Roberto Carballés reapareció con buen pie en el Masters 1000 de París y tras recuperarse de una gripe que le impidió disputar, a principio de semana, el ATP 500 de Basilea.
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El granadino tuvo un duro estreno frente al francés Alexander Muller, 68 del mundo por 55 de Carballés Baena, con la cuenta pendiente de la final de Marrakech de 2023, que ganó el jugador nazarí al galo. Carballés se impuso de nuevo, está vez por 6/4 y 7/5.
El jugador de la Real Sociedad de Tenis de Granada tuvo que enfrentarse, además de a la dureza de la pista central indoor de París Bercy, a un público ruidoso y entregado al jugador local como si fuera una eliminatoria de la Copa Davis, esa que merece pero a la que David Ferrer no lleva.
Lo que no condicionó al estable tenis de Rober en el primer set, con la incorporación del recurso de la dejada en mayor práctica, lo que le sirvió para hacer el break en el séptimo juego y cerrar la manga por 6/4.
El granadino inició el segundo set con una nueva rotura de servicio, gracias a su inspiración con la derecha cruzada, pero Muller recuperó pronto el break para equilibrar de nuevo el choque.
Empero, Carballés resistió incluso un set ball a favor del francés, con 4/5, se rehizo y logró la ventaja para rematar con un juego en blanco en el 7/5 definitivo.
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