Paz espiritual para descender 125 metros en el mar de la Costa Tropical
Apnea ·
Davide Carrera, italiano que entrena en Marina del Este, es subcampeón mundial de descenso y encuentra en el agua su realización personalApnea ·
Davide Carrera, italiano que entrena en Marina del Este, es subcampeón mundial de descenso y encuentra en el agua su realización personalDavide Carrera hace deporte para sentir paz espiritual. El reciente subcampeón mundial de apnea en la categoría de descenso con monoaleta es italiano, pero reside en Nerja (Málaga) y entrena en la Costa Tropical de Granada. Se trasladó a España hace años y aquí ha ... encontrado el equilibrio que necesita para el «camino de búsqueda de libertad» que realiza cada día a través del ejercicio. Ese sendero que recorre le ha permitido descender hasta 125 metros de profundidad, unos 25 pisos de altura, y aguantar siete minutos debajo del agua sin necesidad de respirar. Un logro mayúsculo al que le quita importancia y que ha renovado recientemente como ganador de la Vertical Blue, el Wimbledon de la apnea, y también como subcampeón del mundo en Turquía. «Es como cualquier deporte», asegura.
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La relación de este buceador con el agua ha sido continua desde que era un niño y veraneaba con sus abuelos en la región italiana de Liguria. Luego pasó a residir en Cerdeña y el trabajo de la madre de su hijo le llevó a trasladarse a Andalucía. Ahora, con 46 años, dedica gran parte de su día a encontrar la tranquilidad mental y espiritual con la que luego consigue ser un gran atleta bajo los mares. Comienza las jornadas con una sesión de yoga, que él entiende como un «'rezo-movimiento' para el bienestar». Luego lleva a clase a su pequeño y aprovecha la mañana para entrenar. En temporada baja de competición, el final del otoño y el invierno, se dedica más a la preparación física. Cuando se acerca la competición acumula menos horas de entrenamiento, pero más específico a lo que se va a encontrar dentro del agua. Independientemente de ello, le gusta ir al mar de forma regular, por lo que procura una visita diaria a la playa e incluso se sumerge en el agua en invierno con un traje de neopreno más grueso. Además, trabaja en su huerta privada y durante la tarde acompaña a su hijo a hacer deporte con el fin de «compartir momentos» con él.
Practica apnea desde los veinte años. Era ayudante de Umberto Pelizzari, un referente en el submarinismo que ha establecido varios récords del mundo en este deporte, y en 1996, cuando se organizó la primera competición a nivel mundial, comenzó a desarrollarse a nivel profesional. De hecho, se proclamó campeón con el equipo italiano en la disciplina de monoaleta, en la que sigue trabajando, y estableció más plusmarcas en años posteriores. Luego se retiró de la competición, pero más tarde entendió que debía regresar. «A través de un sueño en un momento de mi vida en el que estuve buscando respuestas de lo que tenía que hacer entendí mi misión en la vida y que mediante los logros deportivos podía compartir los mensajes que me llegan de esa práctica de meditación y de contacto con la naturaleza», desarrolla Davide Carrera.
Él está cómodo con el entorno en el que se desempeña como deportista. El agua, cuenta, «cambia de un lugar a otro» por la temporada, las corrientes o el fondo marino, pero la Costa Tropical tiene la particularidad de poder entrenar profundo sin necesidad de alejarse demasiado de la orilla. «Hay temporadas diferentes, en el invierno el agua está más fría, pero me gusta porque nunca te aburres y sirve para cargarse de energía de cara al verano», narra.
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David Carrera defiende la seguridad de este deporte y su combinación con el miedo que puede suponer estar sin aire a más de cien metros de profundidad. «La dificultad para bajar reside en la presión, en saber compensar la fuerza que esta ejerce sobre los oídos y en gestionar el oxígeno, que se encuentra muy comprimido en los pulmones. Es entendible que a la gente le dé miedo lo que pueda ocurrir en la profundidad, pero cuando subes a una montaña no piensas en escalar el Everest el primer día. Uno empieza paso a paso, se entrena y el cuerpo se adapta a esa condición. Con el buceo ocurre lo mismo», desarrolla.
Con su entrenamiento, Davide Carrera ha conseguido hasta el momento descender 125 metros de profundidad. Añade, además, que en condiciones de mar no ideales, como por ejemplo en invierno o en movimiento, puede lograr bajar hasta los 80 metros. En los dos últimos años ha realizado descensos de más de 120 metros y su aspiración a medio plazo es lograr el récord del mundo de la especialidad, situado en los 131 metros. Además, ha conseguido estar hasta siete minutos sin respirar bajo el agua en reposo y cerca de tres minutos y medio en movimiento.
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Para alcanzar todas estas cifras ha tenido que convivir con el miedo, un elemento que, asegura, siempre aparece cuando se está bajo el agua y que se gestiona «escuchándose». «El problema con él es que muchas veces una persona se paraliza enfrente del miedo y no hace nada. Y eso no está bien. Tampoco empujar y no 'mirar' al miedo como un kamikaze porque eso te lleva a hacerte daño y es peligroso. La clave es buscar un equilibrio entre no pararse ni arriesgarse como un loco», resume este deportista que está acostumbrado a sobreponerse a diario y disfruta con la inquietud de vivir sin aire.
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