![Así será el deportista granadino del futuro](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/03/12/chana-k1k-U190876621435XrD-1200x840@Ideal.jpg)
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Cuentan los expertos que el deporte ha experimentado durante los últimos veinte años una de sus mayores evoluciones. ¿Las causas? La profesionalización de los actores; tanto la del propio deportista que encauza su crecimiento basándose en el consejo de nutricionistas, psicólogos deportivos y avezados en ... la rama de la salud como fisioterapeutas o podólogos. Los entrenadores también se especializan mediante carreras específicas o titulaciones que les permiten abrir camino con nuevos estudios encaminados a sacar el máximo rendimiento de un atleta, mirando por su salud.
En teoría, el próximo Rafa Nadal será un jugador más completo porque desde una edad temprana un psicólogo deportivo trabajará con él para que no se reproduzcan los problemas de mentalidad de los que se ha quejado alguna vez el de Manacor. El próximo Pau Gasol no sufrirá durante el final de su etapa deportiva por problemas en el pie, porque un podólogo vigilará su higiene postural. Los súper deportistas de la élite mundial ofrecerán un rendimiento inimaginable hoy pero, ¿vamos todos por el mismo camino?
Evidentemente, no. Dicen los que más saben de salud y actividad física que en general el deportista en edad de formación ha mejorado, pero solo en algunos aspectos. En otros, suspenden y además con notas a pie de página bastante preocupantes. En los próximos años crecerá el número de deportistas de 15 años con el ligamento cruzado al nivel de un futbolista retirado, atletas con problemas de ansiedad y adultos con un nivel de frustración que puede desembocar en situaciones límite, como el suicidio.
Moisés Osuna (Sevilla, 1978) ha sido atleta paralímpico internacional y desde hace más de veinte años se dedica a la fisioterapia haciéndolo hoy en su propia clínica de la Bola de Oro. «Hace veinte años te llegaban jóvenes por hacer deporte mal, te pongo un ejemplo: si te gustaba la bici, te dabas una paliza de kilómetros sin una buena alimentación, sin dormir las horas que tienes que hacerlo y además sin un buen complemento para la espalda como puede ser la natación, antes nos decían una frase muy recurrente, 'es que es contrario a tu deporte'. Pero ahora llegan niños con dolencias por el sobreesfuerzo», explica.
Y esto es malo. Para el podólogo forense José Antonio Guarnido (Granada, 1977), este problema llega en muchas ocasiones porque «se somete a los niños a una sobresolicitación mecánica por encima de la madurez muscular que tienen. Entrenamos a los niños como si fuera atletas», explica. Guarnido detecta en consulta «lesiones en niños, propias de adultos». «Me encuentro patologías como lesiones de cruzado, meniscos muy deteriorados… ¡En niños de quince años!», dice. Y esto no es normal. «Si vas con tu hijo a un especialista y le diagnostican lesiones en sóleo, talalgias, fascitis, sobrecargas en zonas como el psoas… Piensa que para un adulto puede ser normal; para un niño es inadmisible», pondera. Guarnido es tajante: «nos están quemando a los niños, es una barbaridad».
«Los niños siempre quieren jugar, pero hay que regular su ritmo de entrenamientos. No podemos jugar la final de la Champions cada sábado en el polideportivo del barrio, esto es muy peligroso». Primero, «por el incentivo mental que desemboca en frustraciones y, ojo, llegar a situaciones irreversibles. Si se te hunden los sueños que tenías de niño, porque eran inasumibles y no tienes una buena red de seguridad, puedes llegar a una situación límite. Hemos tenido deportistas que han acabado en suicidio por estos motivos», subraya.
«Empiezan muy pronto a ir al gimnasio, a entrenar la musculación», añade Osuna, quien pone el acento en los «chavales con 15 años que hacen ya musculación y que con 17 me llegan cargados en la espalda o en las piernas porque hay cierta obsesión por la imagen y se abusa del entrenamiento de fuerza».
David Aguilar (Granada, 1973) es psicólogo y una de sus especialidades son los menores, a quienes atiende en su despacho de Camino de Ronda. «Aquí en Mentalis tratamos chicos y chicas con transtornos de aprendizaje, pero vemos relaciones con el deporte y con el aumento del interés por acudir a un gimnasio», advierte.
El psicólogo admite haberse visto sorprendido por «el cambio de las actividades al aire libre, en las que el objetivo era estar con los amigos, a cambiarlo por verse bien delante de un espejo». Por una parte es positivo, «porque al ser capaces de relacionar el ejercicio físico con salud está genial», pero por otra, «comparan mucho su cuerpo con los que ven en Instagram o en Tik Tok y en este sentido tenemos casos de chicos que solo van al gimnasio para parecerse a sus modelos de redes sociales», analiza.
«Cuando yo empezaba con 17 o 18 años en el gimnasio no había niños», dice José Antonio Guarnido. «La mayor parte de los chavales que veo ahora aquí es porque quieren proyectar una imagen, es por una foto en Instagram». Un porcentaje «pequeño» se engancha al deporte, «pero en la gran mayoría buscan una vía rápida mediante la que satisfacer el ego, y eso genera problemas de salud»
Aunque no solo puede ser perjudicial lo que vemos, sino cómo lo vemos. «Tratamos problemas de espalda y cuello que antes no existían. Tenemos jóvenes con 15 y 16 años con tensiones de cuello, de trapecio y de espalda más propias de un alto ejecutivo de 50 años sometido a mucho estrés. El móvil nos hace estar en mala postura y sobre esto nos queda mucho por hacer para concienciar», dice Moisés Osuna.
Para el 'fisio' no es bueno «estar encogido muscularmente mirando a una pantalla porque esto nos acorta la cadena muscular y cuando vas a hacer deporte, fútbol por ejemplo, estás agarrotado». Así, «es más fácil que te dé un tirón en el gemelo, en el abductor o en el cuádriceps, porque tendemos a un exceso de sedentarismo por culpa del móvil que ahora, parece parte esencial de nuestra vida», abunda.
«Si no lo controlamos es un gran problema», apunta Aguilar. «Es verdad que otras generaciones nos relacionábamos de forma distinta y ahora los jóvenes han aprendido a establecer vínculos mediante una red social y también de forma presencial. Pero esto, como consumir streaming o series, no nos puede restar horas para hacer otras actividades como el orden, la limpieza o nuestras rutinas académicas», añade el psicólogo.
La solución comienza en casa, aunque en ocasiones aquí es donde radica el problema. Es curioso, José Antonio Guarnido cuenta una situación cotidiana en consulta. «Me llama un padre pidiéndome cita porque su hijo está lesionado. Se la doy, pero me dice que no puede venir porque tiene entrenamiento… ¿Cómo se va a curar entonces tu hijo? No podemos someterlos a esos niveles de estrés», se queja.
Aguilar pone otro ejemplo. «Cuando nuestro hijo marca goles, presumimos de ellos ante nuestros amigos, pero si no juega, podemos dejar de ir a verlo», y esto «es una comunicación no verbal desastrosa, que puede causar trastornos anímicos e incluso ansiedad», señala.
En conclusión tenemos niños más sanos que hace dos décadas, eso es verdad. Pero cuando tengan 30, veremos cómo muchos abandonan el deporte y será porque están lesionados al nivel de futbolistas retirados, porque no han conseguido sus objetivos en cuanto a imagen en redes sociales o porque no llegaron a la meta de jugar en Primera división.
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