio. «Tengo un auxiliar a domicilio que siempre me acompaña, pero su papel es el de un profesional más generalizado y no está preparado totalmente para guiar a una persona sordo ciega, concretamente. Por eso creo que la Ley de Dependencia necesita una reforma, para que se respeten los derechos de nuestra discapacidad y es algo para lo que FASOCIDE y ASOCIDE (las asociaciones de Andalucía y España de sordo ciegos) llevan luchando mucho tiempo. Por eso siempre insisto a Asuntos Sociales en la necesidad de tener un mediador para realizar mi deporte», explica.
Aquí cabe explicar que un intérprete para personas sordo ciegas debe estar altamente cualificado para transmitir a través del tacto con las manos, lo que el deportista en este caso, necesita saber para realizar su actividad y no puede percibir a través de la vista y del oído. Por eso «ahora suelo jugar al ajedrez con mis amigos en Huétor Tájar para pasármelo bien. Realmente no practico ya todos los días por esta situación, que acaba perjudicándome mucho en el alto rendimiento del ajedrez. Así que cuando puedo practico solo».
Con todo, no deja de fijarse metas. «Quiero ir al Campeonato del Mundo», dice con una sonrisa. «Es broma», añade, aún sabiendo que con la ayuda necesaria no sería un imposible. «Mi próximo torneo será el Open de la Federación Española de Deportes para Ciegos, en Benidorm este año, eso sí, si consigo tener un acompañante que me ayude», advierte. Porque, «con un intérprete podría hacer mi deporte y las actividades de ocio que quisiera, como todo el mundo, sin ningún tipo de problema».
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.