Edición

Borrar

Un enamorado de la bicicleta al que le robaron la primera con dos años

David Valero | Bronce olímpico ·

La Sierra de Baza moldea un carácter sencillo y humilde que no cambian ni los seis títulos de campeón de España consecutivos que suma

Martes, 27 de julio 2021, 00:42

Al mejor deportista en la historia de Baza le robaron su primera bicicleta con solo dos años. Fue aquel regalo de su abuelo José el que prendió en David Valero el amor por el ciclismo que le llevó ayer a colgarse, treinta años después, una medalla de bronce olímpica en la montaña de Izu, en Tokio. El bastetano apenas pudo pedalear sobre aquella primera 'bici' unos pocos meses, los que tardaron en mangársela, pero ya no quiso bajarse nunca de una. Nadie apostaba por él entre los candidatos al podio en los Juegos, a la sombra de otras figuras como Van der Poel, Schurter, Pidcock o Koretzky, pero él siempre creyó. David Valero sabía que en una hora y media de carrera podía pasar cualquier cosa, y aunque no pudo empezar peor, tampoco era la primera vez que se veía obligado a remontar a todo el pelotón. Hacía mucho tiempo que él decidió apostarlo todo al ciclismo y la de Tokio era la gran oportunidad de su carrera.

En sus inicios, como no podía ser de otra forma, David Valero pedaleaba por diversión. Rodaba con amigos del barrio como Antonio, Rubén o Alberto y le encantaba perderse por la Sierra de Baza, donde se enamoró de la paz y la libertad de la bicicleta de montaña aunque también suele escaparse por allí a caminar. Entre veredas se encontraba consigo mismo un tipo tranquilo, sencillo y humilde a quien ni haberse proclamado seis veces consecutivas campeón de España ha cambiado el carácter. Un currante del ciclismo desde que con doce años ganó su primer título andaluz.

Hijo de Paco y Mari Carmen, David Valero procede de una familia de agricultores dedicada al olivar y a los invernaderos de pimientos y tomates. Era su madre quien lo llevaba a las competiciones hasta que, cumplida la mayoría de edad, pudo conducir su propio coche adaptado para llevar su 'burra'. No tardó mucho en llevarse su primer susto al desmayarse en un circuito por Granada del que tuvo que evacuarle un helicóptero. Sus padres fueron a buscarle junto a su novia Sandra, hoy la madre de su hijo Marco, con la intención de disuadirle de aquellas locuras. Fue en balde, porque él ya estaba convencido.

Cuando David Valero fue padre apenas pudo darle el biberón a su bebé una vez antes de volverse a una concentración en Sierra Nevada. Son sacrificios como ese, o el de haberse alejado de sus padres o su hermana Vanesa para prevenir un contagio que lo echase de la cita olímpica, los que le hicieron emocionarse al colgarse el bronce en la montaña Izu. Consiguió sacarse la espinita de sus primeros Juegos, los de Río en 2016, cuando fue noveno a un puesto del diploma. Porque David Valero nunca se rinde, siempre y cuando no le roben la bici.

David Valero posa sonriente junto a su madre Mari Carmen Serrano. UTRERA

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Un enamorado de la bicicleta al que le robaron la primera con dos años