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Jueves, 22 de marzo 2018, 14:01
Mañana es el día de demostrar que los amantes del balonmano almeriense desean volver a tener un equipo en la categoría de bronce, siendo necesario superar las semifinales de la segunda fase en la Segunda División Nacional. Los dos combinados finalistas, además de luchar por título de campeón, accederán al posterior sector de ascenso en busca de una de las plazas para la Primera División Estatal.
Un complicado camino en cuyo primer paso, el CBM Bahía de Almería disputó un igualado encuentro frente a BM Pozoblanco, el cual venció 23-19 y se coloca con cierta ventaja en la eliminatoria. Por ese motivo, la afición debe ser el jugador ‘número ocho’ respaldando desde la grada a los pupilos de Juan Carlos Requena, quienes darán todo el balonmano que fluye por sus venas sobre la pista tratando de remontar.
Necesita un triunfo con al menos cinco goles de diferencia, aunque teniendo en cuenta que si fuesen cuatro, el desempate se haría mirando qué contendiente anota más en cancha ajena, algo que hace antojarse como escasos los 19 tantos visitantes en tierras cordobesas.
Será el desarrollo del juego lo que saque de dudas a partir de las 20 horas en un Pabellón Antonio Rivera que volverá estar colmado de espectadores, del mismo modo que sucedió en otros importantes momentos durante la liga regular. En ella, aunque realmente carecen de validez efectiva, los números en casa y a domicilio podrían ser orientativos.
El Bahía ganó todo como local, de forma ajustada ante el segundo y el tercer clasificado, batiendo holgadamente al cuarto que tiene un balance similar al BM Pozoblanco, que en sus salidas firmó cinco victorias, un empate y tres pérdidas, la más reciente hace cuatro meses, aunque cayó ampliamente contra el líder y el tercero, igualando ante el cuarto.
Conscientes en la disciplina almeriense de la relevancia del compromiso, el técnico Juan Carlos Requena no duda en asegurar que «el partido para nosotros es una final» y de hecho, añade «que de no pasar, los siete meses de temporada se acaban», pero también señala que «el equipo está mentalizado y deseando que llegue el sábado».
Sin embargo, los nervios dentro y fuera de la cancha deben estar bien templados, explicando el técnico que «no tenemos que tener ansiedad y pensar en cada jugada, sin hacerlo en el resultado de la eliminatoria», confesando que «las ganas de la plantilla son enormes», incluyendo «mucha impotencia del partido de ida por muchos factores».
Requena comenta que «el equipo necesita canalizar toda esa energía para la final» y sobre todo “necesitamos a la afición. Necesitamos llenar nuestro fortín del Antonio Rivera, que nos lleven en volandas a conseguir nuestro objetivo».
Por este motivo, el técnico del CBM Bahía de Almería hace un último llamamiento deseando «que todo aficionado al balonmano en Almería se acerque a las 20 horas el sábado para dar su aliento por el equipo». Toda la temporada está en juego y el equipo ha trabajado muy duro para no fallar ante esta oportunidad.
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