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Marina Gea vuelve a la Facultad de Medina tras ascender con el Celta de Vigo. Ramón L. Pérez
«El Celta es un club que antepone la persona a la jugadora»
Marina Gea

«El Celta es un club que antepone la persona a la jugadora»

Tras ascender a la Liga Femenina 1 la granadina no seguirá en Vigo, pero saca lecturas positivas de su experiencia gallega

Sábado, 20 de mayo 2023, 12:12

La primera experiencia lejos de casa de Marina Gea (Granada, 18 de mayo de 2001) no ha podido ser mejor, siendo parte relevante del regreso del histórico Celta a la elite nacional. Ahora le toca hacer balance y volver a las aulas de Medicina.

–De vuelta a casa, toca ponerse el traje de estudiante.

–Es 'durillo', no crea. En Vigo tenía una rutina muy marcada de entrenamientos y descanso y ahora volver a casa tras mi primera experiencia sola, tener que dar explicaciones en casa (risas)... Pero bueno, obviamente echaba de menos a los míos. La rutina de la Facultad sí me está costando, lo reconozco. Llegué a Granada un jueves a las dos de la mañana y a las ocho estaba haciendo prácticas. Me hacía ilusión ver a los amigos y tal, pero luego ya…

–Ha disfrutado, por lo que veo.

–Sí. En Vigo tenía también hábitos de estudio, porque era consciente de que no podía no hacer nada. Ahora ha sido un tortazo de realidad: '¡Marina, tienes cuatro asignaturas que sacar, ponte a estudiar que no te da tiempo!'.

–¿Le ayuda la Facultad?

–Sí, el inicio fue difícil y yo entiendo que no es una situación fácil en una carrera como Medicina. Pero expliqué mi situación y creo que ahora la comprenden y hay empatía, así que estoy muy contenta porque el segundo cuatrimestre ha sido más fácil: tengo dos asignaturas de evaluación continua y me han concentrado las prácticas en mayo. Estoy muy agradecida porque me han ayudado a organizarme con los horarios, también sabiendo que yo en este mes ya iba a estar aquí.

–¿Balance del año en Vigo?

–Increíble, muy bueno. Era mi primera vez fuera y el club ha estado fantástico, no tengo ninguna pega porque me hicieron sentir en casa desde el primer minuto. Con Cristina Cantero –entrenadora del Celta y seleccionadora sub19– y todo el cuerpo técnico estoy muy agradecida. Me levantaba con muchísimas ganas de entrenar. No es que hubiera perdido la ilusión por el día a día, pero creo que nunca lo había disfrutado tanto como este año.

–Le ha venido bien dejar el nido...

–Mucho, estoy muy contenta. El Celta es un club que está muy pendiente de ti como persona. Lo anteponen a la jugadora y eso es muy importante porque antes que nada somos personas. Éramos un equipo muy joven, en el que la más veterana tenía 26 años y creo que eso es clave.

–Siendo tan jóvenes, ¿pesaba ascender a un club tan histórico?

–Pues no, en ningún momento, porque ascender no era algo que se nos haya pedido. Hemos ido semana a semana viendo como mejorábamos. Sabíamos que el día a día era realmente bueno. No recuerdo una sola semana en la que acabara pensando que habíamos entrenado mal. Cuando nos metimos en 'play off' la ida fue muy bien, pero la vuelta en casa nos dejó alguna duda. Tras eso, ver que la fase de ascenso era en Vigo fue como un plus de 'cuidado, que igual podemos'.

–¿Ahí tampoco hubo nervios?

–Sí, un poco, pero de nuevo el club transmitió que no había presión ni que ascender sí o sí. Nos dijeron que jugáramos como todo el año y que valorásemos como un 'plus' el hecho de tener allí a toda nuestra gente apoyando. Responsabilidad notas inconscientemente, pero el mensaje siempre fue el de disfrutar.

–¿Cómo vivió la fase?

–¡Buff! Fue brutal. Es verdad que ya jugué una con Raca el año pasado y lo disfruté mucho. Pero este año, jugando en casa, notamos mucho el apoyo. El club nos concentró en un hotel a todas desde el viernes a mediodía y creo que eso hizo mucho para fomentar la unión del grupo. El sábado de la semifinal nos pusieron un vídeo muy emotivo antes de comer… Fue muy bonito. El día de la final, solo 24 horas después de la semifinal, repetimos rutina, hicimos los mismos ejercicios y en el mismo sitio… ¡Supersticiones, ya sabe! Ha sido una gran experiencia, y además estuvieron allí mis padres y mi hermano pequeño y verles me hizo mucha ilusión.

–Hubo un momento en que Paterna en la final les pone contra las cuerdas...

–Sí, se me ponen los pelos de punta recordándolo. La fase estuvo muy bien a nivel deportivo y humano. No ha sido una temporada fácil, yo misma tuve una lesión en el isquiotibial que me hizo perderme toda la pretemporada. Por eso, el último minuto y medio de partido, que estaba en el campo, lo pasé casi todo el rato con las manos en la cara. No me creía lo que estaba pasando. Es verdad que ese momento fue crítico, pero la entrenadora nos ha transmitido siempre una tranquilidad y una confianza muy necesarias en un equipo tan joven. Ha hecho un gran trabajo.

–Isquiotibial, tobillo, las manos... ¡Le ha pasado de todo!

–(sonríe). Sí, yo ya cada vez que se me salía un dedo le decía a Cristina 'esto no me ha pasado en mi vida'. No sé, han sido varias cosas, golpes fortuitos y algún dedo luxado que es muy vistoso porque acabé jugando vendada en las dos manos. ¡Un cuadro! Pero ya le digo, la comprensión del cuerpo técnico ha sido enorme. Y teníamos un psicólogo que nos ha ayudado mucho.

–¿Y ahora, seguirá en Vigo?

–Pues no. Hablé con el club a finales de la semana pasada. Creen que lo mejor es que no continúe. Me da mucha pena por no poder debutar en la Liga Femenina, pero lo que le dije a Cristina Cantero es que lo que más pena me daba, más que no poder subir un escalón, era perder el día a día con ella. Es una entrenadora espectacular y como persona es un diez. Me iría con ella a la guerra, al fin del mundo. Y con todo el cuerpo técnico. Me da pena perder eso. Ahora toca pensar en un equipo nuevo, pero también es parte del proceso. Necesito seguir cogiendo experiencia en Challenge. En un futuro quiero subir ese peldaño, espero que sea posible.

–¿En qué ha mejorado más?

–Tácticamente, en visión de juego. Antes cogía la pelota y me iba al aro sin importar lo que pasase, y ahora estoy sé que esa verticalidad está muy bien pero que tengo que ver otras cosas. Estoy buscando ese equilibrio. También he mejorado el juego de bloqueo directo, con muchos detalles. Y en defensa, donde siempre había destacado, he aprendido a colocarme mejor cuando defiendo sin balón. Muchos matices que me han ayudado.

–¿El futuro pasa por?

–Por las cuatro asignaturas de cuarto que tengo (sonríe). En lo baloncestístico, quiero estar en Challenge, me falta para ser importante en la LF1. Quiero un equipo que entrene bien, pero de momento no sé nada. El mercado está un poco parado, pero no tengo prisa. Quiero pensar que lo que vendrá será bueno.

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